La asamblea anual del FMI y el Banco Mundial en Praga fue cerrada ayer
con un día de anticipación y un día después
de su apertura. A pesar de los desbordes de los grupos más exaltados,
los manifestantes antiglobalización consiguieron su objetivo: evitar
que las burocracias del FMI y el BM tengan la fiesta en paz y poner en evidencia
la esquizofrenia de los discursos. Los puntos de discusión
en el orden del día fueron analizados en tiempo record, fue
la extraña justificación oficial. La reunión anual de las instituciones creadas en los acuerdos de Bretton Woods que un año de cada tres se realiza fuera de los Estados Unidos, sede oficial de los organismos no pudo ser la fiesta que sus organizadores esperaban. Las autoridades checas debieron resignar la posibilidad de mostrar a su país como el ejemplo del neocapitalismo postsoviético en la ex Europa del Este. Aunque los activistas arribaron a Praga desde todo el mundo, la mayor parte de los 20 mil participantes en las manifestaciones fueron checos. En tanto, las burocracias del FMI y el BM saben ahora que no sólo se globalizaron los flujos financieros y ciertas recetas económicas sino también las organizaciones dispuestas a enfrentar la unidireccionalidad de decisiones del capitalismo mundial. Tras la huida del Palacio de Convenciones que el martes protagonizaron las delegaciones, ayer se extremaron las precauciones de seguridad, pero no pudo evitarse el miedo y hasta la paranoia de muchos de los asistentes. En particular, luego de que algunos participantes fueran alcanzados y golpeados por los manifestantes. Según una fuente oficial del FMI, el adelanto de la clausura se debió a que ya no había más anotados en la lista de oradores y no a la dimensión que alcanzaron las protestas que, todavía ayer, continuaban en los alrededores del Palacio de Congresos, la sede del encuentro. En sus discursos de clausura, los titulares del FMI y el BM, Horst Köehler y James Wolfensohn, consideraron sin embargo que, a pesar de los relativamente inesperados avatares, la reunión fue productiva. Las decisiones de la asamblea son siempre tomadas por los comités y antes del debate formal que se limita a discursos donde los países o grupos de países miembro dejan sentadas sus posiciones. Entre los avances rescatados por Köehler y Wolfensohn se encuentran el alivio de la deuda de los países pobres muy endeudados y los entendimientos sobre la estabilidad cambiaria, y acerca de los precios del petróleo. Sin embargo, entre tantas buenas nuevas, los dos número uno de las instituciones financieras debieron referirse a los incidentes del martes, los que dejaron como saldo alrededor de 500 detenciones, un centenar de heridos y serios daños en los más que simbólicos locales de McDonalds y Kentucky Fried Chicken, entre otros. Fiel al ambivalente discurso del BM, Wolfensohn dijo sentirse afectado por las manifestaciones, pero reconfortado porque muchos se preocupan de verdad por los problemas de la pobreza. Por su parte, el director gerente del FMI consideró que los manifestantes desgraciadamente no buscaron el diálogo y la gente de esta bonita ciudad tuvo que asistir a semejante espectáculo. Deploro las heridas, particularmente de policías y planeo con Jim (Wolfensohn) visitar a algunos de ellos esta tarde, concluyó Köehler en su discurso de cierre. El presidente checo, Vaclav Havel, calificó la intervención de las fuerzas de seguridad de muy profesional y señaló que éstas no se dejaron contagiar por el bacilo de la agresividad. El número total de detenidos por los disturbios alcanzó los 500, 130 extranjeros, de los cuales 60 serán expulsados del país a la brevedad, señaló la policía checa. A pesar de algunas escaramuzas aisladas, ayer fue un día tranquilo en Praga y no se registraron mayores disturbios. Unos pocos manifestantes intentaron proseguir por todos los medios con las acciones no violentas, deseosos de hacer olvidar las escenas que se registraron el martes. No obstante, una gran cantidad de delegaciones abandonó el país, y por la tarde sólo quedaban unos pocos participantes en el lugar de la reunión. La clausura de la asamblea tomó por sorpresa a los delegados a la reunión, a los más de 1500 periodistas que cubrían el acontecimiento e, incluso, a los responsables de prensa del FMI y el BM. Sin embargo, la organización comunicó que mantenía para hoy la conferencia de prensa conjunta de Köehler y Wolfensohn.
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