Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

KIOSCO12

opinion
Por David Viñas

Petras: gringos e imperio

�El gobierno argentino debería sacar las fotos de Alfonsín y moverse hacia el siglo XXI�.
Del economista Rudiger Dornbusch, en la asamblea anual del FMI y del Banco Mundial, Praga, 24/9/2000
Humorismo macabro el de Mark Twain en 1898: provocado por la intervención norteamericana en Cuba y los resultados de la Enmienda Platt, propone que las estrellas de la bandera yankee �tal cual� sean reemplazadas por calaveras. Primera inflexión de una genealogía intelectual de Jaime Petras. El segundo momento de ese linaje posible exhibe otra fecha y un apelativo distinto: 1930/Waldo Frank: un par de insignias vinculadas a América Hispana y a la dedicatoria al peruano Mariátegui, además de al pasaje posterior por Buenos Aires, en el año 40, encrucijada en que los fascistas porteños lo golpearon y humillaron. Así como la tercera etapa crítica del árbol genealógico de Petras, se corporiza en el Wright Mills de La elite de poder, polémicamente difundida en la década del 60.
En el cruce de Insurgentes y Obregón �creo recordar�, un mexicano, de paso, sentenció: �Cuando un gringo, en el interior de los Estados Unidos, es de izquierda y criticón, hay que ponerle la firma, cuate�.
Petras, en su reciente presentación en la Sociedad Argentina de Escritores, sin ademanes, ni esdrújulas, llegó a encarnizarse con el doble discurso como típica estratagema del pragmatismo neoliberal. El eufemismo, complementario de la ambigüedad beatificada, es la figura preferida por esa retórica, y si pronuncia �globalización�, en lugar de decir imperialismo, es porque ha convertido en intimidatoria una apelación al envejecimiento de esta nomenclatura. Al operar con lo viscoso y eludir lo frontal, se niega a conectar la secuencia actual Praga-Fondo Monetario Internacional-Washington. El prestigio que implica un vocabulario radica en su presunto último modelo. Autos, bikinis, cañitas, palabras. Y la secuencia que se abre con �austeridad� y se entrecierra con �flexibilización� corrobora la distancia de la materialidad indispensable para el ejercicio del aterciopelado juvenilismo de los yupis.
�El deslizamiento del significado fundamental de las coimas �sugiere Petras� desde las leyes laborales hacia el folklore televisivo, es otro procedimiento acariciado por el doble discurso neoconservador. La clave política se disuelve en beneficio de la moralina espectacular.
Petras �de manera inesperada� coincide así con un axioma de Arturo Jauretche: �La mayoría de los intelectuales argentinos subieron al caballo por la izquierda y bajaron por la derecha�. Los monaguillos del eufemismo vinculado a la retórica neoliberal hicieron su aprendizaje en la dialéctica para concluir en la pragmática; de la lucidez crítica se fueron desplazando hacia la neblina del oportunismo. Ajustarse los cinturones, es su consigna primordial. Al fin de cuentas, de las exigencias de la heterodoxia se pasaron a lo confortable del posicionamiento; y la regocijante polémica de Petras con el mexicano Castañeda, ejemplifica nítidamente este recoveco. 
Generacionalmente �en corte sincrónico� Petras se inscribe en la secuencia del clásico disconformismo norteamericano actualizado entre Chomsky, Frederik Jameson, Edward Said y Norman Mailer (quien acaba de definir al demócrata Dole y al republicano Bush como un par de ovejas clonadas). Hoy, todos esos gringos a contrapelo en su propio país, conforman un coro desde la sociología hasta la literatura y la lingüística, que se ríe ya del �sueño americano�. Es que esos intelectuales críticos están convencidos de que semejante mitología, invertida, se ha convertido en una pesadilla que se extiende como una nube inexorable y color de hígado asomándose por Alaska hasta cubrir a Tierra del Fuego. 
�La academia de procónsules �insinúa Petras� mientras tanto estira los labios, se los maquilla, se los acaricia y dando un beso en el aire, murmura complacida �Ajuste permanente�.


 

PRINCIPAL