�Terragno presentó un plan económico.� Así decía el título del comunicado que la oficina de prensa de la Jefatura de Gabinete envío ayer a los medios de comunicación. Pero en realidad �el texto lo aclaraba en letra más chica� lo que Rodolfo Terragno presentó fue un libro. Y para ser más precisos no fue una presentación, sino el relanzamiento de �La Argentina del Siglo 21�, en versión comentada para darle actualidad. Fiel a su estilo y a los enunciados del texto que alienta un modelo de país basado en la ciencia y la tecnología, Terragno apeló a una videoconferencia que tuvo por protagonistas al ex primer ministro español Felipe González, en Madrid; el profesor Sebastian Edward, en la Universidad de California; y al catedrático Peter Hakim, sentado a su lado. El Plan Bicentenario del que dieron cuenta sus encargados de prensa fue el eje del discurso que Terragno ofreció como cierre de la videoconferencia. �Este es un plan de aquí en adelante�, explicó el jefe de Gabinete, y después enumeró los �nuevos puntos de partida� y brindó algunas precisiones sobre cada uno. Mencionó la necesidad de dar solución al problema de los �déficit transitorios�, del �congelamiento de la deuda mala�, del �perfeccionamiento y aceleración de la reforma previsional�, de establecer �nuevo sistema tributario�, de la �ampliación de la base impositiva�, de invertir en �capital social�, de la �distribución social de las ganancias de productividad� y de la �convergencia cambiaria con Brasil�. Al entrar la presentación, Terragno había aclarado que la versión actualizada de su libro no se trata un �elemento de presión� contra el actual ministro de Economía, José Luis Machinea. �Son propuestas con imaginación y audacia, necesitamos de la energía de todos, necesitamos sumar todas las mentes creativas para salir de la crisis�, aclaró. Terragno relanzó su libro en lo que él calificó como una �catedral de hierro�, un viejo galpón industrial de San Telmo que a principios de siglo albergó una forja de molinos y que ahora está acondicionado como un salón para fiestas y recepciones. La editorial que apostó a la reedición del libro �que salió por primera vez a la venta en 1985� se encargó de los detalles. Todo aquel que llegaba recibía en la puerta un señalador hecho con una tira de papel cortado de la misma tapa del libro. Adentro, los mozos ofrecían saladitos, vino y gaseosa. Así y todo, la sala distaba de estar colmada. El obsequio de bienvenida lo entregaban unas chicas �que después escoltaron a Terragno en su ingreso al salón� con camisas blancas y unos pantalones turquesas tan llamativos como la ausencia de figuras en la presentación: el director General de Escuelas bonaerense, José Octavio Bordón, fue la personalidad saliente de la política y Ariel Ramírez puso la nota del ambiente artístico. Algunos inconvenientes con el sonido de videoconferencia pusieron en evidencia que, para la ciencia y la tecnología que Terragno pregona como la base del modelo futuro de país, falta. Aun así González pudo referirse a la necesidad de los cambios culturales en los países �emergentes� como la Argentina y de las inversiones externas para modificar su realidad económica y social, Hakim destacó que la educación es fundamental y Edward elogió la visión del jefe del Gabinete. Y el representante de la editorial no tuvo problemas en equiparar el libro del Jefe de Gabinete con Las Bases, de Juan Bautista Alberdi. �Los dos textos fundamentales de la Argentina�, se entusiasmó.
|