Por
Adriana Meyer
Senador Ortega, ¿usted alguna vez cobró una coima,
recibió un sobre o favor?, preguntó el juez federal
Carlos Liporaci. No, jamás, respondió el legislador
tucumano, el primero de los once que prestarán declaración
indagatoria por el escándalo de los sobornos en el Senado que se
habrían pagado para la aprobación de la Reforma Laboral.
Su ex compañero de fórmula, Eduardo Duhalde, dijo ante el
juez que varios legisladores y sindicalistas le manifestaron que hubo
sobornos en el trámite parlamentario de la polémica norma.
Mientras tanto, Liporaci sigue investigando el patrimonio de los legisladores
y pidió al Jockey Club detalles sobre la compra de caballos (ver
aparte).
El senador Ramón Palito Ortega admitió ante
el juez que le había comentado a Duhalde el malestar
que había notado en el Senado por las versiones sobre un anónimo
que denunciaba los presuntos sobornos. También le refirió
las versiones que circularon en la Cámara alta sobre los presuntos
dichos del ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, acerca de que tendría
la Banelco para ganar el voto de los senadores peronistas.
Ortega afirmó que varias veces le había comentado a Duhalde
que estaba desanimado en cuanto a la función legislativa
y que este asunto de las coimas había sido el último
empujón para dejar la política, según refirió
a Página/12 una alta fuente del caso. Además, aseguró
que votó la ley con convencimiento, aunque reconoció que
recibió una indicación en tal sentido del gobernador de
Tucumán, a través del senador José Carbonell.
El abogado Carlos Daray, defensor de Ortega, consignó que su cliente
negó haber conversado de los sobornos con su colega de bancada
Antonio Cafiero, quien al declarar como testigo mencionó al senador
tucumano. Ortega consideró que con su declaración indagatoria
quedó demostrada su inocencia. Para mí, con lo de
hoy, este episodio está terminado, afirmó el senador
en una conferencia de prensa que dio por la tarde en el Salón de
Lectura del Senado.
Por su parte, el ex gobernador bonaerense detalló que quienes le
comentaron sobre los sobornos fueron los senadores Antonio Cafiero y Jorge
Villaverde, el diputado Saúl Ubaldini y el sindicalista Hugo Moyano,
pero que él desconocía quién pagó y
quién cobró. Duhalde le contó al juez y a los
fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado que Cafiero se mostró
muy convencido cuando le habló sobre las sospechas
de la compra de favores para la aprobación de la ley, pero que
no le proporcionó nombres, montos, ni ninguna otra precisión.
Sobre Ortega afirmó que sólo le expresó su malestar
e intención de abandonar la política y su banca
en el Parlamento por las versiones sobre las coimas.
Todo fue un castillo que se armó a partir de la fama de Ortega,
sostuvo el titular del peronismo bonaerense a Radio Nacional. Duhalde
insistió en que Cafiero en ningún momento involucró
a Ortega en el supuesto cobro de sobornos. Ese fue un título
catástrofe y un dato falso difundido por un matutino, recordó.
Ahí empezó el calvario de Palito, agregó.
Por ahora, en el juzgado no ven motivo para ordenar un careo entre los
dos ex candidatos presidenciales del justicialismo porque no incurrieron
en contradicciones. Quien sí sería careado es Cafiero, cuya
ampliación de declaración testimonial está pendiente,
porque no sólo había diferencias con los dichos de Ortega
sino también con otros senadores que también fueron interrogados
como testigos. Cafiero dijo en el juzgado que tres legisladores habrían
cobrado coimas y ante colegas habló de cinco.
Los fiscales pidieron ayer la citación de los responsables de los
Fondos Solidarios y al superintendente de Servicios de Salud, Rubén
Cano. Además quieren que el juez le pregunte al presidente del
Banco Nación (BNA), Chrystian Colombo, cómo salieron los
dos cheques uno de 1 millón 200 mil y otro de 5 millones
de pesos de la cuenta que la SIDE tiene en esa entidad. Según
la agencia DyN, un funcionario del banco llevó ayer al juzgado
los comprobantes cobrados en abril pasado (un día antes de que
se desbloqueara la negociación por la Reforma Laboral), pero la
SIDE ordenó no entregarlos en los tribunales. Liporaci
explicó a Página/12 que los funcionarios de Asuntos Jurídicos
del BNA iban a llevar los cheques originales, pero a última
hora (de ayer) se comunicaron para decir que venían mañana
(por hoy). Aclaró que desconoce a qué se debió
el cambio de planes.
Liporaci solicitó a la Auditoría General de la Nación
que designe dos auditores contables que analizarán la información
que hay en el expediente sobre las cuentas de la Superintendencia de Servicios
de Salud y sobre los Aportes del Tesoro de la Nación (ATN). El
magistrado concretará hoy una inspección ocular al despacho
del semiconfeso senador nacional Emilio Cantarero, tras la aprobación
de la Cámara alta. La medida podría incluir la visita del
juez a otras dependencias del Parlamento.
Liporaci
en el Jockey
Liporaci quiere saber si alguno de los senadores acusados
de haber recibido sobornos habría decidido invertir en la compra
de caballos. Por eso le pidió al Jockey Club la consulta del
Stud Book Argentino, el libro nacional de registro de propietarios
de equinos. El magistrado está investigando el patrimonio del
secretario parlamentario del Senado, Mario Pontaquarto, hombre de
José Genoud. Sin embargo, el poderoso funcionario que supo
tejer los mejores puentes entre las distintas fuerzas políticas
de la Cámara alta no tiene caballos a su nombre, tal como reveló
Página/12 a fines de agosto, aunque lo desvela el turf. De
todos modos, los investigadores podrían encontrar alguna sorpresa
en esos registros porque la pesquisa abarca no sólo a los senadores
sino también a sus familiares y empleados. El ahora ex titular
del bloque de senadores peronistas, Augusto Alasino, sí es
un confeso amante de las carreras de caballo. Una pasión que
suele perder a los hombres del poder. |
Confianza
en la Justicia
El Gobierno nacional ratificó ayer que confía
plenamente en la Justicia y en los jueces del país,
al desmentir en forma rotunda que esté elaborando
una estrategia para apartar al juez Carlos Liporaci de la causa
en la que se investiga el supuesto pago de supuestos sobornos en
el Senado. En un comunicado de prensa distribuido en la Casa Rosada,
la Secretaría de Cultura y Comunicación sostuvo que
el Gobierno nacional confía plenamente en la Justicia
y en los jueces y es un defensor a ultranza de la independencia
de los poderes. En ese sentido, ratificó su decisión
de garantizar la tarea independiente de Liporaci, al afirmar que
el Gobierno viene trabajando intensamente para contribuir
en todo lo que está a su alcance en la investigación
que se está realizando en el Senado de la Nación.
La aclaración, según señala el comunicado,
es un rotundo desmentido (sic) a un artículo
periodístico, en el que se indicaba que el Gobierno estaría
apostando a que el escándalo por los presuntos sobornos se
resuelva en la Justicia, pero preferentemente no en manos
del juez Liporaci. El magistrado está siendo investigado
por enriquecimiento ilícito por su par Gabriel Cavallo.
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Menem
y los sobornadores
El ex presidente Carlos Menem especuló que hubo participación
del Gobierno en el presunto pago de sobornos en el Senado. Si
hubo sobornados es porque hubo sobornadores, razonó
y se preguntó sobre el origen del dinero para pagar esas
supuestas coimas. Quiénes son los sobornadores? Pareciera
ser que son dos los poderes comprometidos porque de algún
lugar salió la plata, comentó el ex mandatario
en el Hotel Plaza, en el marco de un encuentro de Trabajadores con
Discapacidad en Acción, organizado por la Fundación
PAR, y al que también asistió el ex ministro de la
dictadura José Alfredo Martínez de Hoz. Evidentemente,
si se da esta situación, el Poder Ejecutivo alguna participación
tuvo, concluyó ya sin eufemismo. Y fustigó al
vicepresidente Carlos Chacho Alvarez porque los presuntos
hechos de corrupción ocurrieron en el organismo que
él preside. De esta forma, Menem aprovechó la
ocasión para focalizar el ataque contra Alvarez, el blanco
de sus mayores críticas. La pésima relación
con el ex presidente se acentuó a partir de la ruptura del
actual vice con el peronismo que dio lugar después al Frente
Grande.
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