La guerra
de Israel y Palestina
El jueves,
el líder derechista israelí realizó una provocativa
visita a la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén oriental, la
última diferencia importante que queda por zanjar en un acuerdo
de paz israelo-palestino. La visita desató los peores enfrentamientos
en años, causando hasta ahora 36 muertos palestinos y centenares
de heridos.
The New York Times
Los violentos choques entre fuerzas israelíes y palestinos
en el centro de la Ciudad Santa de Jerusalén resultan descorazonadores.
Justamente cuando el primer ministro, Ehud Barak, y el líder palestino
Yasser Arafat necesitan hacer un nuevo intento para llegar a un acuerdo
de paz, lo que prevalece es una tensión renovada. Ariel Sharon,
el líder del Likud, no le hizo ningún favor a Israel al
llevar provocativamente a sus partidarios el jueves al Monte del Templo,
subrayando la reivindicación de soberanía judía sobre
un lugar sagrado musulmán en un momento en que la autoridad sobre
la zona es el tema más sensible que queda por resolver en las negociaciones
de paz.* Editorial.
Los Angeles Times
En el comienzo del Año Nuevo Judío, los israelíes
estamos unidos solamente en nuestra ansiedad: aun si logramos la improbable
perspectiva de la paz con los palestinos, ¿podemos convivir entre
nosotros mismos? El tiempo no está cicatrizando nuestras contradicciones,
sino intensificándolas. Si se logra un acuerdo, el gobierno de
izquierda de Ehud Barak pronto empezará a erradicar docenas de
colonias en Cisjordania, el preciado legado de toda una generación
de sionistas religiosos. Por su parte, la oposición de derecha
promete que, si vuelve al poder en las próximas elecciones, va
a revocar los acuerdos de Oslo, amenazando la esperanza de la izquierda
de una Israel en paz en Medio Oriente.*
Yossi Klein Halevi, columnista israelí.
Haaretz
El acuerdo de paz se va a firmar porque los tiempos del statu quo
han terminado. El tiempo no está obrando en favor de nadie y ya
no hay ninguna justificación para el sacrificio de vidas humanas.
En una entrevista con Nekuda, la publicación oficial del Consejo
de Asentamientos Judíos en Judea, Samaria y el Distrito de Gaza,
Ami Ayalon dice que si no se establece un Estado Palestino la demografía
va a forzarnos a vivir en un país que, o bien carecerá de
cualquier carácter judío o será un Estado del apartheid.
Es una proyección a la que debe atenderse seriamente, particularmente
porque viene del ex jefe de las fuerzas de seguridad internas del Shin
Bet.* Yoel Marcus, columnista
israelí.
Súbito
demócrata
El presidente
peruano Alberto Fujimori viajó a Estados Unidos y obtuvo el apoyo
de la Casa Blanca. En Lima, la oposición acordó con el oficialismo
los términos de la transición a las elecciones de marzo
de 2001. Así, y sin la presencia de su ex monje negro Vladimiro
Montesinos (asilado en Panamá), Fujimori aparece ahora como el
garante de la transición hacia la democracia.
La República
Fujimori fue a venderles a los norteamericanos su condición
de imprescindible, tal y como lo hizo en todo momento desde el estallido
de la crisis. ¿A Fujimori le vamos a confiar la transición?
Pero parece que lo va a lograr. Los líderes de la oposición
han caído ingenuamente en el juego y lo han aceptado en principio,
porque les agitaron el fantasma del golpe y se lo comieron todito. Ahora
Fujimori echará a andar el peso del poder. Llevará una campaña
con el grupo fascista Vamos Vecino usando los fondos públicos y
los municipios que controla. Promoverá a los divisionistas de la
oposición como Lourdes Flores y Fernando Olivera para romper a
Toledo. Y colocará en Palacio de Gobierno a un monigote. (Mauricio
Mulder)
El Comercio
Un paso trascendental para la redemocratización del país
es que el Congreso de la República haya aprobado por unanimidad
la ley de desactivación del Servicio de Inteligencia Nacional,
acogiendo las modificaciones que los representantes del oficialismo y
del bloque democrático plantearon en la mesa del diálogo
auspiciado por la OEA. Hasta aquí, como se había adelantado,
todo señala pues que las negociaciones entre las bancadas oficialista
y de la oposición que retornó al debate parlamentario
funcionaron en forma extraordinaria, para arribar a un consenso que algunos
han calificado de histórico. Pero no se puede obviar que la desactivación
del SIN recién empieza. (Editorial)
Expreso
El viaje intempestivo del Presidente para consolidar el respaldo
de la OEA, las declaraciones de su secretario general y de la secretaria
de Estado norteamericano en relación con la crisis peruana, las
repercusiones hemisféricas del caso, no hacen sino confirmar que
la situación de nuestro país es delicada y que debemos enfrentarla
con criterio certero y firme.
Las fuerzas políticas han demostrado en los últimos días
que así lo entienden y en la mayoría de los casos han evidenciado
madurez. Prueba de ello es el hecho de que por fin el oficialismo y la
oposición han llegado a un consenso sobre la democracia y el Estado
de Derecho, que permite el funcionamiento del Congreso como órgano
que hará posible la transición. (Editorial)
Guerra
de Los Andes II
La magnitud
de la crisis económica y social en Bolivia se acerca a la ocurrida
en abril. Tras dos semanas de cortes de ruta y enfrentamientos con indígenas,
maestros y cocaleros que dejaron cerca de 10 muertos y varios heridos,
el gobierno decidió suspender la construcción de tres batallones
antidroga en la región de Cochabamba. Pero el conflicto sigue.
La Razón (La Paz)
La peor forma de enfrentar esta crisis es la de ocultar la realidad.
No hay peor cosa que repetir lo de siempre: que el movimiento social es
un movimiento subversivo, que lo que se busca es desestabilizar al gobierno,
etc. Lo que corresponde más bien es precisar los alcances de esta
crisis en sus orígenes y consecuencias. Hacerlo de una manera clara
con el fin de resolverla o paliarla a través del Estado, única
instancia que concentra el poder y la capacidad de cohesionar a la sociedad
así como de fijarse objetivos generales. Esta crisis tiene que
forjar una nueva conciencia nacional. De lo contrario estamos condenados
a la repetición indefinida del conflicto, a los bloqueos, a los
desencuentros, al éxodo y a la autodestrucción. (Ramiro
Velasco)
Los Tiempos (Cochabamba)
Bolivia nunca ha tenido hasta ahora una crisis de la magnitud que
está viviendo, que no solamente tiene el componente de la violencia
y la sangre fratricida sino la ausencia de orientación, de objetivos,
de definiciones mínimas sobre lo que somos, lo que queremos y hacia
dónde vamos. Que, aunque parezcan absolutamente superficiales,
son necesidades o requisitos indispensables para formular las soluciones
a los problemas que confrontamos. Por lo tanto, no es una crisis que se
va a resolver por las posiciones intransigentes, las manipulaciones o
las imitaciones sino con una gran dosis de autenticidad, de conocimiento
de nuestra realidad interna e internacional y, además, de un buen
cúmulo de información leal y veraz. (Editorial)
El Deber (Santa Cruzde la
Sierra)
La democracia nos ha otorgado a los bolivianos una sensible conciencia
de nuestros derechos y no una claridad de lo que son nuestros deberes.
Si no cambia la actitud de las élites protagónicas en relación
con los valores de la honradez, la eficiencia, la responsabilidad, la
participación, la actitud crítica, la educación,
la valoración de la capacidad y eficiencia por encima de otras
consideraciones, estaremos perdidos en una era en que las multinacionales
superan a los países, los sistemas administrativos se abrevian
y se hacen más eficientes, las comunicaciones son universales y
las finanzas, los productos y los servicios están globalizados.
Bolivia necesita una refundación de la ética colectiva que
proyecte las reformas del Estado. (Juan Carlos Urenda Díaz)
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