Al Gore y George W. Bush volvieron ayer a sus respectivas campañas luego de que el debate de la noche anterior concluyera en lo que muchos analistas estimaron que fue básicamente un empate técnico. El vicepresidente demócrata viajó a Ohio y el re- publicano se trasladó a Pennsyl-vania, dos estados clave para las elecciones presidenciales de noviembre. Los sondeos de opinión pública realizados tras el debate le daban una pequeña ventaja al demócrata. El encargado por la cadena CBS reveló que el 52 por ciento consideró que Gore había superado a su rival. Un sondeo similar hecho para la CNN establecía que el 48 por ciento lo daba como ganador, contra 41 por ciento de Bush. Los próximos teledebates se realizarán el 11 y el 17. Y hoy se enfrentarán en Kentucky los candidatos a vice: el demócrata Joe Lieberman y el republicano Dick Cheney. Si quedaba alguna duda, el choque demostró que los candidatos no se parecían en nada. Durante los 90 minutos que duró un cruce lleno de datos y estadísticas contrastantes, Gore y Bush demostraron tener ideas distintas sobre el papel que le correspondía al gobierno en Estados Unidos. Bush denunció que el plan presupuestario de su contrincante aumentaría el tamaño de las agencias federales, empleando a �miles de burócratas más�. El contraataque de Gore recalcó, todas las veces que pudo, que �la mitad (del recorte impositivo que propone Bush) está dirigido al 1 por ciento más rico de la población�. También acusó que la privatización parcial del sistema de jubilaciones que proponía Bush era irresponsable. El consenso de los analistas fue que Bush no se lució en política exterior, especialmente al ser contrastado con un Gore que quiso hacer valer su conocimiento de la situación política en Yugoslavia, país que, aclaró, �es la suma de Serbia más Montenegro�. Gore, sin embargo, cayó el martes en un error muy similar al que cometió hace tiempo al afirmar que había tenido el papel central en la invención de Internet, y que nadie dejó de reprocharle ayer. Cuando Bush se refirió a una serie de inundaciones en Texas y alabó la rápida visita de James Lee Witt, actual director de la Agencia Federal para las Situaciones de Emergencia (FEMA), Gore agregó rápidamente que había acompañado al funcionario en ese viaje. Pero ayer una portavoz de Bush, Ari Fleischer, negó enfáticamente que �el vicepresidente haya ido jamás a Texas con Witt�. Interrogado sobre esta discrepancia, el portavoz de Gore, Chris Lehane, admitió el error de su jefe. La asesora de comunicaciones de Bush, Karen Hughes, no desaprovechó la oportunidad: �Desgraciadamente es un patrón preocupante: el vicepresidente tiende a embellecer o a inventar�. Bush prefirió no mencionar, por ahora, esa falla de su contrincante. Se concentró en las diferencias fundamentales entre sus �filosofías�. Durante un mitin reunido ayer en Filadelfia, enfatizó que �yo confío en la gente mientras que mi adversario confía en el gobierno�. Sobre las críticas de Gore a su plan impositivo, el gobernador de Texas respondió que �he aquí un hombre que utiliza lo que llamo cifras dudosas fabricadas en Washington para intentar convencer a la gente de que el gobierno federal debe administrar su dinero�. Gore, mientras tanto, ya había recibido las felicitaciones del presidente Bill Clinton por su �buen trabajo� en el debate. Según Clinton, el vicepresidente tuvo éxito en concentrarse sobre los grandes temas de su programa y evitar lanzarse en ataques personales, así como explotar las debilidades de Bush sobre el tema de las jubilaciones y el derecho al aborto. El análisis desde los medios fue variado. Bush �se defendió bien en el primer round�, aseveró el Dallas Morning Post, que sale en el mismo estado que gobierna el republicano. La revista de Internet Slate se situó al otro extremo al afirmar que �Bush recibió una paliza�. Más cauto, el Washington Post consideró que �ambos demostraron que cumplen los requisitos mínimos para ser candidatos creíbles�. El New York Times comentó, un poco grandilocuente, que �hubo sorpresivamente pocos de los errores y golpes que el público recuerda de los debates; la impresión más poderosa era la de dos personas con dos visiones distintas del gobierno�. El Los Angeles Times sintetizó que �si el debate representa la contienda presidencial, sigue siendo muy reñida�.
UN TRIBUNAL ANULO PARTE DE LAS ELECCIONES SERBIAS Las maniobras para terminar con la crisis serbia, en uno u otro sentido, son cada vez más. La más relevante (y sospechosa) fue que el Tribunal Constitucional de Yugoslavia �decidió anular parte del proceso electoral relativo a la votación, el análisis y la difusión de resultados de los comicios del 24 de setiembre�. Paralelamente, la oposición mantiene en pie el llamado a la desobediencia civil, y ayer lanzó un �ultimátum� a Milosevic para que hoy reconozca la victoria de su rival Vojislav Kostunica o se prepare para ser derrocado (pacíficamente) por los manifestantes.
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