En la provincia de Buenos Aires han aumentado al mismo tiempo:
la cantidad de delitos cometidos, 
las torturas a detenidos, mayores y menores, 
las fugas y motines en las comisarías donde se alojan detenidos, y 
las ejecuciones extrajudiciales y los casos de gatillo fácil.
Ante las incisivas preguntas de Luis Majul sobre este ostensible fracaso de su política de seguridad, el gobernador Carlos Rückauf sólo atinó a responder con invectivas personales, basadas en inventos de los servicios de informaciones. Continúa de este modo la línea elegida por su compañero de fórmula, Carlos Menem, quien reaccionaba del mismo modo ante cada investigación sobre actos corruptos en el gobierno que ambos formaron. Menem y Rückauf son tolerantes con las opiniones críticas; lo que no admiten es la información. Cuanto más precisos son los datos, con mayor ira y falsedad responden. 
La consigna de Rückauf de meter bala a los ladrones (eso es lo que dijo, y no a los asesinos, como pretende ahora) está en el origen de los fusilamientos indiscriminados de delincuentes, transeúntes y rehenes que sus tropas ejecutan y que han convertido a la organización armada en una de las principales fuentes de inseguridad. Tres días después del asesinato del maestro de música Mariano Witis su afirmación de que opta �por salvar la vida de la gente decente� y de que al criticar la brutalidad policial se �defienden los derechos de los delincuentes, no los de la gente�, suena como un mero intento de tapar los tremendos hechos con vanas palabras. ¿O Witis no era una persona decente cuya vida joven fue segada por las balas policiales? ¿O quienes delinquen pierden su condición humana y pueden ser sometidos a cualquier aberración?
Rückauf volvió a reivindicar el decreto de aniquilamiento que firmó en 1975 como ministro de Isabel Martínez de Perón, con el argumento de que �es lo que querían todos los argentinos�. Del mismo modo, justifica con algunos sondeos de opinión pública sobre la denominada mano dura su política de avasallamiento de los derechos y garantías de los ciudadanos. Es posible que ahora, igual que entonces, una porción de la sociedad esté dispuesta a consentir cualquier atropello con la ilusión de paliar las angustias de múltiples orígenes que se condensan en la muletilla indefinida de la inseguridad. Pero un gobernante responsable no puede basarse en ese malestar social para propugnar una política que, con el pretexto de defender la ley, la avasalle. Sobre todo a la luz de las atroces consecuencias que la sociedad ya experimentó como consecuencia de aquella mano libre que Isabel y Rückauf confirieron entonces a las Fuerzas Armadas.
Cuando Majul le preguntó por el expediente judicial de 1978 en el que se probaron las torturas a un detenido indagado por el actual jefe de la policía, Rückauf dijo que el denunciante �fue detenido por violar a su hija�, lo cual muestra que su apego por la verdad no supera al que siente por la legalidad. En primer lugar, el ciudadano alemán que denunció al ahora comisario mayor Eduardo Raúl Martínez fue sobreseído, precisamente a raíz de las torturas que sufrió y que invalidaron su presunta confesión, lo cual demuestra la ineficiencia del método policial que Rückauf defiende. Pero además, nunca fue ni siquiera acusado de ese delito, sino de abuso deshonesto, que no se probó y que dio lugar a un reclamo de la embajada de la República Federal de Alemania. �Si el hombre hubiera sido realmente una víctima, el policía hubiera sido juzgado. No fue juzgado, no lo voy a juzgar yo�, dijo. Semejante argumento para convalidar el fallo con que un juez de 1978 pasó por encima de todas las pruebas y sobreseyó a Martínez, es elocuente acerca de la valoración que Rückauf hace, de la dictadura y de la justicia. Para el gobernador, ciertos delitos excluyen de la familia humana a los sospechosos de haberlos cometido y los convierten en blanco pasible de cualquier tropelía. 
Los agravios y la mentira no le sirvieron a Menem para modificar la valoración social de su gobierno. ¿Por qué habría de resultarle mejor a Rückauf si, como decía el líder bajo cuya sombra gigantesca ambos pigmeos intentan ampararse cada vez que deben responder por sus actos, la única verdad es la realidad?

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