Por Roque Casciero Es
posible que ni en el momento de mayor auge de la banda el nombre de Virus
haya aparecido tan multiplicado, y en ámbitos tan distintos, como por
estos días. Al mismo tiempo que Sony publica esta semana un CD doble de
la colección Obras cumbres con temas de toda la carrera del grupo
(más dos inéditos, "Tecnofón" y "Danza de
bengalas"), aparece un álbum tributo llamado Soy moderno/Las
bandas de los 90 cantan a Virus, en el que hay versiones de artistas
como Charly García y Francisco Bochatón, entre otros menos conocidos.
Además, la banda se apresta a tocar en Buenos Aires (6 y 7 de octubre, en
el teatro Astros) después de un silencio bastante prolongado, que
formalmente parecía una separación. "Nunca dijimos que nos separábamos",
afirma el cantante Marcelo Moura, sucesor en el puesto de su hermano, el líder
de la banda, Federico Moura, que murió en 1988. "Lo que sí, hacemos
parates, algunos más largos que otros." Su hermano Julio (guitarra)
considera necesaria una aclaración: "Después de la salida del disco
9, que prácticamente no tuvo difusión, hicimos un nuevo break
para replantearnos cómo íbamos a trabajar. En ese momento no estábamos
tocando, así que viajé a España, algo que quería hacer desde hace
mucho tiempo. Cuando volvimos a juntarnos, acordamos que la idea era
ponernos las pilas para tener más contundencia en cuanto al laburo. Y
además, ver si podemos aportar a que el rock argentino vuelva a tener el
lugar que perdió".
En los años '80, Virus logró imponer su pop rock innovador, con
letras que jugaban con las palabras, una estética refinada y teclados new
wave que sonaban extraños en el panorama de entonces. No les resultó fácil:
al principio los tildaban de frívolos porque promovían el baile y eran
el blanco fácil del sector más duro del rock argentino. "Hay mucha
gente de mi edad o un poco más chica que me dice que recién ahora nos
entiende", asegura Marcelo. Su hermano vivo lo atribuye a que, además
de hits muy directos, había en sus letras una ironía sutil y mucho para
leer entrelíneas. O sea, material difícil de digerir a primera oída.
Después de la muerte de Federico, ya todo fue más que complicado, aunque
el grupo se empeñó en seguir tocando.
"A mediados de los '80, no era fácil entender cosas como
'Luna de miel en la mano', que no hablaba de la luna de miel clásica",
afirma Quique Mugetti (bajo), el otro miembro original de la banda (que se
completa hoy con el guitarrista Daniel Sbarra, el tecladista Patricio
Fontana y el baterista Aitor Graña). "Tal vez hacía falta cierto
ejercicio mental de parte de la gente. No hay que olvidar que el país venía
de una época muy dura y cerrada, así que no era fácil abrir la cabeza a
nuevas posibilidades."
Julio Moura: Muchos nos preguntaban cómo podíamos tener
contenidos frívolos después de haber vivido momentos tan terribles. A
nosotros nos tocó vivir eso bien de cerca, porque tenemos un hermano
desaparecido. Pero sentíamos que lo mejor que podíamos dar era revertir
un poco la cosa.
Quique Mugetti: Además, había que recuperarse rápido. No
íbamos a esperar cincuenta años a que nos cambiara la cabeza para
ponernos a bailar. --Cuando Virus finalmente
disfrutaba del éxito, murió Federico. Ustedes siguieron adelante con el
disco Tierra del Fuego, que pasó prácticamente inadvertido. ¿Sintieron
que se los menospreciaba?
Quique: Sí, pero lo más gracioso es que hubo gente que,
después de seis años, me dijo: "Che, Tierra del Fuego estaba
bueno". Había mucho prejuicio...
Julio: Obviamente, Federico era la cara del grupo, pero
mucha gente pensaba que él era quien hacía todo cuando, en realidad, éramos
una banda que funcionaba muy unida. Fue muy fuerte perder a Federico: era
nuestro hermano y nuestro compañero de música. Pero justo antes de
morir, él nos dijo que lo mejor que podía pasar era que siguiéramos
adelante. Creo que nos sentiríamos mucho peor si hubiéramos terminado
con todo, más allá de que podríamos haber encontrado la felicidad en
otro lado. Hacer nuestra música es lo que nos da motivos para vivir.
Marcelo: Nosotros nos basamos en lo que sucede cuando nos
juntamos a tocar. Para mí, Virus sigue siendo un grupazo. Es distinto,
seguro, pero sigue teniendo un sonido bárbaro, cohesión, un criterio...
Y eso es lo que nos importa. Si no, nos sumaríamos nosotros también al
prejuicio. Por otra parte, todos nos hablan de nuestra historia, pero
nosotros vivimos el presente y el futuro inmediato. Sabemos que debemos
ser constantes con nuestro criterio y notamos que, con el tiempo, la gente
va aceptando a este Virus. --En una entrevista reciente dijeron que nunca se les pasó
por la cabeza publicar el material de Virus con Federico que permanece inédito.
Julio: Más allá de que no nos interesa porque estamos con
las pilas puestas en el futuro, tendríamos la sensación de una cosa
especulativa.
Marcelo: Esas cintas forman parte de un baúl con fotos y
recuerdos que son parte de una intimidad y no de un negocio. A mí me
jodería lucrar con la figura de Federico. --Pero a muchos fans de
Virus les gustaría, por ejemplo, una caja con material inédito de todas
las épocas.
Julio: Tal vez salga y no se enteren. Porque si no, debería
empezar a decir que dentro de seis meses sale eso, para que se arme toda
una pelota. Eso es lo que no queremos. Por ahí, por respeto a la gente,
sería bueno que pudieran escucharlo.
Marcelo: Tal vez hasta sería contraproducente para
nosotros, porque luchamos por imponer nuestra actualidad. Nosotros tenemos
que buscar canciones nuevas y una nueva química en el grupo, no hurgar en
el pasado para alimentar ese prejuicio de que Virus era el de antes.
Julio: Eso sería como avanzar con el freno de mano puesto. --¿Cómo es eso de que el material salga y nadie se entere?
Marcelo: Sí, explicalo, que yo tampoco lo entendí.
Julio: Simplemente me refería a que no haríamos bombo con
eso.
Marcelo: Bueno, no sería la primera vez. Por ejemplo,
tenemos una letra dedicada a Jorge, nuestro hermano desaparecido, pero
nadie sabe que es sobre eso. De hecho, nunca lo descubrieron. Es algo íntimo,
porque necesitábamos esa descarga emocional en una canción, pero no queríamos
contárselo a todo el mundo y especular con eso. Hubiera sido algo muy
bajo. Tenemos clara una conducta ética, errada o no. Y creemos que los
sentimientos van mucho más allá del negocio.
|