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Agenda de derechos humanos en la escala de Italia

La visita de Ibarra a Roma fue ganando importancia: declarará en el caso del represor Olivera y estará presente en una audiencia por Suárez Mason.

Página/12
en Italia

Por Sergio Moreno
Desde Roma

t.gif (862 bytes)  Aníbal Ibarra está decidido a motorizar la causa por falsificación de documento que se le sigue en Italia al represor Jorge Olivera y a sus abogados. Para eso, va a declarar en el nuevo expediente que abrió la Justicia de este país, se encontrará con el ministro de Justicia, con el vicecanciller y con el fiscal que representó a Francia durante la audiencia que terminó con la abrupta e irregular liberación del militar acusado de secuestrar y torturar a Marie Anne Erize. Es tal la importancia que cobró esta escala de la gira comenzada en China, que Ibarra hizo viajar anticipadamente a la directora de Derechos Humanos del gobierno porteño, Gabriela Alegre, para que comience a gestionar las audiencias. El miércoles a las nueve, ex fiscal y ahora jefe de gobierno porteño acompañara, además, al camarista bonaerense Leopoldo Schifrin a atestiguar en el juicio que se le sigue al torturador Guillermo Suárez Mason y a otros represores en Roma por la desaparición de varios ciudadanos ítalo/argentinos durante la dictadura. Ibarra quiere que el gesto, su compromiso con la defensa de los derechos humanos, se note.
La escala romana de esta gira comenzada la semana pasada fue cobrando importancia con el correr de los días. Antes de partir, el jefe de Gobierno había dado instrucciones para que le gestionen en Roma una entrevista con el fiscal Giancarlo Capaldo, que represento a Francia en la malhadada audiencia que terminó con la fulminante liberación de Olivera. Asimismo, había pedido una audiencia con el ministro de Justicia italiano, Piero Fassino, para interiorizarse de la causa que su gobierno abrió contra los abogados del represor por falsificación de documento público.
La directora general de Derechos Humanos porteña, Gabriela Alegre, viajó a Roma a pedido de su jefe. Las gestiones prosperaron: Ibarra se enteró en China que además iba a poder declarar en esa causa como testigo calificado. “Es importante que, como jefe de la administración pública, responsable del organismo que supuestamente expidió el documento por el cual, dicen, Olivera fue liberado, exprese qué tipo de documento se entregó y porqué es falso”, dijo Ibarra anteayer, en Beijing, a este diario. La declaración se efectuará ante la fiscal de la nueva causa, Laura Condeme.
Pero el jefe de Gobierno piensa dar señales más claras aun. El miércoles deben declarar ante el tribunal de Roma el juez y camarista de la Provincia de Buenos Aires Leopoldo Schifrin y varios sobrevivientes del campo de exterminio de la dictadura que se conoció como El Vesuvio. Ibarra acompañará al juez y presenciará la audiencia, un juicio que se sigue a Suárez Mason por la desaparición de una decena de ciudadanos ítaloargentinos durante la era del terrorismo de Estado.
Antes de que ello ocurra, el ex fiscal se verá con el diputado Pietro Folena, coordinador de la secretaria nacional de los Democratici de Sinistra y uno de los impulsores de la nueva investigación que abrió la Justicia italiana contra Olivera y sus leguleyos locales, Augusto Sinagra y Marcantonio Bezicheri. También mantendrá una reunión con el vicenciller Franco Danieli, quien acaba de regresar a Roma desde Buenos Aires, interiorizado de la falsedad del documento que presentaron los abogados del represor y que le valió su libertad.
Ibarra aprovechó una invitación que le hizo esta ciudad para participar del Festival Roma-Europa, el encuentro de arte más importante de la península, que en cada edición celebra a una ciudad del mundo en su apertura. Esta oportunidad está dedicada a Buenos aires y al tango. Ibarra aceptó el convite con la idea de meterse de lleno en el caso Olivera, pero no por ello dejará de lado su labor de alcalde. Así, el miércoles será recibido a primera hora del día por Francesco Rutelli, intendente romano yrecientemente nominado candidato a primer ministro por la coalición de centroizquierda El Olivo.
Esta noche, Ibarra cenará con un noble, el barón Francesco Agnello, presidente del Cidim, un centro de financiación de las artes. El noble es mecenas de las artes italianas y fue uno de los mentores de la invitación a Ibarra. En la cena, el jefe de Gobierno tratará de convencerlo de que en Buenos Aires tambien hay artistas que recibirían gustosos sus liras o euros. Y si no puede abrir sus arcas al Río de la Plata, cuando menos que enseñe sus artes para financiar el arte.
Cuando Ibarra y la comitiva argentina dejen Roma, el jueves que viene, la ciudad se habrá comprometido más con la defensa de los derechos humanos. Comenzó poniendo en duda el certificado que sirvió de coartada para liberar a Olivera, continuó con la declaración de su falsedad. Ahora Ibarra va a chequearlo sobre el terreno y aportará información y documentos sobre el tema para que la nueva causa avance. Tal vez, el Gobierno italiano vuelva a pedir la captura internacional del represor que se escapó gracias a un fax trucho y a unos jueces que podrían dejar de serlo para enfrentar a la Justicia que dijeron defender.

 

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