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Cuando la delgada línea roja de Milosevic comienza a disolverse

Las protestas opositoras se intensificaron ayer en Belgrado. Aliados clave del régimen sopesan retirarse. Se teme que Milosevic reprima con las fuerzas que todavía le son leales.
The Guardian
de Gran Bretaña

Por Maggie O’Kane
Desde Belgrado

t.gif (862 bytes)  Miles de partidarios de la oposición, agitando volantes que proclamaban que el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, estaba “quebrado como un sonajero”, inundaron anoche el centro de Belgrado en una prueba de fuerza luego de la disputada elección del domingo. Era la cuarta noche consecutiva de enormes protestas. La policía ordenó a los manifestantes que desarmaran un podio montado frente a las puertas de Comisión Electoral Federal (CEF), pero de inmediato éstos se reagruparon a poca distancia. Se espera que los resultados finales de las elecciones presidenciales sean anunciados esta noche. Pero como Milosevic controla la Comisión Electoral, muchos esperan que los resultados sean fraguados.
El partido de Milosevic admitió que el principal candidato de la oposición, Vojislav Kostunica, ganó la primera vuelta de la elección, pero señaló que no logró superar el 50 por ciento necesario para ganar en primera vuelta. En Belgrado, a medida que la gente salía a la calle poco después de las 17, antes de la manifestación planeada para las 20, nadie parecía contemplar la posibilidad de una segunda vuelta. Kostunica ya rechazó de plano la propuesta de ballottage hecha por Milosevic.
Ya van tres días en que se ignoran los pedidos en Yugoslavia y desde la comunidad internacional para que Milosevic acepte su derrota. El presidente Bill Clinton acusó ayer al presidente yugoslavo de tratar de robarle la elección a la oposición y dijo que Estados Unidos apoyaría al pueblo de Serbia. “A esta distancia parece que tuvieron elecciones libres y que alguien se las trata de quitar”, afirmó. Sin embargo, Milosevic fue procesado por el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra en La Haya, por lo que no tiene muchas alternativas si decide abandonar el poder. De hecho, Washington ya ofreció una recompensa de 5 millones de dólares por su captura para ser juzgado en La Haya.
Había temores anoche de que Milosevic intentaría utilizar a sus paramilitares para dispersar la manifestación. Antes que comenzara el mitin, varias docenas de policías merodeaban por las zonas céntricas de la capital con las manos en los bolsillos. Los líderes de la oposición quieren evitar la violencia y temen que el régimen inicie provocaciones. “Nuestra posición es evitar cualquier conflicto; somos los ganadores y no necesitamos conflictos”, dijo Zoran Djindjic, un dirigente opositor. Activistas estudiantiles advirtieron que agentes del gobierno vestidos con la remera de la protesta podrían provocar choques en la manifestación. Se rumorea que la policía confiscó unas 4 mil remeras, impresas con un puño cerrado, el símbolo del movimiento Otpor (“resistencia” en serbio). “Queremos advertir que no somos responsables por eso, porque nuestros métodos no son violentos”, enfatizó el militante Vukasin Petrovic, un arquitecto de 32 años. Pero Petrovic señaló que “en estos momentos estamos ignorando a Milosevic. Es un nuevo fenómeno psicológico que no vi nunca antes: puede hacer lo que quiera. Puede decir que es el rey del mundo, pero a nadie le importa”.
Mientras tanto, antiguos aliados de Milosevic se preparan para huir de un barco que se hunde, y amenazan con abandonar la coalición oficialista en el Parlamento serbio. Vojislav Seselj, líder del extremista Partido Radical, está sopesando su salida, que significaría la caída del gobierno de Milosevic. Es significativo que los seguidores de Seselj –que estuvieron entre las tropas de choque durante las “limpiezas étnicas” de Milosevic en Bosnia y Kosovo– ya comienzan a desertar de sus filas. Otro ex aliado, el equívoco Vuk Draskovic, también está pagando el precio por negarse a integrar al frente unido contra Milosevic. Después de una devastadora derrota para su partido, el Movimiento de Renovación Serbia, Draskovic admitió públicamente ayer que se equivocó al no apoyar la candidatura de Kostunica.
El régimen todavía no parece reconciliarse a su derrota. Pero los medios de comunicación que tiene a sus órdenes no saben cómo reaccionar. Los dos canales de televisión del gobierno, BK TV y Studio B, sorprendieron ayer a sus espectadores con extensas crónicas sobre la conferencia de prensa de la oposición, donde se anunció que Milosevic había perdido las elecciones. Por primera vez, parecería que Milosevic comienza a perder el control sobre una de sus armas más poderosas.

 

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