Página/12
en Italia
Por
Sergio Moreno
Desde Roma
Las llamadas que recibió desde Buenos Aires le confirmaron
a Aníbal Ibarra lo que supo desde el momento en que concedió
el reportaje que este diario publicó en su edición del domingo:
que estaba parado en otro sitio al de un gobernador de distrito, que ahora
estaba metido, de lleno, en la política nacional y que su opinión
es escuchada y causa consecuencias. Y lo definió así: Yo
no soy sólo un dirigente localista. El jefe de Gobierno porteño
ayer cumplió con su agenda distendido, aunque pendiente del teléfono.
Estoy conforme, convencido de que lo que le dije a Página/12,
afirmó ayer a este cronista. Sólo una llamada no llegó,
una que le interesa particularmente: la de Chacho Alvarez.
Las noticias que llegaban de Buenos Aires a Roma ayer marcaron el tempo
de la delegación argentina. Todas ellas hablaban del efecto causado
por las palabras y definiciones que Ibarra desgranó el sábado
pasado en Beijing, China, y que fueran publicadas el domingo pasado. En
la entrevista que le efectuó este diario, el ex fiscal fijo su
posición respecto a la encrucijada que atraviesa el Gobierno.
Sobre la crisis surgida a partir de los sobornos:
Las crisis no resueltas
siempre desgastan.
Esta crisis se resuelve
con más Alianza.
Esto no se resuelve contra
De la Rúa o contra Chacho. Esto se resuelve con De la Rúa
y con Chacho. Si no, veo un problema muy serio por delante.
Sobre la relación Fernando de la Rúa-Chacho Alvarez:
Tiene que haber
un marco de acuerdo estratégico entre el Presidente y el vicepresidente.
Esto no se puede resolver a costa de uno o de otro.
No es bueno un acuerdo
donde se diga que acá no ha pasado nada, que se pretenda salir
de la crisis hablando de gobernabilidad o haciendo defensas corporativas.
El saldo de la crisis
tiene que ser un Presidente fortalecido y un vicepresidente fortalecido
y no desautorizado.
Sobre Alvarez:
Chacho expresó
lo que siempre dijo la Alianza: que la corrupción no es un tema
negociable.
Sobre el Frepaso:
Hay que renovar en términos
políticos al Frepaso, no puede ser la oposición dentro del
Gobierno, sino que debe estar fuertemente involucrado con el gobierno
del país.
Sobre el gabinete:
La cuestión va
más allá de cambiar el gabinete. Más allá
de la suerte de algún ministro me interesa la suerte del país.
Con esta miríada de definiciones, Ibarra se centró en la
tormenta que tiene a la Alianza al borde de un ataque de nervios. Decidido
a jugar un papel más importante en la crisis desatada hace ya más
de dos meses, el frepasista jefe del segundo distrito más importante
que gobierna la Alianza (después de la Nación) propuso un
acuerdo entre De la Rúa y Chacho, aceptando el desacuerdo que existe
entre ambos y que asfixia al Gobierno; en esa asintonía, se paró
en medio de los dos, criticando sus roles pero defendiendo sus posiciones,
mientras exhortó a acordar sin heridas; envió un mensaje
claro a todo el Frepaso él es su segundo dirigente en importancia
y al propio Chacho; dejó claro que si ello no ocurre el futuro
es negro para la coalición y el Gobierno y, finalmente, alertó
sobre una pelea que dará: no aceptará que Cavallo ingrese
a la administración, ni en la cúpula del Banco Central ni
en ningún lado.
El mensaje de Ibarra surtió efecto. Ayer, los teléfonos
celulares que manejan la secretaria de Comunicación del Gobierno
porteño, Verónica Torras, y el director de Relaciones Exteriores,
Aníbal Gotelli, no dejaronde sonar. Desde el gobierno nacional
y municipal llegaron en dosis similares palabras de apoyo y reconocimiento
tanto de frepasistas como de radicales.
Sólo un mensaje no llegó. Uno que Ibarra sigue esperando:
Chacho no respondió los llamados. Puede que lo haga hoy, a pesar
del mutismo al que se entregó desde antes de que Ibarra se metiese
de lleno en la crisis. Si no lo hace hasta el jueves, no pasará
el fin de semana sin que, ya el jefe de Gobierno de regreso en Buenos
Aires, se encuentren, como solían hacerlo a menudo antes de que
Ibarra emprendiese su gira por China e Italia.
Olivera,
el justiciero
El represor Jorge Olivera, quien estuvo 43 días preso en
Roma acusado por la desaparición de la joven de origen francés
Marie Anne Erize, denunció ayer ante la Justicia una persecución
política por medio de amenazas e intimidaciones, a través
de los medios de prensa y acusó al Gobierno de ser
cómplice de la campaña que dice estar
sufriendo.
Dijo que la persecución no tiene límites e iguala
las persecuciones de los regímenes comunistas y acusó
además al juez correccional porteño (Eduardo) Etcharrán,
a su secretario y a los fiscales que, dijo, se negaron
a intervenir en el escrache en su contra.
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Menem
anticorrupción
Sin ruborizarse, el ex presidente Carlos Menem aseguró
que en los nueve meses que lleva la administración de la
Alianza la corrupción es lo peor que se ha dado en
los últimos tiempos en la Argentina. Y remarcó
que lo que pretende el PJ es que sea uno sólo el que
gobierne y tome todas las decisiones para que la Argentina comience
a crecer nuevamente. Como viene haciendo últimamente,
el ex presidente se entretuvo marcando las diferencias entre el
presidente Fernando de la Rúa y su vice, Carlos Chacho
Alvarez. Dijo que lo menos que se le puede pedir al Presidente es
que ejerza ese liderazgo que le ha dado el pueblo y añadió
que no sabe quién gobierna, si es el Presidente o el
vicepresidente.
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