Por Fernando Cibeira
Recién juramentado, el ex ministro y flamante secretario general de la Presidencia se dirigió hacia donde estaba el vicepresidente con una sonrisa apretada. Alberto Flamarique se encontró entonces que su jefe político �o su ex jefe� Carlos �Chacho� Alvarez le extendía la mano para evitar el beso, un gesto cariñoso que luego el vicepresidente no le rehusaría ni al desconocido doctor Loiácono, el nuevo secretario de Legal y Técnica. La escena sirve para medir el clima con el que el Frepaso vivió la tensa jornada de ayer. Luego de la jura, el vicepresidente se reunió en su despacho de Gobierno con su grupo íntimo para analizar la sorpresiva jugada del presidente Fernando de la Rúa. La primera impresión que sacaron Alvarez y su gente fue que con los cambios De la Rúa buscó armar un nuevo esquema de poder basado en el eje sindicalismo �gordo� �el operador Enrique �Coti� Nosiglia�, su amigo Fernando de Santibañes, más el agregado de Flamarique, quien hizo buenas migas con la entente justamente durante la negociación de la controvertida reforma laboral. Aunque eso sería el triunfo de sus enemigos internos, Chacho prefirió no hacer olas hasta ver los próximos pasos del Presidente.
Cada tanto, los canales de noticias repetían el momento de la jura y en el despacho de Alvarez volvían los comentarios socarrones sobre el desaire que se había llevado Flamarique. Después, la alegría que mostró en la ceremonia el secretario general fue evaluada como una �sobreactuación�. �Estuvo operando para llevar a todos sus amigos. Esa ovación que le hicieron fue ridícula. Alberto es así, cuando siente que tiene poder lo tiene que demostrar�, dijo uno de los presentes, malquistado con quien hasta no hace mucho consideraba su amigo. Allí dentro nadie hizo la misma lectura que la ministra Graciela Fernández Meijide ante las cámaras, quien todavía consideró a Flamarique como a uno de los dirigentes del Frepaso que conservaba un espacio importante de poder. O como luego arriesgó el propio Flamarique, que consideró su pase a la Secretaría General como un reconocimiento al Frepaso, específicamente al Frente Grande a cuya mesa directiva reivindicó pertenecer.
El encuentro en lo de Alvarez no fue programado. Varios de los frepasistas que asistieron a la jura siguieron a Chacho en su veloz salida del Salón Blanco y terminaron tomando un café en su despacho, en el primer piso de la Casa Rosada. Entre otros, estuvieron los diputados Darío Alessandro, Nilda Garré y Rodolfo Rodil, el prosecretario del Senado Ricardo Mitre. Por un ratito también pasó el secretario de Ciencia y Técnica, Dante Caputo. De acuerdo con el relato de Alvarez, en la última charla que mantuvieron, De la Rúa no le dio el dibujo total del gabinete, tal como quedó. Sí le adelantó que, en Trabajo, Patricia Bullrich reemplazaría a Flamarique, quien descendería a �una secretaría�, probablemente la de Legal y Técnica �que está vacante�. Claro que de la anodina Legal y Técnica a la estratégica Secretaría General hay un mar de diferencias que ni Chacho ni sus colaboradores terminaban de digerir. La deducción más obvia fue que, lejos del castigo, quienes estuvieron involucrados en el escándalo del Senado habían sido premiados.
�De la Rúa no se puede haber vuelto loco, hizo una jugada de poder�, resumió uno de los participantes del encuentro. �Armó una sociedad con algunos sectores de los que nosotros da la casualidad que somos enemigos�, agregó. La sociedad incluía al sindicalismo de los �gordos� �que dio una entusiasta aprobación a que Patricia Bullrich se convirtiera en su interlocutora�, al Coti Nosiglia �quien consiguió encumbrar a Chrystian Colombo como jefe de Gabinete�, a De Santibañes �confirmado en la SIDE� y a Flamarique �quien ahora ocupará el despacho más cercano al Presidente�. Una sociedad que supo tener sus quince minutos de gloria durante la aprobación de la reforma, que hoy investiga la Justicia.
Chacho Alvarez evaluó salir y dar una conferencia de prensa, ya entrada la noche. Básicamente, pensó en tomar distancia de los cambios y repetir la fórmula de que este tipo de decisiones son exclusiva competencia del Presidente. Pero luego prevaleció la teoría de que la actitud que se deduce de no hacer declaraciones también tiene una lectura política, tal vez más cercana �y seguramente más sincera� al real sentimiento del vicepresidente frente a la jornada de ayer.
Igual, en el cónclave íntimo prevaleció también la postura de no quemar las naves y esperar el próximo paso del Presidente. Es que de los mismos cambios se deduce que habrá nuevos casilleros por llenar �en la Jefatura de Gabinete, en Trabajo, en Justicia y en el Banco Nación�, en los que el Frepaso puede colocar algún nombre y equilibrar la balanza. �La verdad que esto que hizo De la Rúa nos tomó por sorpresa, así que lo más sensato es no hacer nada hasta que todo se aclare�, evaluaba uno de los chachistas. Y, con Chacho a la cabeza, se fueron temprano a sus casas, acaso a ver a Flamarique por TV.
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