Arrecifes amaneció como el alma de todos sus habitantes: gris
y silenciosa. Sólo en la calle Francia, en su cruce con Ocaris
y Sargento Cabral, se producía un incesante ir y venir de personas,
ya que allí se encuentra ubicada la Escuela Técnica Nº
1, el lugar donde fueron velados los restos de Luis Rubén Di Palma,
el personaje más querido de la ciudad, a cuyo velatorio asistieron
22 mil de los 26 mil habitantes. Los restos del ídolo fueron enterrados
ayer en el cementerio de la ciudad bajo una intensa lluvia que en nada
disminuyó la voluntad del pueblo de despedir a su ídolo,
que sufrió un accidente mortal el sábado cuando volaba su
helicóptero.
A partir de las 12, la gente de Arrecifes se acercó al gimnasio
donde se había implementado la capilla ardiente y desfiló
frente al féretro que contenía los restos de Di Palma. Muchos
se ubicaron luego en las pequeñas tribunas del gimnasio de la escuela
técnica y permanecieron allí en silencio, con el rostro
bañado en lágrimas.
Afuera, mientras tanto, algunos colocaron banderas en las rejas que se
habían implementado para delimitar el lugar por donde debía
ingresar la gente.
El corazón late por Di Palma, Gracias por todas
las alegrías que nos diste, Siempre te llevaremos en
el corazón - Familia de tuercas del Loco
Di Palma y sus hijos o Grande Di Palma y Chevrolet,
rezaban algunas de las banderas.
El presidente de la Nación, Fernando de la Rúa, y el ex
mandatario Carlos Menem enviaron sendas coronas.
Hacia las 16.40, un cura párroco de la zona ofició en el
mismo sitio del velatorio una misa de responso que se extendió
por algo más de 30 minutos, que concluyó con un cerrado
y respetuoso aplauso de una concurrencia que no reparó en despedir
masivamente al ídolo, a pesar de la intensa lluvia que se abatió
sobre la ciudad.
De esta manera, minutos antes de las 18.30 el cortejo fúnebre partió
hacia el cementerio, en una larga caravana de vehículos y dos autobombas
de los Bomberos Voluntarios de Arrecifes.
Los herederos de la dinastía Di Palma, Ernesto Bessone y Tito Hanley,
el mejor amigo de Di Palma, transportaron el féretro desde la autobomba
hacia la bóveda en la que fue ubicado.
Muchísimas personalidades del mundo de los fierros, impresionadas
y consternadas por la noticia, se acercaron a despedir al piloto. José
Froilán González, Norberto Fontana, Juan María Traverso,
Carlos Pairetti, Edgardo Lavari, René Zanatta, el cantante de tangos
Néstor Fabián, Luis Minervino, Ernesto Bessone, Guillermo
Ortelli, Pablo y Cristian Satriano, Jorge Oyhanart, entre otros, estuvieron
en el velatorio.
Era un ser humano extraordinario. Le gustaba, desde siempre, más
volar que los autos de carrera, era su pasión. No sé...
quizá tuvo una falla el helicóptero, o por ahí estaba
cansado, porque había trabajado mucho, dijo Luis Delconte.
El
automovilismo le dio su adiós
Es un dolor muy
fuerte para mí y toda la gente... es difícil de explicar.
La gente lo despidió de la mejor manera y ahora hay que recordarlo
como a él le hubiera gustado: siendo un ganador en la vida
y el automovilismo (Norberto Fontana).
Quería estar
en la despedida de este gran amigo. Hoy es un día de duelo
para el deporte argentino. Desde chico siempre estuvo al lado de
los fierros y por eso trabajó toda su vida para el automovilismo
(José Froilán González, uno de los primeros
en llegar).
Le queda un consuelo
muy grande: que su apellido va a seguir adelante en el automovilismo
nacional. La semana pasada, cuando nos juntamos en Arrecifes con
(Néstor) García Veiga y (Carlos) Marincovich, lo vi
llegar con la cara colorada y entonces en broma le dije: ¿Te
estuviste bronceando?y él me contestó: No...
estuve todo el día soldando en el taller (Carlos
Pairetti).
Siento un dolor
muy grande, era un tipo especial, tirando a único. Era un
tipo extraordinario, alegre, más allá de los problemas
que pudiera tener (Angel Monguzzi).
Me siento mal.
Luis era un gran tipo. El me insistió para que comprara un
helicóptero y, además, me enseñó a manejarlo.
No lo puedo creer. O se metió entre las nubes, en cuyo caso
el helicóptero se dio vuelta y lo desorientó, o bajó
tanto para escaparle a la tormenta que chocó contra algo
que estaba en el campo (Jorge Cupeiro).
Bajó como
40 kilos en 17 días. Marcos y yo lo cargábamos porque
estaba muy gordo y quería volver a correr (Luis Delconte).
Era un tipo auténtico,
que hacía lo que quería. Lo vamos a recordar siempre
verborrágico y desfachatado (Oscar Aventín).
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