Dario Alessandro *.
Me parece algo absolutamente improbable. El Gobierno ya planteó
que no es cierto, porque se reconocen problemas objetivos para la presencia
de Cavallo en el Ejecutivo. Si se concreta, afectaría la constitución
y la promesa electoral de la Alianza, porque Cavallo ha tenido mucha presencia
en los diez años de gestión de Carlos Menem. Hay que entender
que rumores hay de todo tipo, en este caso habría que ver de dónde
surgió. Yo creo que esto empezó a partir de la sugerencia
del gobernador bonaerense Carlos Ruckauf al presidente Fernando de la Rúa.
Ruckauf lanzó esa idea y después se lo comentó al Presidente.
Pero yo me quedo con la palabra del Gobierno. Además, seguir haciendo
especulaciones futuras sobre algo que el propio Gobierno ya dejó
bien claro, me parece innecesario.
* Jefe del bloque de Diputados de la Alianza
Jorge Altamira *.
Ideológicamente, Chacho hace tiempo que adhirió
a las posiciones de Cavallo frente a la ortodoxia del FMI. La llegada
de Cavallo al Banco Central tiene que ver con lo que sería la política
del Polo Productivo de rebajar los encajes bancarios, no importa el déficit
de presupuesto. Esto está reflejando un choque dentro de la burguesía
nacional, entre los acreedores internacionales que quieren cobrar a rajatabla
una buena parte de los bancos, el FMI y el grupo productivo
de Techint y Cía., al cual apoyan sectores internacionales. El
núcleo es éste: aquí hay un proyecto económico
muy fuerte de sectores monopólicos que tiene a Cavallo y a Chacho
como puntas de lanza, un sector de los bancos y un sector de las AFJP,
que no tienen dónde invertir, porque no hay reactivación.
En este tema, Chacho Alvarez encarna a un representante de un grupo muy
poderoso del establishment.
* Legislador porteño del Partido Obrero
Horacio Gonzalez *.
En medio de las campañas electorales supo cobrar cierta
notoriedad la idea del shadow cabinet, el gabinete en las sombras, figura
quimérica con la que cada candidato expresaba su idea anticipada
de gobierno ideal. Pues bien, hace varias décadas en la política
argentina hay un gabinete en las sombras, un arquetipo de orden, un diseño
permanente de poderes, una jaula de hierro inalterable que se arrastra
como un río solapado por la historia nacional. Desde los años
50, cuando Frondizi nombró ministro de Economía a
Alsogaray, retorna esta invariante en todos los gobiernos surgidos del
juego electoral. Aun tímidamente en sus comienzos, estos gobiernos
suelen agitar la reserva social imaginaria, maltrecha pero aún
latente, ligada a economías de producción, redistribución
y expansión. Muy pronto redescrubren el factor Cavallo,
esto es, el gabinete de las sombras donde habitan los duros protocolos
ortodoxos. Se trata de esas formaciones intelectuales, enunciados cristalizados,
miedos sombríos que se resuelven convocando las ataduras sistemáticas
al pensamiento económico que en el último medio siglo condicionó
gobiernos e intimidó la vida popular. Como sea, el nombre de Cavallo
ha sido dicho, musitado, sospechado o desmentido. Pero esencialmente significa
la recaída de los gobiernos salidos del voto popular, en esa verdad
en las sombras que los electos no se animaron a declarar en público
ni quizás en sus reuniones privadas. Porque es el factor
Cavallo, el camarín de la abdicación política,
el síntoma persistente de la falta de valentía para trascender
ataduras y compromisos, la señal implícita de una degradación
que no merecemos.
* Sociólogo, profesor universitario UBA
Atilio Boron *.
Si se llegara a producir el ingreso de Cavallo al Gobierno,
sería el certificado de defunción de la Alianza. Sería
la ratificación de las peores sospechas de mucha gente y el resultado
no podría ser sinocatastrófico para el Gobierno. Precisamente
cuando los acontecimientos de Praga demuestran el descrédito de
la fórmula neoliberal en todo el conjunto, cuando la asamblea conjunta
del FMI y del Banco Mundial tiene que levantarse un día antes,
producto del repudio popular en Europa, cuando economistas jefes del FMI
apelan a factores emocionales y psicológicos de los argentinos
para explicar el fracaso de su fórmula, instalar en el Gobierno
al hombre que en Argentina representa la quintaesencia del neoliberalismo,
parecería ser una forma rebuscada de cometer un suicidio político.
Lo que el Gobierno tendría que hacer, en lugar de pensar en incorporar
a personajes como Cavallo, es tomar nota de algunas lecciones de lo que
ha ocurrido en los países desarrollados, para comprobar que si
a éstos la crisis no los ha afectado tanto, fue porque no siguen
las recomendaciones del Consenso de Washington. La noticia sería
cómica si uno se olvida que puede ser realmente trágica.
* Politólogo, profesor universitario UBA
Marta Maffei *.
Sería otro paso atrás, sin ninguna duda. Cavallo
es el gestor de la política económica que trajo al país
el terrible endeudamiento que tenemos, la destrucción de las fuentes
de trabajo y de las políticas industriales. Más allá
de la desorientación que en este momento pueda tener el equipo
económico del Gobierno, el ingreso de Cavallo sería desastroso
para el país. Sinceramente, veo las visitas de Menem, Cavallo y
Martínez de Hoz como una vuelta de tuerca hacia el neoliberalismo
más ortodoxo. Lo único que pasó con estas corrientes
es que hemos perdido los trabajadores. Me parece profundamente desatinado
para la Nación, una traición a los intereses populares.
Si se concreta la llegada de Cavallo, vamos a tener que discutir con los
compañeros de la CTA qué hacer.
* Dirigente sindical Ctera/CTA
Patricio Echegaray *.
En esta serie de reuniones que consagraron el viraje del Chau
Menem al Hola Menem, Cavallo también fue consultado y se le ofrecieron
puestos para sumarse al Gobierno, que practica una política que
es absolutamente continuidad de la que aplicaron Menem y Cavallo. Por
lo tanto, no sería incoherente que se sume a este Gobierno. Por
otra parte, acá lo que se está verificando es que hay un
modelo de concentración económica que está siendo
aplicado por un partido liberal único, donde están Menem,
Cavallo y el gobierno de la Alianza también.
* Legislador porteño por Izquierda Unida
OPINION
Por Marcelo Stubrin *
Basta
de superministros
Hace muy pocos meses, el ex ministro y la Alianza protagonizaron
una confrontación electoral en la ciudad de Buenos Aires,
representando los polos opuestos en la elección del jefe
de Gobierno. Cuando los ciudadanos eligieron a Ibarra, rechazaron
a Cavallo como administrador de los asuntos públicos. Y hay
dos fuertes razones adicionales: la primera, que Cavallo propone
una devaluación encubierta en el cambio de la convertibilidad
uno a uno con el dólar, a una convertibilidad con una canasta
de monedas que incluya el euro, lo que significa perjuicios para
los asalariados que asistirán al encarecimiento del precio
del pan, la carne y la leche, y una ventaja solamente para los exportadores
que aumentarán su retribución. Ni qué hablar
de la consecuencia de esta medida para los argentinos endeudados
en dólares. Vale la pena y es posible insistir con la reducción
de los costos internos para lograr mejoras genuinas de la competitividad.
La segunda: No al superministro. Ningún país de la
región y casi ninguno del mundo desarrollado tienen un ministerio
que gobierne simultáneamente la economía y las finanzas
públicas. De modo que el camino a recorrer es el inverso
a la todopoderosa imagen del ex ministro como primus inter pares
en el gabinete de Menem. Un Ministerio de Hacienda que controle
las finanzas del Estado, es decir la recaudación, el gasto
y la deuda, es perfectamente compatible con un Ministerio de Economía
que se ocupe de la producción de bienes y servicios, la comercialización
y las exportaciones. Se trata de dos funciones diferenciadas que
requieren idoneidades y agendas diferentes. El primero concentrado
en el equilibrio fiscal y el segundo empujando el crecimiento, recorriendo
el interior del país y adaptando nuestra producción
a lo que el mundo está dispuesto a comprarnos. El de Hacienda
recorriendo las plazas financieras del mundo para conquistar inversores,
y el segundo viajando incansablemente por el interior del país
para que agricultores y ganaderos, industriales, pesqueros, mineros,
proveedores de servicios y comerciantes, sepan hacia dónde
se dirige la Argentina productiva, la que sobrevivió malos
gobiernos y constituye el único camino para bajar el desempleo
y la postración.
* Diputado nacional (Alianza-UCR)
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