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Página/12 en Bolivia Por Oscar Guisoni Desde La Paz En el duodécimo día de huelgas y cortes de ruta, con el antecedente de la utilización de la Fuerza Aérea para reprimir, el líder cocalero Evo Morales accedió ayer a dialogar con el gobierno, mientras el dirigente sindical Felipe Quispe anunciará el lunes si sigue el camino de Morales. El presidente Hugo Banzer se mostró duro: �Pierden el tiempo quienes piensan que la erradicación se la puede negociar con ánimo de revertirla�. El Departamento de Estado norteamericano salió a respaldar a Banzer, acusando de �destructivos� a los cocaleros. Pero hay versiones de que las Fuerzas Armadas le han dicho a Banzer que no están dispuestas a seguir reprimiendo. Página/12 habló con Quispe, alias �El Mallku� (el Cóndor, en aymara), máximo líder de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb). Quispe salió ayer de la clandestinidad y se presentó en la ciudad de La Paz con la garantía de la Iglesia Católica y la Defensoría del Pueblo para dar un paso hacia las difíciles negociaciones con el gobierno que, supuestamente, tendrían que llevarse a cabo en la localidad de Achacachi, a orillas del lago Titicaca. En esta entrevista, �El Mallku� da cuenta de las razones de su lucha y de los términos en los que piensa encarar la negociación con el gobierno. �¿Hay condiciones favorables para dialogar con el gobierno? �Nosotros desde la crisis de abril que tenemos la voluntad de dialogar. Le hemos dado todos estos meses al gobierno. Pero como al gobierno le gusta bañarse en sangre indígena, se pone más difícil. Nosotros pedimos la anulación del proyecto de Ley de Aguas, no que lo archiven, porque si no, al rato lo van a volver a meter al Parlamento. Nosotros desconfiamos del Parlamento, porque no hay un solo diputado indígena que nos pueda defender. También queremos que se anule la Ley de Reforma Agraria, ése es el precio de la sangre que hemos derramado. Y no nos conformaremos con una carta, queremos una resolución del Consejo de Ministros. También defenderemos la coca de Yungas a sangre y fuego, porque gracias a esta sagrada hoja nosotros estamos aún con vida, podemos hablar, podemos trabajar en las minas, en las fábricas. La coca no sólo tiene alcaloides, tiene otras propiedades que nos sirven desde hace mil años. �¿Van a levantar los bloqueos para empezar a dialogar? �No, no vamos a sacar ni una piedra. Vamos a propiciar, más bien, que se sumen otras provincias. Nos estamos haciendo respetar, ningún dirigente se va a bajar su pantalón. Cuando tengamos el papel firmado por los ministros del Estado, bajaremos a las bases a consultar. �Si el gobierno negocia todo menos la erradicación de cultivos de coca, ¿ustedes aceptarán? �La herencia de nuestros antepasados no se negocia. Además, en Yungas no hay coca destinada al narcotráfico, es sólo para consumo. �¿En qué estado se encuentra el cerco a La Paz? �Está lejos todavía, no se preocupe. Poco a poco apretaremos el cinturón. Este es el segundo ensayo, nomás. El primero lo hicimos en abril, el tercero será el definitivo. Como lo hizo Tupak Katari en 1781.
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