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SAN PABLO VOTO CONTRA LA CORRUPCION Y POR EL PT
Un Suplicy para Cardoso

La candidata de la izquierda en San Pablo, Marta Suplicy, ganó en la primera vuelta de las municipales que se realizaron en todo Brasil. Suplicy se proyecta como presidenciable en el 2002.

Por Pablo Rodríguez

t.gif (862 bytes)  La izquierda crece y parece encontrar una nueva cara, pero la derecha no le pierde pisada. Estos son los resultados políticos provisionales de los comicios municipales de ayer en todo Brasil. Con el 10 por ciento de las mesas escrutadas en la ciudad clave de San Pablo, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), Marta Suplicy, obtiene el 34,8 por ciento de los votos y se asegura el primer lugar para el ballottage del 29 de octubre. Para disputarle la alcaldía están peleando el segundo puesto el conservador y multicorrupto Paulo Maluf, del Partido Progresista Brasileño (PPB), y Geraldo Alkmin, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) del presidente Fernando Henrique Cardoso. En Río de Janeiro, con el 20 por ciento de sufragios ya registrados, el que pica en punta está bien a la derecha: Luiz Paulo Conde, del Partido del Frente Liberal (PFL), tiene el 33,71 por ciento y dos candidatos de izquierda (Benedita da Silva, del PT, y César Maia, del Partido Democrático Trabalhista) pelean para llegar al ballottage.
Casi toda la atención se centra en San Pablo por varias razones. La primera y más obvia es que el estado paulista concentra el 35 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) brasileño, y que San Pablo es por varias leguas la capital económica del Brasil. La segunda razón es que la candidata del PT, Marta Suplicy, está muy cerca de ganar la segunda vuelta y desde allí puede transformarse en la esperanza de la izquierda brasileña para alcanzar el poder en el 2002, luego de tres derrotas presidenciales consecutivas de su líder y máximo símbolo, Luiz Inácio “Lula” Da Silva.
Y la tercera razón de la importancia de San Pablo es que tiene para aportar el dato más “divertido” de los comicios municipales de ayer: que Fernando Collor de Mello –paria político, ex presidente que renunció antes de que un juicio político lo destituyera por un escándalo de corrupción– obtuvo el 0,31 por ciento de los votos. Collor de Mello se quería presentar como candidato, pero el martes el Tribunal Superior Electoral (TSE) resolvió que todavía está vigente su inhabilitación para ejercer cargos políticos (que data de 1992). Con cinco días para modificar los datos de las urnas electrónicas, el TSE no llegó a borrar el nombre de Collor de Mello entre los candidatos y así llegó a sacar votos, que serán considerados nulos. “No importa, Collor de Mello ya está en campaña presidencial para el 2002. Muchos apuestan por él y es bueno que las turbinas se calienten”, dijo Levy Fidélix, su candidato a vicealcalde.
Es probable que las turbinas se calienten más con el ascenso de Marta Suplicy. La ganadora de los comicios de ayer en San Pablo se ha convertido desde hace 10 años en una de las principales dirigentes del PT y la más importante dentro del estado paulista, para el que fue candidata a gobernadora en 1998. Suplicy representa el máximo cambio que la izquierda brasileña puede esperar luego de los largos liderazgos de Lula en el PT o de Leonel Brizola en el PDT. Marta Suplicy es “el” aggiornamiento: no es una trabajadora escasamente educada, como Lula, sino una bonita mujer de familia rica que supo posgraduarse en Stanford; no habla de “defender al pueblo” sino de “representar a la ciudadanía”; no se pronuncia tanto en contra del neoliberalismo como de “luchar contra la corrupción”.
Teniendo en cuenta que se presenta en San Pablo, no se trata de un dato menor, porque los escándalos de corrupción están a la orden del día. El actual alcalde Celso Pitta tiene dos condenas en segunda instancia, que están suspendidas, y su ex esposa lo acusa de comprar votos y aceptar sobornos varios. Una investigación de la Fiscalía paulista le costó el puesto a mil funcionarios y existe una denuncia de evasión de 93 millones de dólares del gobierno nacional en una obra local.
Sin embargo, a pesar de este dato local, Marta Suplicy parece representar mejor ese aggiornamiento que el mismo Lula intentó acelerar para sí mismo en la campaña electoral de 1998. En aquel momento, los asesores de Lula elogiaban la Tercera Vía de Tony Blair, Lula mismo alababa la política de empleo de la administración Clinton y se ganaba conello algunas tormentas dentro de su partido. Presentarse como moderado fue su objetivo principal y algunos de los dirigentes del PT deslizaron después de la derrota de 1998 que Lula había sido víctima de su propia imagen de luchador, poco valorada hoy en día. El mismo Lula dijo ayer que “el PT está en el camino correcto y, en una o dos elecciones más, deberá llegar al poder con victoria en los principales gobiernos y en la presidencia”.
Sin embargo, al salir de San Pablo, el panorama de crecimiento de la izquierda aggiornada no es tan claro. El derechista Partido del Frente Liberal, principal aliado de gobierno de Cardoso y heredero ideológico directo de la dictadura, está ganando en Río de Janeiro y en Salvador, capital de Bahía, feudo del líder histórico del PFL, Antonio Carlos Magalhaes. Mientras tanto, la socialdemocracia de Cardoso y el Partido Socialista Brasileño (PSB) son favoritos en dos capitales de estado. Hay otros dos datos a considerar. El primero es que el 80 por ciento de los candidatos son alcaldes que se presentan a reelección, algo que permite la reforma constitucional que le permitió al mismo Cardoso su reelección. “Esto indica que hay una inclinación muy fuerte del electorado para mantener a los alcaldes que obtuvieron un buen desempeño”, destacó Cardoso. Y el segundo es que, según los datos parciales, sólo ocho de las 5559 alcaldías que se ponían en juego están siendo definidas en esta primera vuelta. En el ballottage, cuando todo sea en blanco y negro, se sabrá realmente si la izquierda está en condiciones de dar pelea en el 2002.

Claves
La candidata del PT brasileño, Marta Suplicy, está ganando en la primera vuelta en San Pablo en los comicios municipales brasileños y tiene amplias posibilidades de ganar el ballottage.
La izquierda pasaría así a gobernar la ciudad más importante del Brasil y presentaría a una figura nueva luego del largo liderazgo de Luiz Inácio Lula da Silva, que perdió tres elecciones presidenciales consecutivas.
El PT podría disputar la segunda vuelta en otras alcaldías claves como Río de Janeiro.
Sin embargo, el derechista Partido del Frente Liberal, integrante de la coalición de gobierno, está triunfando en la capital carioca y en otras capitales de estado como Salvador, confirmando su fortaleza en el contexto nacional.
Para las presidenciales del 2002, serán fundamentales los resultados que obtengan la socialdemocracia de Cardoso y el laborismo de Leonel Brizola.

 

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