Por Irina Hauser La mansión donde vive el juez Carlos Liporaci en Vicente López es una de las pistas claves para saber si se enriqueció en forma ilícita. Por eso, con la orden del juez Gabriel Cavallo ayer fueron allanadas la inmobiliaria y la escribanía que intervinieron en la operación de compraventa. El magistrado declaró que por ella pagó 610 mil pesos, pero los investigadores sospechan que tal vez no sea cierto, ya sea porque pagó más o porque la adquirió subvaluada. El fiscal Pablo Recchini, que tiene a su cargo la pesquisa, también pidió que los peritos de la Corte Suprema hagan una tasación del inmueble. Liporaci no puede disfrutar de la casa que se compró hace casi tres meses. No sólo por estar abrumado de trabajo con la causa de los supuestos sobornos en el Senado. Ayer a la mañana un falso rumor catapultó a un ejército de periodistas hacia la puerta de la mansión del juez convencidos de que lo que se había allanado era precisamente su casa. Lo que los policías revolvieron fueron las oficinas de la inmobiliaria Bellagamba y de la escribanía de Néstor Tamborenea. Se llevaron carpetas del inmueble, planos, facturas y también el protocolo de escrituras. Recién la semana próxima la Justicia tendrá alguna conclusión sobre el procedimiento. Los investigadores quieren juntar todos los datos posibles para calcular el verdadero valor de la vivienda. Por ejemplo, quieren ver qué comodidades ofrecía la inmobiliaria cuando la tenía en venta. También apuntan a chequear cuánto pagó Liporaci de honorarios al escribano, si firmó algún contrato con la inmobiliaria y qué comisión convino. Más allá de todo esto, la fiscalía pidió peritos del alto tribunal y martilleros para poder hacer una tasación certera. Según una versión periodística, el propio magistrado había admitido haber pagado 1,5 millones por su nuevo hogar. El dato disparó una denuncia en penal y una investigación el Consejo de la Magistratura, el órgano encargado de los juicios políticos contra jueces. Por ambos carriles la pesquisa marcha a un ritmo bastante acelerado para lo que suelen ser los tiempos judiciales comunes y a pesar de que la Corte aún no les remitió todas las declaraciones juradas de Liporaci que permitirán establecer su posible evolución patrimonial. Por ahora sólo cuentan con los listados de bienes que declaró a comienzos de este año y una modificación que hizo el 31 de agosto para agregar la información sobre su flamante residencia. Ante la Magistratura, Liporaci presentó espontáneamente los detalles sobre su patrimonio aclarando que por la casa pagó 610 mil pesos. Sin embargo, en su declaración oficial ante la Corte señaló que esa suma como correspondiente al valor fiscal, que suele ser muy inferior al valor real. �Esto no pasó desapercibido�, dijo un allegado al expediente. Pero no es el único punto llamativo. Para pagar solicitó un crédito de 210.700 pesos y se comprometió a devolver 200.000 en el plazo de un año y el saldo de 10.700 en 12 cuotas mensuales. Pero, según los cálculos iniciales su capacidad de ahorro no le alcanzaría para saldar toda esa deuda en tan poco tiempo, a menos que tenga ingresos mayores que los que declara.
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