Por
Pablo Rodríguez
La izquierda crece y parece encontrar una nueva cara, pero la derecha
no le pierde pisada. Estos son los resultados políticos provisionales
de los comicios municipales de ayer en todo Brasil. Con el 10 por ciento
de las mesas escrutadas en la ciudad clave de San Pablo, la candidata
del Partido de los Trabajadores (PT), Marta Suplicy, obtiene el 34,8 por
ciento de los votos y se asegura el primer lugar para el ballottage del
29 de octubre. Para disputarle la alcaldía están peleando
el segundo puesto el conservador y multicorrupto Paulo Maluf, del Partido
Progresista Brasileño (PPB), y Geraldo Alkmin, del Partido de la
Socialdemocracia Brasileña (PSDB) del presidente Fernando Henrique
Cardoso. En Río de Janeiro, con el 20 por ciento de sufragios ya
registrados, el que pica en punta está bien a la derecha: Luiz
Paulo Conde, del Partido del Frente Liberal (PFL), tiene el 33,71 por
ciento y dos candidatos de izquierda (Benedita da Silva, del PT, y César
Maia, del Partido Democrático Trabalhista) pelean para llegar al
ballottage.
Casi toda la atención se centra en San Pablo por varias razones.
La primera y más obvia es que el estado paulista concentra el 35
por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) brasileño, y que San
Pablo es por varias leguas la capital económica del Brasil. La
segunda razón es que la candidata del PT, Marta Suplicy, está
muy cerca de ganar la segunda vuelta y desde allí puede transformarse
en la esperanza de la izquierda brasileña para alcanzar el poder
en el 2002, luego de tres derrotas presidenciales consecutivas de su líder
y máximo símbolo, Luiz Inácio Lula Da
Silva.
Y la tercera razón de la importancia de San Pablo es que tiene
para aportar el dato más divertido de los comicios
municipales de ayer: que Fernando Collor de Mello paria político,
ex presidente que renunció antes de que un juicio político
lo destituyera por un escándalo de corrupción obtuvo
el 0,31 por ciento de los votos. Collor de Mello se quería presentar
como candidato, pero el martes el Tribunal Superior Electoral (TSE) resolvió
que todavía está vigente su inhabilitación para ejercer
cargos políticos (que data de 1992). Con cinco días para
modificar los datos de las urnas electrónicas, el TSE no llegó
a borrar el nombre de Collor de Mello entre los candidatos y así
llegó a sacar votos, que serán considerados nulos. No
importa, Collor de Mello ya está en campaña presidencial
para el 2002. Muchos apuestan por él y es bueno que las turbinas
se calienten, dijo Levy Fidélix, su candidato a vicealcalde.
Es probable que las turbinas se calienten más con el ascenso de
Marta Suplicy. La ganadora de los comicios de ayer en San Pablo se ha
convertido desde hace 10 años en una de las principales dirigentes
del PT y la más importante dentro del estado paulista, para el
que fue candidata a gobernadora en 1998. Suplicy representa el máximo
cambio que la izquierda brasileña puede esperar luego de los largos
liderazgos de Lula en el PT o de Leonel Brizola en el PDT. Marta Suplicy
es el aggiornamiento: no es una trabajadora escasamente educada,
como Lula, sino una bonita mujer de familia rica que supo posgraduarse
en Stanford; no habla de defender al pueblo sino de representar
a la ciudadanía; no se pronuncia tanto en contra del neoliberalismo
como de luchar contra la corrupción.
Teniendo en cuenta que se presenta en San Pablo, no se trata de un dato
menor, porque los escándalos de corrupción están
a la orden del día. El actual alcalde Celso Pitta tiene dos condenas
en segunda instancia, que están suspendidas, y su ex esposa lo
acusa de comprar votos y aceptar sobornos varios. Una investigación
de la Fiscalía paulista le costó el puesto a mil funcionarios
y existe una denuncia de evasión de 93 millones de dólares
del gobierno nacional en una obra local.
Sin embargo, a pesar de este dato local, Marta Suplicy parece representar
mejor ese aggiornamiento que el mismo Lula intentó acelerar para
sí mismo en la campaña electoral de 1998. En aquel momento,
los asesores de Lula elogiaban la Tercera Vía de Tony Blair, Lula
mismo alababa la política de empleo de la administración
Clinton y se ganaba conello algunas tormentas dentro de su partido. Presentarse
como moderado fue su objetivo principal y algunos de los dirigentes del
PT deslizaron después de la derrota de 1998 que Lula había
sido víctima de su propia imagen de luchador, poco valorada hoy
en día. El mismo Lula dijo ayer que el PT está en
el camino correcto y, en una o dos elecciones más, deberá
llegar al poder con victoria en los principales gobiernos y en la presidencia.
Sin embargo, al salir de San Pablo, el panorama de crecimiento de la izquierda
aggiornada no es tan claro. El derechista Partido del Frente Liberal,
principal aliado de gobierno de Cardoso y heredero ideológico directo
de la dictadura, está ganando en Río de Janeiro y en Salvador,
capital de Bahía, feudo del líder histórico del PFL,
Antonio Carlos Magalhaes. Mientras tanto, la socialdemocracia de Cardoso
y el Partido Socialista Brasileño (PSB) son favoritos en dos capitales
de estado. Hay otros dos datos a considerar. El primero es que el 80 por
ciento de los candidatos son alcaldes que se presentan a reelección,
algo que permite la reforma constitucional que le permitió al mismo
Cardoso su reelección. Esto indica que hay una inclinación
muy fuerte del electorado para mantener a los alcaldes que obtuvieron
un buen desempeño, destacó Cardoso. Y el segundo es
que, según los datos parciales, sólo ocho de las 5559 alcaldías
que se ponían en juego están siendo definidas en esta primera
vuelta. En el ballottage, cuando todo sea en blanco y negro, se sabrá
realmente si la izquierda está en condiciones de dar pelea en el
2002.
Claves
La candidata
del PT brasileño, Marta Suplicy, está ganando en la
primera vuelta en San Pablo en los comicios municipales brasileños
y tiene amplias posibilidades de ganar el ballottage.
La izquierda pasaría
así a gobernar la ciudad más importante del Brasil y
presentaría a una figura nueva luego del largo liderazgo de
Luiz Inácio Lula da Silva, que perdió tres elecciones
presidenciales consecutivas.
El PT podría disputar
la segunda vuelta en otras alcaldías claves como Río
de Janeiro.
Sin embargo, el derechista
Partido del Frente Liberal, integrante de la coalición de gobierno,
está triunfando en la capital carioca y en otras capitales
de estado como Salvador, confirmando su fortaleza en el contexto nacional.
Para las presidenciales
del 2002, serán fundamentales los resultados que obtengan la
socialdemocracia de Cardoso y el laborismo de Leonel Brizola. |
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