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Por Mercedes Sosa |
Adiós, mi enorme Cuchi
Nos unía un gran cariño. Yo, además, sentía por él una gran admiración. Me dolió, y me duele mucho su muerte, pero también me dolía cómo estaba viviendo sus últimos años. Para alguien tan culto y tan lúcido como el gran Cuchi Leguizamón era un crimen haber perdido una parte de la memoria. Sobre eso, sufría por no poder hacer lo que más lo estimulaba: tocar el piano. Este año he sufrido muchas pérdidas. El 27 de abril perdí a mi madre y ahora la música perdió al Cuchi. A veces una se pone a pensar qué es mejor, si morir viejo o morir joven y en la plenitud de sus facultades.
Junto a Yupanqui, creo que el Cuchi fue el más grande de la historia del folklore argentino. Como compositor, no hay que olvidarlos, nunca, como a Ariel Ramírez. Yo grabé muchas de sus canciones: �Balderrama�, �La pomeña�, �La arenosa�, �La Santa Mariana� (con músicos españoles), la �Zamba de Lozano�, �Si llega a ser tucumana�, entre otras, y siempre me produce y producirá una gran emoción cantarlas. Y un gran desafío, porque su repertorio fue cantado por grandes, como el Dúo Salteño, con el que el Cuchi hizo cosas maravillosas.
Lo conocí en Cosquín. Después estuvimos juntos acá en �Folklorísimo�, y compartimos momentos con Marcelo Simón, porque eran muy amigos. Yo me quedaba horas escuchándolo, ni me atrevía a hablar. Era un hombre de gran cultura musical, literaria, política, histórica. Se podía quedar horas hablando, y a una la maravillaba su fineza, su distinción, que le surgían espontáneamente, con sencillez. Se me vienen a la memoria muchos momentos que pasamos juntos, pero quizás una retiene más el último. Fue en Salta, en 1991, en el teatro. Me vino a ver, nos fuimos a comer juntos y fue una noche muy linda, en la que hablamos de todo.
De todas sus canciones, la �Zamba de Lozano� es la que más me conmueve. Y también me emociona cantar �Si llega a ser tucumana�, que Cuchi la hizo para mí, y que una vez me dijo que recordaba que cuando era muy jovencita era muy delgada, y que le inspiró el tema. Después se dijeron muchas teorías sobre esa canción, entre ellas que la protagonista de la canción, esa �moza tucumana�, estaba enamorada de un francés, pero eso no es cierto: yo nunca me quise casar con un francés, siempre quise quedarme en mi país, y cuando estuve afuera, luché en todo momento por volver. El vivió siempre arraigado a su Salta querida, nunca se quiso ir, hubiese extrañado sus cerros, su gente, sus bares. El vivió a su manera, y le regaló una música maravillosa a nuestro país. |
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