Por Benito Portocarrero
Desde Lima
 Las últimas medidas del presidente Alberto Fujimori, encaminadas a viabilizar la convocatoria a elecciones generales en el plazo más inmediato posible, recibieron ayer el espaldarazo estadounidense por boca del flamante nuevo jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, general Peter Pace, quien se reunió esta mañana con el primer mandatario peruano acompañado por el embajador de su país, John Hamilton, y del jefe del Grupo Consultivo y de Ayuda Militar, Gilberto Pérez.
El terremoto político provocado por el viaje y solicitud de asilo en Panamá por parte del ex asesor presidencial y jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos no ha hecho sino multiplicar las resonancias del sorpresivo anuncio de hace ya 10 días, cuando Fujimori renunció a completar su tercer mandato. Más aún cuando el país del istmo hasta hoy no le había concedido el asilo político a Montesinos y en el Perú trascendió que con él habían viajado �como su guardia personal�, un total de 11 oficiales militares y policiales, entre ellos los generales Marco Ramos y Carlos Uribe. A este último y a seis más de ellos, el gobierno panameño les canceló ayer las visas de turista, por no considerarlos turistas, y les advirtió que deben salir de Panamá en las 24 horas siguientes, o atenerse a ser deportados.
En el plano político, a las lógicas protestas de la oposición por lo que ellos consideran la huida de Montesinos con la protección del gobierno y de la misma OEA, se sumó la incertidumbre creada por la renuncia de un total de 6 congresistas a las filas del oficialismo. Esto dejaría sin mayoría al gobierno, que confiaba que con ella podría aprobar las modificaciones constitucionales para adelantar las elecciones sin necesidad de remover al propio Fujimori, lo cual venía siendo una exigencia de un sector de opositores que hoy en día parece encontrar eco aun en parlamentarios que antes le juraban su total lealtad al presidente tres veces electo.
Es en este marco que hoy se sumarán por 24 horas a la huelga de Camioneros los gremios que aglutinan a las empresas de Transporte Interprovincial y de Transporte Urbano, quienes ya realizaron una paralización conjunta de 12 horas el pasado lunes, originando no sólo incomodidad entre los trabajadores, empleados y estudiantes para llegar a sus lugares de trabajo y estudio, sino que además hubo conatos de violencia en las zonas marginales de la capital. Por su parte, la Confederación de Trabajadores del Perú (CGTP), que ayer se ausentótemporalmente de la Mesa del Diálogo por la Democratización auspiciada por la OEA, anunció que hoy realizará un mitin exigiendo la renuncia del presidente Alberto Fujimori, la extradición de Vladimiro Montesinos e iniciará las conversaciones con otras centrales y gremios en vistas a convocar un paro nacional.
Hasta el momento los acontecimientos políticos y los permanentes rumores de golpe de Estado en el Perú habían opacado la grave situación social que se estaba gestando tras el paro nacional indefinido iniciado el pasado miércoles 20 por los transportistas de carga pesada, que provocaron el desabastecimiento de combustible en las principales ciudades del país, y en especial en la capital. Con el paso de los días, esta medida de fuerza amenaza con hacer subir el precio de los productos de primera necesidad que se cultivan tanto en la sierra, como en los valles costeños aledaños a la llamada Ciudad de los Reyes. Por lo pronto el pescado, el limón, la cebolla ya subieron un 20 por ciento y en algunas estaciones, pese a que el abastecimiento de la gasolina tiende a normalizarse desde que la policía desalojó a los camiones que bloqueaban los accesos a las refinerías, han subido los precios, con el argumento de que ellos se rigen por la ley de la oferta y la demanda.
Ante esta situación que podría complicarle más el panorama, el presidente Fujimori se reunía ayer por la tarde con sus ministros de Transporte, de Economía y del Interior en busca de una solución a un problema que, literalmente, podría echarle gasolina al fuego. Lo que los transportistas están exigiendo básicamente es un subsidio que les permita enfrentar el alza de precio del petróleo que, si bien es un fenómeno mundial, no deja de afectar seriamente a un mercado ya bastante recesado que no aguantaría un alza de los fletes ni de los pasajes urbanos e interprovinciales. El paro de hoy será así un duro día de prueba para los intentos de llevar al Perú hacia una transición democrática encabezada por el mismo presidente.
HABLA EL SENADOR DEL PT, EDUARDO SUPLICY
... y la ayudita del amigo brasileño
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
�¿Será por ventura que detrás de la relación entre Fujimori y (el presidente brasileño Fernando Henrique) Cardoso hay negocios entre empresas brasileñas y peruanas?� La especulación es del senador Eduardo Suplicy, un peso completo del Partido de los Trabajadores (PT) Congreso y senador más votado del país, con quien dialogó Página/12.
El interrogante de Suplicy sobre el romance Cardoso-Fujimori no es mera retórica: sustentan un pedido para que el �ministro de Relaciones Exteriores, Luiz Felipe Lampreia, comparezca ante el Senado porque estamos precisando de este gobierno más transparencia�. El senador insinúa que entre las beneficiadas por Fujimori estaría la constructora Odebrecht, gigante brasileña del sector. Una sospecha coherente con la estrategia cardosista de alentar la integración regional mediante grandes obras de infraestructura.
�Es normal que empresas brasileñas realicen emprendimientos en diversos países pero las relaciones entre estas empresas y el gobierno brasileño no pueden llegar al punto de avalar crímenes como los de Montesinos y Fujimori.�
�En el gobierno dicen que así evitaron un golpe.
�El presidente Cardoso coordinó a un grupo de mandatarios para hacer que la presidenta Miraya Moscoso (Panamá) desistiera de su negativa y aceptara dar asilo a Montesinos. Es una actitud grave en favor de una dictadura.
�¿Cree que la mediación tuvo sólo motivos económicos?
�No, hay también una historia de acercamientos entre Cardoso y Fujimori. En 1996 la Constitución brasileña impedía la reelección y quien aquí vino a respaldar a Cardoso y hasta a pedir al Congreso del Brasil que modificase esa cláusula fue el presidente Fujimori, que hizo campaña por Cardoso igual que Carlos Menem. Lo más grave fue en junio de 1999 cuando Cardoso resolvió condecorar con la Orden de Rio Branco a Fujimori y luego y para estimular su nueva reelección de este año Cardoso le condecoró a 4 ministros.
�¿El proceso peruano afecta la región?
�Todos estos procesos están vinculados y actúan unos sobre otros, como también ocurre con el proceso colombiano frente a los países de la región.
Es importante dialogar sobre las medidas que permitan la transformación económica y social de América latina para mudar el cuadro no sólo en Colombia sino también para que en Brasil, Perú o la Argentina tengan medios para saber superar las dificultades de sus pueblos. Tal vez se pueda pensar en aplicar una �renta básica garantizada� en toda la región como un antídoto a la militarización.
�El miércoles Brasil lanza la Operación Cobra en la frontera colombiana.
�Que Brasil procure proteger sus fronteras con la presencia del ejército brasileño es natural cuando existe la posibilidad de problemas, pero de manera alguna podemos los brasileños interferir en las cuestiones internas colombianas. Debe delimitarse con mucho cuidado qué es lo que se hará con la Operación Cobra.
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