Por
F. A.
El Senado le concedió una licencia por 60 días al senador
justicialista Emilio Cantarero, tal como el salteño lo había
pedido el martes. Los legisladores justicialistas lograron de esta manera
sortear momentáneamente el acecho de Carlos Chacho
Alvarez, quien reclama la separación de Cantarero del cuerpo. La
estrategia del bloque del PJ incluía rechazar la renuncia a su
banca del radical Juan Melgarejo y someter a ambos a una investigación
a cargo de media docena de sus pares. Hasta ayer a última hora,
mientras la sesión prometía prolongarse hasta la madrugada,
los legisladores habían aprobado la creación de esta comisión
investigadora, aunque con disidencias. También acordaron habilitar
al juez Carlos Liporaci para llevar a cabo una inspección ocular
del despacho de Cantarero, a quien tiene bajo investigación.
La bancada del PJ que ahora conduce José Luis Gioja inició
la sesión de ayer envalentonada con la amenaza que, según
creen, hizo mella en Alvarez. En ésta le advierten que si por sus
demandas de renuncias se ven obligados a entregar a uno de sus hombres,
también tendrá que caer el radical José Genoud, presidente
provisional del Senado. Y cuando el cargo quede vacante, aprovecharán
que son mayoría para depositar en el tercer lugar de la sucesión
presidencial a un peronista. Una jugada que en el Frepaso sospechan fue
urdida de común acuerdo con José Genoud (ver nota aparte).
Tres eran los temas previstos para el debate en un recinto cargado de
expectativas y apenas unas pocas certezas. El otorgamiento a Emilio Cantarero
de una licencia por 60 días sin liquidación de haberes,
que el salteño pidió el martes si le permitían al
juez Carlos Liporaci llevar a cabo una inspección ocular del interior
del despacho de Cantarero, y si el cuerpo estaba de acuerdo en crear una
comisión investigadora que en un plazo no mayor de 30 días
deberá determinar si hubo irregularidades en la elaboración
del proyecto de ley de hidrocarburos.
Hasta el cierre de esta edición el PJ había logrado votar
a favor de la licencia sin goce de sueldo por 60 días a Cantarero
y aprobar la formación de la comisión investigadora que
deberá determina si hubo irregularidades en el tratamiento del
proyecto de ley de hidrocarburos. Según el proyecto que presentó
el propio Cantarero, esta comisión ad hoc deberá estar integrada
por tres justicialistas, dos aliancistas y un provincial.
El radicalismo no acompañó la propuesta del justicialismo.
La bancada oficialista impulsaba la creación de una comisión
de tres miembros que se dedique a evaluar si hubo inconducta
en el desempeño del senador salteño. El radical Luis Molinari
Romero marcó diferencias entre su iniciativa y la de la oposición:
La diferencia sustancial con la del bloque justicialista es que
esa propuesta plantea la formación de una comisión investigadora
y la del radicalismo no es una comisión investigadora. La función
es emitir un juicio de valor, apreciar la situación que se produjo,
sostuvo el senador cordobés. En la Alianza opinan que se votó
el proyecto más benévolo ya que es improbable que se halle
un resultado, demostrar que hubo un ilícito, mientras que la iniciativa
del radicalismo apuntaba a concluir en un juicio moral sobre la actuación
de Cantarero.
La elaboración de esta ley fue nuevamente objetada en la sesión
de ayer por la senadora Silvia Sapag (Movimiento Popular Neuquino). La
legisladora reveló en exclusiva a Página/12 que Cantarero
le sugirió que había mucha plata para sacar
la ley que pretendían las petroleras. Sapag planteó una
cuestión de privilegio contra los senadores que desestimaron su
denuncia e incluso opinaron que, como ella hizo público el episodio
en el que se mencionaron sobornos dos meses después de ocurrido,
debería ser procesada por la justicia por haber encubierto ese
delito.
La legisladora patagónica replicó que le parecía
lamentable que sus pares desestimaran la oportunidad de autodepurarse.
Elogió al senador Juan Melgarejo que anuncio la renuncia a su banca
unas pocas horas después de que la propia Sapag lo involucrara
como uno de los que estaban al tanto delas ofertas de sobornos, apelando
a un comentario que escuchó de Cantarero. Y señaló
que el cuerpo de senadores luce podrido, sabe podrido, huele a podrido.
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