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EL JUEZ YA TIENE LAS CONSTANCIAS DE RETIRO DE FONDOS RESERVADOS
Liporaci recibió un par de cheques

El magistrado que investiga el presunto pago de coimas ya sabe quiénes cobraron los dos cheques que totalizan más de seis millones de pesos, por fondos reservados. Fuentes de la investigación temen que esos datos no sirvan para incriminar a la SIDE.
El juez Carlos Liporaci, tras recibir los datos de la SIDE, fue al Senado a hacer un allanamiento.
Se centró en el despacho del cuasi confeso senador Cantarero. Hoy le tomará declaración indagatoria.

Por Adriana Meyer 

t.gif (862 bytes) Los cheques de la SIDE ya están en manos de la Justicia. El juez federal Carlos Liporaci sabe quiénes cobraron 6 millones y medio de pesos de una cuenta de la central de inteligencia, un día antes que el Gobierno anunciara el desbloqueo de las negociaciones para la sanción de la Reforma Laboral. El magistrado investiga los presuntos sobornos cobrados por senadores para aprobar la norma y la SIDE es el organismo que sigue en el centro de su atención. Si bien no trascendió la identidad de los cobradores, Página/12 pudo establecer que fueron dos empleados de la SIDE. Hoy declara el semiconfeso senador salteño Emilio Cantarero.
El gerente departamental de Asuntos Legales del Banco Nación, Carlos Alberto Erhart, fue quien entregó ayer a la mañana en el juzgado los comprobantes de pago número 13.028.371 y 13.028.378, y los cheques originales. El primero fue cobrado el 11 de abril y correspondía a 1 millón 500 mil pesos, mientras que el segundo de 5 millones salió de las ventanillas del Nación el 13 de ese mes. Los dos empleados de la SIDE retiraron el dinero para �realizar transferencias entre cuentas del organismo�. El jefe de los espías, Fernando de Santibañes, había explicado ante la Oficina Anticorrupción (OA) que en abril el Ministerio de Economía había reducido su habitual partida a la SIDE (de los 14.581.465 pesos de marzo a 12.559.891) porque debía cerrar los números para mostrar al Fondo Monetario Internacional. En consecuencia, De Santibañes autorizó una transferencia de una de las tres cuentas que tiene la SIDE en el Banco Nación (la 1581/11) hacia el tesoro de la secretaría para cubrir ese faltante. El dato fue publicado hace una semana por el diario Río Negro.
Liporaci libró un oficio a la SIDE para pedirle detalles de cómo fue la operatoria de la extracción de fondos, y podría citar a declarar a los cobradores y a quienes autorizaron la entrega de los cheques con su firma. Además, cuando declaró el encargado de las finanzas de los espías, Juan Gallea, omitió mencionar la existencia de las otras dos cuentas que la SIDE tiene en el Nación. Una fuente del caso relativizó la importancia del hallazgo de los cheques. �La explicación que den los que cobraron esos cheques o sus jefes es absolutamente incomprobable por la discrecionalidad que ampara la utilización de los fondos reservados�, fue el comentario recogido por este diario. 
Ayer fueron interrogados los dos choferes del senador justicialista Augusto Alasino. Según el anónimo que circuló en el Senado, en el inicio de este escándalo, los conductores de los legisladores habrían comentado entre sí los detalles de los arreglos para el pago de los sobornos y habrían sido reprendidos por el chofer de Angel Pardo, quien los calificó de �botones�. Los investigadores no descartan ordenar careos entre ellos por las contradicciones en que habrían incurrido. Ya habían declarado ante la OA pero en ese organismo fueron mucho más parcos que en el juzgado. Además, Liporaci le da un valor relativo a esos testimonios.
Hoy a las 10.30 prestará declaración indagatoria el semiconfeso senador Emilio Cantarero, asistido por el abogado Andrés Marutián. Si accede a responder preguntas, será consultado sobre las versiones de los sobornos y sobre la confesión que la periodista del diario La Nación María Fernanda Villosio asegura haber escuchado de boca del propio Cantarero, quien habría admitido que aceptó coimas para votar la nueva ley laboral. En tal caso la diligencia podría extenderse varias horas. La semana próxima será el turno del senador justicialista Eduardo Bauzá, el martes, y del radical Javier Mene- ghini, el jueves.

 

�Una bola de cristal�

El ex presidente Raúl Alfonsín pidió �una bola de cristal� cuando le pidieron que explicara la crisis en el Senado y las versiones sobre desinteligencias en la Alianza. Al estilo de su célebre pedido: �Un médico aquí�, que repitió infinidad de veces en su campaña electoral y durante su presidencia, Alfonsín solicitó, ante una pregunta de sus entrevistadores en el programa �Desayuno� que emite Canal 7 y en el que tiene una columna semanal: �Director: una bola de cristal, por favor�. La pregunta había sido ambiciosa: �Por favor, doctor Alfonsín, díganos lo más genérico posible qué pasa en el Senado, qué pasa en la Alianza, y entre el vice y el Presidente, y qué es esta historia de buscarlo a (Domingo) Cavallo� para supuestamente presidir el Banco Central. 

SE HIZO EL ALLANAMIENTO AL SENADO
Una medida con preaviso

�Se cumplió con lo que estaba ordenado�, repitió ayer el juez federal Carlos Liporaci en el medio de la vorágine de cámaras, flashes, micrófonos y gritos. Eran casi las ocho de la noche y recién había terminado la prolongada inspección ocular del despacho del sospechado senador Emilio Cantarero (PJ-Salta). El juez a cargo de la investigación de las presuntas coimas en el Senado se retiraba como había llegado: parco, raudo y con pocas palabras. Pero antes de tomar el ascensor, protegido por los custodios del Parlamento, remarcó que el operativo judicial realizado en la oficina 442c del Congreso se había cumplido �con absoluta normalidad�. Y, además, explicó que no se había retirado documentación. Sólo se sacaron fotografías, se realizaron pruebas con las máquinas de escribir y se hizo un plano visual �a mano alzada� del despacho. 
En el Congreso, la jornada de ayer fue atípica. Sobre la calle Yrigoyen, los custodios se preguntaban: �¿Ya llegó Lipo?�. Y el susodicho no se hizo esperar. Apenas pasadas las cinco, llegó apurado y con el gesto adusto, casi oculto detrás de los anteojos y enfundado en un traje gris. Lo primero que hizo en el Congreso fue subir al primer piso, a la presidencia provisional de la Cámara alta. Allí lo esperaba José Genoud. Después de conversar en privado con el radical, Liporaci pasó a saludar al secretario administrativo, Ricardo Mitre. Una vez cumplido el protocolo, el juez subió al segundo piso.
Todo el �allanamiento� duró casi dos horas y media. Además del juez y el secretario del juzgado, tres testigos estuvieron presentes en el operativo: el secretario parlamentario, Mario Pontaquarto, el senador Horacio Zalazar (PJ-Chaco) y Mitre.
El procedimiento judicial había recibido críticas por haber sido anunciado con anticipación. Desde el juzgado de Liporaci respondieron argumentando que la forma del operativo fue establecida por el propio Senado. �A tal punto esto es ridículo que nos pidieron que fijemos día y hora del procedimiento�, se quejó uno de los colaboradores del juez. 
�¿Para qué ordenó la medida? �preguntó Página/12 al magistrado.
�Secreto de sumario.

Informe: Martín Piqué.

 

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