Por Julio Nudler
Más vale malo conocido que bueno por conocer. José Luis Machinea puede temer a estas horas que ese refrán se le vuelva verdad. Mientras celebra la defenestración de Rodolfo Terragno y Nicolás Gallo, por tratarse de las dos figuras que más fastidio le provocaron en estos diez meses de gestión (Fernando de Santibañes sería el tercer molesto), debe temer a esa incógnita llamada Chrystian Colombo. Conviene recordar que es la Jefatura de Gabinete la que manda en cuestiones presupuestarias, y también que el hasta ayer presidente del Banco Nación criticaba en contactos confidenciales el fiscalismo exagerado del equipo económico y sus errores de diagnóstico. Ahora que el Presupuesto 2001 pasa a ser un tema fundamental de discusión, Economía tal vez tenga que prepararse a digerir los puntos de vista de su nuevo interlocutor en el Ejecutivo.
A Colombo no le caían bien ciertas decisiones fiscales de Machinea, como el doble castigo infligido a la burocracia jerárquica del Estado, cercenándole ingresos por vía de Ganancias y del recorte del 12 por ciento. Sentía que el Gobierno se había enajenado así la voluntad de la napa de funcionarios cuya colaboración es imprescindible para que funcione la maquinaria oficial. Por el otro lado, le disgustaba la falta de decisión mostrada en el caso de la AFIP, prioridad virtualmente desatendida por el Gobierno de la Alianza.
Colombo es el signo de interrogación que queda abierto tras interpretar este remezón gubernativo como un fortalecimiento de Machinea, desdoblando su ministerio al devolver Infraestructura (Obras Públicas) y Vivienda a su seno. En principio, Fernando de la Rúa cedió ante los reclamos del establishment financiero, que venía reprochando la falta de homogeneidad de su equipo de gobierno.
Estaban apuntándole así a los elementos heterodoxos, básicamente Terragno y Gallo, removidos ayer. Esa presión hacia una mayor homogeneidad liberal arreciaba desde antes que estallara el escándalo del Senado, y es curioso que haya alcanzado su objetivo gracias a un recambio provocado por el affaire de los sobornos. Todo indica que el Presidente lo aprovechó para introducir cambios en los que ya venía pensando, y que son ajenos a la compra de voluntades en la Cámara alta.
Aun suponiendo que Colombo esté resuelto a colaborar con las iniciativas de Economía, sumando fuerzas ante el Parlamento y los gobernadores, el robustecimiento de Machinea no implica ampliarle el horizonte por mucho tiempo más. El deterioro social por una recesión tan prolongada y las elecciones del año próximo no le permitirían sostenerse más allá del verano si no logra una reactivación clara. En cuanto al factor psicológico, las variantes introducidas ayer en el gabinete no parecen de peso suficiente. Vistas desde la ortodoxia liberal son acertadas, salvo para quienes piensan que a esta altura ya no es cuestión de fortalecer a Machinea sino de despedirlo. Vistas desde otro ángulo, más bien keynesiano, son contraproducentes.
Colombo está entre los que de ningún modo quieren abandonar la Convertibilidad, pero al mismo tiempo piensan que ella sólo le sirve a Buenos Aires, porque esta ciudad vive de los servicios. También como otros cree que la Argentina debe asumir su pobreza y trabajar a partir de esa aceptación. ¿Significa esto devaluar? Una devaluación del peso haría caer automáticamente el PBI, que viene expresado en dólares y, con aquél, el ingreso per cápita de los argentinos, que bajarían un gran tramo de escalones en la comparación internacional. Pero Colombo rechaza la devaluación porque está convencido de que para esta crisis argentina no hay ninguna solución mágica.
Desde anoche ocupa el puesto que lo ubica como eventual recambio de Machinea, fruto de una jugada presidencial que en lo inmediato le suma poder a este ministro. Pero tanto uno como otro pueden compartir un problema básico: no saber a ciencia cierta cuál es la fórmula para relanzar la economía del país.
Aplausos de la UIA
La Unión Industrial aplaudió la designación de Chrystian Colombo como jefe de Gabinete. �Es una persona de mucha gestión, de acción y en el momento que me tocó trabajar con él lo identifiqué como una persona que sabe coordinar muy bien el trabajo�, elogió José De Mendiguren, secretario de la UIA y director del Banco Nación, la entidad que hasta ayer presidió Colombo. �Estamos muy satisfechos�, completó el dirigente. |
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