Por Fernando Almirón
�Si José Genoud (UCR) renuncia a la presidencia provisional del Senado nosotros vamos a reclamar ese cargo para el PJ, que nos corresponde por ser mayoría en el cuerpo�, prometió ayer la legisladora cordobesa Beatriz Raijer. �Nosotros fuimos gentiles con ellos (los radicales) cuando le cedimos la presidencia provisional, y permitimos que Eduardo Menem bajara de allí para que asumiera José Genoud�, recordó el senador Jorge Yoma. Así, Genoud ahora suma un curioso, o no tanto, respaldo del PJ.
�Así como permitimos que bajara Menem ahora también podemos reclamar devolverlo a su lugar como segunda autoridad de la Cámara, y poner a un Menem en el tercer lugar de la línea sucesoria presidencial�, advirtió Yoma.
El presidente del bloque del PJ, José Luis Gioja, confirmó a Página/12 que efectivamente ésa será la actitud de los peronistas si, tal como lo reclama Carlos �Chacho� Alvarez, Genoud renuncia a la presidencia provisional y el cargo queda vacante.
El presidente provisional del senado se elige por mayoría de votos, que hoy están en manos de los justicialistas. Al PJ le costaría muy poco esfuerzo cumplir con su amenaza, la que imaginan como una devolución de gestos dirigida a Chacho Alvarez, que todos los días pide la cabeza del peronista salteño Emilio Cantarero y, sin nombrarlo, la del radical mendocino Genoud. �Solo basta imaginar cómo va a dormir el gobierno sabiendo que tiene a un peronista acechándolo desde el tercer escalón presidencial�, le dijo un senador a este diario disfrutando por un instante la situación. Trasuntaba una alegría que desde el comienzo del escándalo de los sobornos no se veía en los pasillos del Congreso.
El bloque de senadores justicialistas resolvió ayer por la tarde, después de una prolongada reunión donde prevalecieron los largos discursos, aceptar el pedido de licencia por 60 días sin goce de haberes que horas antes había presentado el senador Emilio Cantarero, que ya figura en la mira de dos jueces federales: Carlos Liporaci por el escándalo de coimas a cambio de la aprobación de la ley de reforma laboral; y Gabriel Cavallo, a cargo de la investigación de presuntas ofertas de sobornos para lograr un dictamen de ley de hidrocarburos que beneficie a las empresas petroleras. En dos meses, Cantarero perderá unos 20 mil pesos, que acaso pueda compensar con parte de su patrimonio declarado de alrededor de 2.700.000.
Los legisladores peronistas también propondrán en la sesión de hoy crear una comisión ad hoc que se ocupará de investigar el dictamen de ley de hidrocarburos en la Comisión de Combustibles que presidía Cantarero y cuyo vicepresidente era el radical Juan Ignacio Melgarejo, quien hoy pondrá su renuncia a su banca a consideración del cuerpo. Una renuncia que el senador santacruceño presentó como �indeclinable� y que contaría con el respaldo de su bloque �para que desde el llano pueda defender su honorabilidad ante la justicia�, como dijo el misionero Mario Losada, después de que la senadora Silvia Sapag lo involucró con los negocios de Cantarero.
Esta comisión ad hoc debería presentar el resultado de su investigación en el término de 30 días a lo sumo, y entre los nombres que se barajan para integrarla figuran el radical Horacio Uzandizaga, Pedro Villarroel, del Frente Cívico Social de Catamarca, y Eduardo Menem.
Justamente Eduardo Menem, uno de los más mencionados ayer en todas las especulaciones, estuvo entre quienes propusieron rechazar la renuncia presentada por el radical Melgarejo. Un legislador sureño explicó así al hermano del ex presidente: �Que también Melgarejo se someta a la investigación de sus pares, y no la evite con una renuncia que lo deja fuera del alcance de la comisión investigadora que si es aprobada pondrá, dicen, manos a la obra de inmediato�.
La jugada de los peronistas busca, concretamente, frenar el ímpetu cortacabezas de Alvarez en el Congreso. Y se asemeja bastante a un acuerdo entre las dos bancadas para sostenerse los unos a los otros hasta que amaine la tormenta.
Con la incorporación de Melgarejo entre los investigados el PJ intentará sumar a los radicales a la misma presión y exposición pública que sufrirán los peronistas. Los senadores del PJ no quieren quedar como los únicos sospechados de haber recibido �favores personales� a cambio de una interesada gestión parlamentaria. �Al final resulta que siempre nosotros somos los únicos chicos males de la película�, explicó un senador justicialista.
El plan B del bloque opositor consiste en amenazar con instalar
a un peronista en el tercer lugar de la sucesión presidencial. Y apunta a la tranquilidad del gobierno, al que quiere intraquilizar, y tranquilizar, en realidad, al radical Genoud, que sumo 13 años como legislador nacional y fue el elegido no solo de su bloque, sino también del PJ, para suceder a Eduardo Menem como presidente provisional del Senado. Efectivamente, cuando se discutía a fines del año pasado si el PJ debería o no dejar el cargo, el entonces jefe de la bancada peronista, Augusto Alasino, se mostró como uno de los más férreos opositores a resignar la presidencia provisional. Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf opinaban lo contrario.
Pero las negociaciones dieron sus frutos al canjear a Menem por el presidente del Senado de Córdoba. José Manuel De la Sota había ganado las elecciones en la provincia pero se quedó rápidamente sin vicegobernador, ya que su compañero de fórmula, Germán Kammerath, compitió y ganó la elección a intendente de la capital provincial. Con la ida de Kammerath un opositor había quedado en el segundo en su línea de sucesión, y el canje resolvía el problema.
Pero algo debe haber sucedido en el ánimo de Alasino, que repentinamente se volcó a favor del recambio si éste instalaba como nuevo presidente provisional del cuerpo a Genoud, con quien mantuvo una excelente convivencia.
La pregunta ahora es si Chacho Alvarez seguirá reclamando el alejamiento, porque si Cantarero se va, también debería irse Genoud, cuya renuncia a la presidencia, aunque en principio no a la banca, también reclama Alvarez. La otra pregunta es si el lugar será ocupado nada menos que por un Menem que reemplazó durante 300 días a su hermano durante los diez años en que gobernó la Argentina. Y que sabe del oficio.
GENOUD Y PONTAQUARTO DISPUESTOS A UN PASO AL COSTADO
De salida si el PJ no los salva
Por Felipe Yapur
Cuando el vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez le pidió �cambios de funcionarios y autoridades políticas� en la Cámara alta, el titular del bloque de senadores de la UCR, Mario Losada, sabía de quiénes estaba hablando: el presidente provisional del cuerpo, José Genoud y el secretario parlamentario, Mario Pontaquarto. Obviamente, este tema fue conversado ayer durante la reunión de la bancada oficialista. Los legisladores creen necesario un recambio, pero dicen que antes es preciso que se den ciertas condiciones. La primera es que el paso al costado de Genoud no se concrete al mismo tiempo que la probable separación del cuerpo del justicialista Emilio Cantarero. La segunda y fundamental es que deben existir garantías de que el PJ no aproveche la oportunidad �como ya lo anunció� para recuperar la presidencia provisional.
En el bloque radical hay pocos senadores que todavía piensen que no es conveniente que Genoud abandone la presidencia provisional. La idea del recambio ha ganado cada vez más adeptos y llevó a que el mismísimo Genoud expresara su deseo de retirarse. Eso sí, pidió y hasta exigió que el retiro se realice lo más distante posible de la suspensión o separación del cuerpo del hipercuestionado Cantarero.
Oficialmente el bloque dijo que este tema se conversó de manera superficial y que se acordó definirlo luego de una futura reunión que se mantendrá con Alfonsín en el transcurso de la próxima semana. La razón para buscar el consejo del ex presidente se basó en un argumento esgrimido por Losada durante la reunión de bloque: �Si lo impulsa �Chacho`, el presidente del Frepaso, integrante de la Alianza y miembro del Ejecutivo, lo debe resolver otro jefe de partido o miembro superior del Ejecutivo. No los senadores�. Es por ello que también hubo versiones que indicaban que el misionero conversó telefónicamente con el presidente Fernando De la Rúa en busca de una opinión de �las esferas superiores de poder�. El pretexto perfecto para dilatar una definición.
Genoud llegó a esa decisión luego de consultarlo con Alfonsín. Ayer al mediodía llegó al domicilio del ex presidente y tras una conversación que se extendió durante una hora, le expresó su deseo de retirarse para �descomprimir la presión que se vive en el Senado�. Eso sí, le dijo que creía que era preciso que se diera en un contexto menos conflictivo y alejado del caso Cantarero: �Yo no soy lo mismo que Cantarero�, se lamentó el mendocino. El titular de la UCR dio el visto bueno y le dijo que cuente con todo su apoyo independientemente de que continúe o no en la presidencia provisional del Senado.
Pero Genoud no fue el único en expresar su deseo de abandonar el cargo. Similar decisión comunicó Pontaquarto. El cuestionado secretario parlamentario del cuerpo le dijo a Losada y Genoud que está dispuesto a renunciar. �Es una decisión tomada�, dijo, aunque se apresuró a aclarar que la concretará recién después que se defina la situación de Cantarero.
Ahora bien, la separación de Genoud de la presidencia provisional preanuncia otra tormenta. Enterados los justicialistas de las intenciones del senador mendocino, anunciaron que �reclamarán el cargo que nos corresponde por ser mayoría�. La encargada de lanzar el nuevo grito de guerra fue la cordobesa Beatriz Raijer (ver nota aparte), en un anuncio de que se repetirá aquella disputa que protagonizaron justicialistas y aliancistas luego de las elecciones del 24 de octubre.
Los senadores aliancistas ya sacaron varias conclusiones del anuncio justicialista. Primero: El PJ lanza esta amenaza con el único objetivo de embarrar la cancha. Segundo: saben que para nombrar al reemplazo de Genoud es preciso negociar con ellos. Tercero: el PJ quiere de esta manera provocarle más de un disgusto a Chacho, su principal enemigo. Cuarto: El PJ se equivoca. Quinto: �La negociación recaerá en nosotros, los radicales�, se quejaron los senadores oficialistas. El único punto que los radicales creen que jugará a su favor en esta nueva disputa es el desprestigio que carga el bloque justicialista. �El PJ puede tensar la cuerda, pero no todo lo que ellos quisieran. El justicialismo está muy desprestigiado como para quedar ante la sociedad como el partido que pretende perjudicar al gobierno�. Esto y sólo esto es lo que mantiene entre los radicales las esperanzas de que el conflicto encuentre una solución rápida y lo más pacífica posible.
opinion
Por Martín Granovsky |
Las dos grandes novedades
Como le gustaría decir al Presidente, los poderes están funcionando. Al menos funcionan dos de ellos, si es que puede medírselos solo por la capacidad de producir novedades:
El ministro de Trabajo fue maltratado en público por el camionero Hugo Moyano delante del jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, y en la propia Casa de Gobierno. Además, Alberto Flamarique no estuvo en la reunión de ayer a la tarde con Moyano y otros dirigentes del Movimiento de Trabajadores Argentinos. (Ver más información en la página 7).
Tal como se consigna en estas páginas, la falta de una resolución drástica a la crisis de la Cámara alta por parte de Fernando de la Rúa amenaza con dilatar el conflicto que comenzó con el escándalo de los sobornos y hoy es ya, a secas, el escándalo del Senado.
El episodio de Flamarique fue impactante. No solo estuvo ausente del encuentro con Moyano y el MTA. Su ausencia quedó subrayada por otras presencias sin jurisdicción directa sobre el área de Trabajo. Acompañaron a De la Rúa en la Casa Rosada el ministro del Interior, Federico Storani, y el de Infraestructura, Nicolás Gallo. También Terragno. Y la secretaria de Energía, Débora Georgi, más Pablo Gerchunoff, jefe de gabinete de asesores del Ministerio de Economía y representante de José Luis Machinea y Mario Vicens, ambos en Praga para la reunión del Fondo.
A la salida, en el Salón de los Bustos de la planta baja, Terragno actuó de vocero. La reunión había sido, claro, maravillosa. Después habló Moyano. Todo muy constructivo, también, aunque los sindicalistas plantearon al Presidente, dijo, el reclamo de los estatales de que se les reponga el sueldo entero. Cuando un periodista preguntó a Moyano por Flamarique, el camionero sonrió, hizo caras, dibujó muecas:
�Bueno, por ahí no estuvo porque llegó tarde, ¿no? Pero igual, no sé qué podría haber aportado Flamarique.
Terragno siguió impertérrito a su lado.
Los funcionarios del Gobierno ya están cansados del desgaste psíquico a que los somete la reserva del Presidente. Pero aun los más hastiados de enfrascarse en especulaciones sobre cambios en el gabinete �si De la Rúa no les cuenta, se quejan, solo pueden aguantar la ansiedad o despuntar el vicio de las apuestas� se jugaban ayer a que Flamarique dejará su puesto a corto plazo. Cuándo y adónde, es otra cuestión que evitan incluso los más neuróticos.
¿Y Fernando de Santibañes? En la tómbola de anoche le asignaban un tiempo mayor de permanencia que el de Flamarique. Hasta diciembre, quizás. Diciembre debe tener su magia para la política. Si otros ministros se van ahora y De Santibañes huye recién en diciembre, lo suyo quedará como el comienzo de un larguísimo período de vacaciones y no como un fusible que saltó. Fin de año aquí es largo plazo.
Diciembre es el mes mágico de Emilio Cantarero. Pocos dìas antes, a fines de noviembre, habrá terminado su licencia de dos meses. Luego llega fin de año. Y el verano, con el Senado cerrado por vacaciones. Las sesiones se reanudan en marzo. Faltan, desde ahora, seis meses. Es decir, un siglo.
El pedido de licencia de Cantarero significa que el poder real del bloque peronista no cambió. Los senadores José Luis Gioja, Beatriz Raijer, Eduardo Arnold y Carlos de la Rosa, que integran la nueva conducción colegiada, estaban a favor de que Cantarero volviese a su casa. O a sus casas, para decirlo mejor. Pero Augusto Alasino, el ex presidente del bloque, no quiere que nadie se incinere, porque entonces él también quedaría obligado a encender un fosforito. Alasino carece ahora de legitimidad política para encarnar la voz de los senadores justicialistas, y por eso en los últimos días ese papel le viene tocando a Eduardo Menem. Fue él quien repitió ayer y anteayer a dirigentes de la Alianza y del peronismo su posición sobre Cantarero. El concepto se sintetiza así:
�Si lo entregamos, después Chacho vendrá por más.
Menem (Eduardo) también criticó a la conducción del bloque porque �no se plantan firmes ante Alvarez�. Si efectivamente el PJ termina proponiendo a Menem (Eduardo) para la presidencia provisional del Senado, por un lado estará siguiendo la doctrina del propio Menem (Eduardo), que siempre repitió lo mismo. La mayoría del Senado, sostuvo, es la que debe resolver quién es el presidente provisional. Y por otro lado desafiará, sin decirlo, la autoridad política de Fernando De la Rúa:
El PJ pondrá a prueba el grado de apoyo que sigue recibiendo José Genoud, a quien dos altísimos funcionarios dieron por liquidado políticamente en conversación con Página/12. Lo consideraron como un presidente provisional de mandato cumplido, que a lo sumo terminará en octubre o noviembre, y coincidieron en que cada vez se le complica más su futuro político en Mendoza, donde solo fue electo por el voto directo una vez, cuando fue vicegobernador de Felipe Llaver en 1983.
Someterá a un test a De la Rúa. El Presidente ya comisionó a Federico Storani para pedir renuncias en el Senado, pero solo Raúl Galván entendió el gesto. �Genoud habló con él y se volvió tranquilo a su oficina como si Storani no hubiera hablado en nombre de De la Rúa�, dijo un secretario de Estado que pidió reserva de su identidad.
Presentará un examen paralelo al vicepresidente. Si el PJ va al frente con el desafío y el radicalismo dominante en el Senado lo apoya, o lo mira con simpatía, o lo tolera, o no lo combate, Alvarez deberá redoblar su esfuerzo para azuzar a la opinión pública en contra del Senado. No es difícil, porque los senadores resultan cada vez más antipáticos, pero obliga a �Chacho� a mantener su energía sin agotarse.
Ofrecerá un test adicional a De la Rúa, que se verá enfrentado a una disyuntiva. En un punto no alcanzará con sus apoyos rituales a Alvarez y la situación podría exigir una movida más violenta, como pedir él mismo una renuncia para destruir lo que el vice llamó el último domingo en este diario �gobernabilidad tarifada�. El razonamiento del �sistema� que domina el Senado es más o menos así: si el Senado vuelve a gobernar, a votar leyes y a sesionar, aun sin Alvarez, ¿por qué habría que ser tan necio para fastidiar a políticos tan razonables?
Queda abierta la sesión. |
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