En su primer día como jefa de la Ciudad, Cecilia Felgueras se puso los pantalones para presidir la reunión de Gabinete. Apenas terminó se los sacó, literalmente, para recibir con una recatada pollera al príncipe heredero de Arabia Saudita y parte de su comitiva, que ya se habían molestado el lunes cuando Felgueras llegó de pantalones a la inauguración de la Mezquita de Palermo. Una vez que salieron los visitantes, nueva carrera al vestuario para ponerse los pantalones. Tenía planificado recorrer las obras de ampliación del Subte B y, una vieja tradición minera lo exige, ninguna mujer con polleras puede entrar en los túneles.
En su primer día como jefa de la Ciudad, Cecilia Felgueras se puso los pantalones para presidir la reunión de Gabinete. Apenas terminó se los sacó, literalmente, para recibir con una recatada pollera al príncipe heredero de Arabia Saudita y parte de su comitiva, que ya se habían molestado el lunes cuando Felgueras llegó de pantalones a la inauguración de la Mezquita de Palermo. Una vez que salieron los visitantes, nueva carrera al vestuario para ponerse los pantalones. Tenía planificado recorrer las obras de ampliación del Subte B y, una vieja tradición minera lo exige, ninguna mujer con polleras puede entrar en los túneles.