Alberto Flamarique se convirtió en el secretario general de la Presidencia más fugaz de la historia. Una de las grandes sorpresas del jueves había sido la decisión de Fernando de la Rúa de ratificar su confianza en el frepasista, jaqueado por la crisis del Senado: no sólo lo designó en un puesto clave, sino que generó un enroque para garantizarle el lugar. Pero ayer, con la renuncia de Carlos �Chacho� Alvarez, todo cambió de un golpe. Consciente de que su �ascenso� fue uno de los motivos de la decisión del vicepresidente, por la tarde Flamarique presentó su renuncia indeclinable al cargo que le habían ofrecido 24 horas antes. Después, el mendocino habló con Página/12. 
�¿Por qué decidió renunciar?
�Había una crisis política muy importante. Y la verdad es que no me sentía como para seguir en el cargo, no tenía la disposición necesaria para llevar adelante la tarea que me había encomendado el Presidente.
�¿Fue una decisión suya o del Presidente?
�Mía. Hoy hablé con el Presidente, que me ratificó su plena confianza. Pero yo ya lo había decidido. Para mí la política es servicio y no es una actitud de permanecer. Por eso he decidido presentar la renuncia con carácter indeclinable.
�¿Cómo lo decidió?
�En cuanto me enteré de la renuncia de Chacho Alvarez decidí presentar mi renuncia. 
�¿Fue un intento de descomprimir la situación?
�Fue una decisión basada en la certeza de que no quiero ser un obstáculo para la Alianza. Estoy convencido de la Alianza como instrumento político para mejorar la vida de los argentinos.
�¿Cree que Chacho renunció a la Presidencia por su culpa, como decían algunos frepasistas? 
�No creo. Mi actitud personal tiene que ver con seguir apoyando a la Alianza y trabajando dentro de este espacio político. Lo que hice creo que fue el mejor gesto para el logro de la consolidación del Gobierno que, estoy seguro, va a seguir trabajando por el crecimiento y el engrandecimiento de la Nación.
�¿Cómo influyeron los cuestionamientos de algunos integrantes de su partido?
�Seguramente hay una oposición de algunos sectores. Los escuché y me duelen mucho.
�¿Va a renunciar al Frepaso, o a la mesa de conducción de su partido?
�No. Yo sigo siendo un militante del Frepaso. 
�¿Va a hacerlo más adelante?
�No lo tengo pensado, pero veremos cómo avanza la situación.
�¿Vivió su situación como una injusticia?
�No. La viví con tranquilidad.
�¿Habló con Alvarez antes de tomar la decisión de renunciar?
�No. 

Becerra, el sucesor

Fernando de la Rúa designó ayer por la noche a Carlos Becerra como nuevo secretario general de la Presidencia. Becerra, que se desempeñaba como viceministro del Interior, es cordobés como el Presidente y se lo considera uno de los dirigentes de mejor relación con Enrique �Coti� Nosiglia. Reemplazará en el cargo a Alberto Flamarique, quien batió el record de menor permanencia en el cargo: apenas 24 horas. El anuncio lo formuló en la Casa de Gobierno el flamante jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. 
Becerra es un conocedor de la tarea ya que se desempeñó en este mismo cargo durante un tramo de la gestión de Raúl Alfonsín. Hasta el 10 de diciembre pasado, el cordobés ocupaba una banca en la Cámara de Diputados y desde allí fue convocado por Federico Storani para acompañarlo en su gestión al frente del Ministerio del Interior.
Una vez conocida la renuncia de Flamarique, dos nombres comenzaron a barajarse en su reemplazo, el del ex jefe de Gobierno de la Ciudad, Enrique Olivera, y el de Becerra. En realidad ambos dirigentes radicales ya sonaban para el cargo antes de la sorprendente designación del ahora ex ministro de Trabajo y flamante ex secretario general de la Presidencia. 
�Yo no soy�, dijo levantando ambas manos Olivera al abandonar ayer por la noche la Casa de Gobierno, donde mantuvo una reunión en el despacho presidencial. Detrás de él llegó Colombo con el anuncio de la designación de Becerra para el cargo. Y una declaración de necesidad y urgencia: �El Presidente me ha encomendado mencionar que es necesario que el gobierno esté a partir de mañana plenamente en funcionamiento�, y de ahí la rápida designación.

PRINCIPAL