Sólo el 30 por ciento de los egresados de la Facultad de Medicina (UBA) tiene vacantes garantizadas para realizar residencias en hospitales. Por eso, la búsqueda de nuevas plazas se ha convertido en uno de los principales objetivos de la nueva gestión de la facultad, que puso la mira en los hospitales del interior del país. El primer paso ya se concretó: el Internado Anual Rotatorio (IAR) –el último tramo de la carrera– consiguió este año 430 vacantes nuevas a lo largo del país y superó las 1500 plazas. Ahora, a través de convenios con distintos municipios y provincias, el desafío será convertir esos espacios en vacantes para los futuros residentes. “La calidad de la formación aumentaría de manera superlativa. Y, de contar con residencias para todos, la carrera podría acortarse –dijo a Página/12 el decano Salomón Muchnik–. Si algunos temas se ven en la residencia, ciertas materias podrían reducirse del plan de estudios y revisarlas para evitar duplicaciones”, anticipó.
La iniciativa de Medicina puede leerse como una respuesta política a uno de los enfrentamientos entre el decano anterior, Salomón Schächter, y la mayoría de la Alianza en la facultad, que concluyó con la renuncia de aquél. “Las autoridades pasadas decían que en la facultad no podían ingresar más que 900 estudiantes por año. Ahora tenemos 1530 vacantes para realizar el internado rotatorio. Y el desafío es garantizar que todos los estudiantes puedan tener salida en las residencias”, dijo Sergio Provenzano, consejero directivo de la facultad.
Hasta hoy, los espacios ofrecidos por el sistema de residencias se cubren por concurso libre. Los más de 4500 graduados en Medicina de todo el país libran una suerte de batalla para acceder a la escasa oferta. Entre los hospitales porteños, la red de hospitales universitarios y los de la provincia de Buenos Aires, las pocas vacantes suman 1500. Sin contar a las universidades privadas, sólo en la UBA se gradúan un millar de médicos al año: en 1999 fueron 1080. “El problema es que la mayoría de los egresados de todo el país compite por esos mismos lugares en Buenos Aires. Lo que intentamos desarrollar, a través de convenios con municipios del interior, es una nueva estructura de residencias para los graduados de la UBA”, explicó Provenzano, también coordinador del IAR.
La búsqueda de más residencias partirá del Proyecto Desarraigo, un programa por el cual este año más de 100 estudiantes comenzaron voluntariamente a cursar el último tramo de sus carreras –el IAR– en unidades hospitalarias de diversas provincias (ver aparte). La idea es que los estudiantes que provienen del interior regresen a sus lugares de origen para concluir su formación. “Buscamos que las provincias recuperen sus mejores recursos y, a cambio, a los estudiantes se les ofrece una salida laboral inmediata”, dijo Provenzano. La iniciativa parte también de un diagnóstico de desequilibrio. Por un lado, “hay que descomprimir a los hospitales universitarios, como el Clínicas”. Y, por otro, “hay bolsones del país que no cuentan con la cantidad de médicos suficientes y otros donde hay exceso de profesionales”, según dijo Provenzano. Por eso, la apuesta de la facultad será profundizar lazos con las zonas de frontera y con el segundo cordón del Gran Buenos Aires, donde viven 18 millones de personas.
El proyecto de Medicina apunta a que las mismas provincias que reciben a los estudiantes del IAR ofrezcan residencias para los alumnos de la UBA. “A partir del diálogo con intendentes y gobernadores, esperamos convencerlos de que el sistema de residentes es el más económico y efectivo para brindar una cobertura de 24 horas a la población. Y también, claro, un sistema de aprendizaje universitario fundamental”, aseguró el decano Muchnik. “Así, podríamos conseguir tantas vacantes como alumnos tenemos”, completó Provenzano. Las negociaciones ya comenzaron con el partido de La Matanza y la semana que viene se iniciarán con las provincias de San Luis y Tierra del Fuego. Para evitar conflictos con otras facultades que forman médicos, se evitó y se evitará firmar convenios con Santa Fe, Tucumán y Corrientes. El deseo de Muchnik es que, “a pesar de las dificultades económicas de los municipios”, se dé “un fenómeno explosivo. Si funciona bien y las poblaciones se sienten protegidas, puede producirse una suerte de competencia y otros intendentes también van a querer tener nuestros residentes”.
La facultad se hará cargo de ofrecer un “plan académico” a cada centro de salud municipal o provincial. “Podríamos enviar un jefe de residentes elegido por concurso para supervisar y contener el trabajo de cuatro egresados. Cada año se irían incorporando otros cuatro hasta llegar a un máximo de doce por hospital”, contó Muchnik. Además del control académico, la facultad también daría “recomendaciones domésticas”, como el tipo de habitación necesaria para los residentes, una biblioteca mínima y las sugerencias de cuánto deberían cobrar, de acuerdo a cada lugar.
El principal beneficio que traerían las nuevas vacantes para residencias se observaría en la formación académica de los graduados. “La posibilidad de hacer residencias es decisiva en la calidad de la enseñanza. La formación mejoraría de una manera superlativa. El progreso que hacen los egresados cuando trabajan en un hospital es asombroso. No parecen las mismas personas que antes salieron de la facultad”, aseguró Muchnik.
De triunfar el proyecto, también se producirían cambios en el plan de estudios de la carrera. “Cuando uno tiene residencias para todos, la carrera no tendría que ser tan larga. Si algunos temas se ven en la residencia, podría reducirse del plan de estudios y ciertas materias podrían revisarse para evitar duplicaciones –señaló el decano–. Con la residencia garantizada, la carrera tenderá a acortarse. En cambio, al faltar lugares para la residencia, la carrera se alarga.”

PARA TODOS LOS ALUMNOS Y DOCENTES
Con censos en la UBA

La semana próxima comienza el censo para todos los estudiantes de la UBA. Es requisito obligatorio para ser considerado alumno regular. Además, este sábado concluye el censo de los docentes.
En el primer caso, el trámite es obligatorio para todos los estudiantes de grado y de posgrado y también para los alumnos de los colegios secundarios dependientes de la universidad. Los estudiantes podrán censarse a partir del lunes, en todas las facultades, sedes del CBC y en los colegios, donde se habilitarán mesas especiales. Hay que presentar la libreta universitaria o el documento de identidad. El plazo vencerá el 31 de octubre.
En el caso de los docentes, el censo –también obligatorio para todos, rentados o no– puede tramitarse vía Internet, en el site www.uba.ar
Hasta ayer se habían censado cerca de 12 mil docentes sobre un total que se calcula en 20 mil. Los rezagados tienen tiempo hasta el sábado.

 

Antorchas Hoy, los investigadores del Conicet, junto con docentes universitarios, realizarán una marcha de antorchas en reclamo de más recursos. A las 18, se concentrarán frente a la sede del organismo, sobre Rivadavia al 1900. Después de una asamblea, a las 19 rodearán el Congreso esgrimiendo 200 antorchas pequeñas y una gigante. “Reclamamos más presupuesto para la ciencia y la tecnología. Los diputados y senadores no pueden aprobar el proyecto del Ejecutivo”, dijo Cristina Ibarra, delegada del Conicet.

Pedagogía y crítica Hoy y mañana, el experto en pedagogía Peter Mc Laren –profesor e investigador de la Universidad de Los Angeles– dará dos conferencias sobre “Perspectivas actuales en pensamiento y pedagogía crítica”. Allí abordará la globalización y las políticas de reforma educacional, la crítica al posmodernismo, el multiculturalismo y otros temas. Luego, habrá debate. Desde las 18.30 y hasta las 21, en la Casa del Estudiante (FUBA), en Uruguay 969. Informes e inscripción: 4814-2830 o [email protected].

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