El nombre del médico radical Hugo Juri resultaba, hasta ahora, desconocido fuera del mundo universitario. También lo era allí, hasta hace poco. Y no es para menos. Su meteórica carrera política recién empezó en 1993. Apenas volvió al país, ocupó casi sin escalas el decanato de Medicina en la Universidad de Córdoba (UNC), la Secretaría de Salud de la capital cordobesa, el vicerrectorado y luego el rectorado de la UNC, la universidad más antigua del país. También, el año pasado, presidió el Consejo Interuniversitario Nacional. Desde ayer, comanda el Ministerio de Educación. Todo en sólo siete años. La gente de su entorno atribuye sus éxitos a su pragmatismo y su capacidad para generar consenso: en 1997 llegó a ser rector de la UNC apoyado por una coalición que incluía parte del radicalismo, la derecha y el peronismo. Por entonces, Juri basó su campaña en la difusión de un encuentro suyo con Fidel Castro (para atraer a la izquierda) y su defensa del proyecto educativo de la Unesco (para los demás sectores). En estos días trabajaba para su reelección y ya había ganado la adhesión de los socialistas populares, antes férreos opositores. Ahora asumió como ministro con amplio apoyo de autoridades y agrupaciones mayoritarias de las universidades. Los universitarios descuentan que la relación de Juri con el secretario de Educación Superior, Juan Carlos Gottifredi –ambos radicales–, será mucho mejor que la que el último mantenía con Juan Llach y que esto redundará en beneficio del sector. No obstante, la relación entre ellos conoció algunos enfrentamientos. “El año pasado, cuando la Alianza llegó al Gobierno, los dos eran rectores (Gottifredi en Salta) y tuvieron una pica muy fuerte por ver quién entraba en el ministerio”, confió a Página/12 un miembro de la Alianza. Aquella pulseada –donde también talló Juan Carlos Pugliese– la ganó Gottifredi. Pero, desde ayer, Juri encabeza la cartera de la que depende la Secretaría de Educación Superior. También este año hubo otro cruce entre ellos. Juri criticó públicamente a Gottifredi por la demora en la remisión de partidas presupuestarias. Al secretario no le gustó nada.
“La carrera de Juri fue impresionante. Cuando llegó a Medicina, no lo conocía nadie. No había militado. Y en un par de años fue decano y después rector. Es muy hábil”, dijo un docente opositor al hoy ex rector. “Su estilo sale del modelo tradicional en política. Es muy original. Le abre el juego a todos los sectores. Siempre nos sorprende con sus contactos internacionales”, contó un dirigente estudiantil que lo apoya. En la UCR, su apoyo proviene del hermano presidencial y profesor de la UNC, Jorge de la Rúa, y del cordobés Rubén Martí.
Tras vivir en Estados Unidos, Juri regresó al país entrados los ‘90. Rápidamente logró un cargo como docente interino en la Facultad de Medicina, donde había estudiado. Hacia 1992 ganó por concurso la designación de profesor adjunto de la materia Informática médica. No tardó en despegar. En 1993 se impuso en las elecciones de su facultad y, un año después, asumió como decano de Medicina. Pero estuvo sólo un año en el cargo. Renunció y asumió, en 1995, como vicerrector de la UNC, junto al entonces rector Eduardo Staricco.
Desde ese cargo comenzó a tejer la alianza que le permitió ganar los comicios de la universidad y ser, desde el ‘97, rector. “Durante la campaña, a la gente más progresista le mandaba un sobre con una foto de él con Fidel Castro, recortes de diarios sobre esa visita que había hecho a Cuba y hasta una cinta con la grabación de la entrevista con Fidel. A la gente de derecha le mandaba un libro editado por la Unesco”, recordaron algunos dirigentes políticos de la UNC.
Finalmente, Juri subió al Rectorado con el apoyo de una fracción del radicalismo, el peronismo y la derecha. Esa heterogeneidad provocó la fractura de la Franja Morada local. “Armó un consenso muy amplio, demasiado amplio –dijo a este diario uno de los referentes de la Franja en Córdoba–. Hizo una alianza que terminó fortaleciendo a los grupos más reaccionarios, sobre todo en Medicina y Derecho, grupos que impulsan larestricción del ingreso.” Pero no sólo eso: “Después de asumir, le empezó a hacer guiños a las facultades y escuelas manejadas por la izquierda”, contó un profesor. “Respetó los ideales de la universidad reformista”, lo defendieron desde el Frepaso. En los últimos días, Juri había encaminado un acuerdo para llevar como candidato a vicerrector, en las próximas elecciones, a un dirigente del MNR. En cambio –mientras es muy buena su relación con la mesa nacional de Franja Morada–, persistían sus diferencias con la Franja local. En ese marco se inscribe un reciente fracaso: el mes pasado no logró quórum para realizar una asamblea universitaria en la que se iba a reformar el estatuto de la UNC.
El periplo de Juri ganó impulso el año pasado. Alcanzó la presidencia del Consejo Interuniversitario Nacional y encabezó las protestas contra los intentos de recorte del menemismo. Con el arribo al gobierno de la Alianza, dio un primer paso en el Ministerio de Educación. Fue el único rector que entró en el consejo asesor de Llach en educación superior. Ayer dio el segundo paso.

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