Sin sangre. La crisis política yugoslava y el derrocamiento de Slobodan Milosevic se decidieron ayer por métodos puramente políticos. Milosevic reconoció públicamente la victoria del líder opositor Vojislav Kostunica en las elecciones presidenciales. Obtuvo el respaldo televisado del canciller ruso Igor Ivanov, quien a su vez negoció la transición con el propio Kostunica. Este selló todo asistiendo a un breve encuentro con su adversario. Por su parte, el Tribunal Constitucional dio marcha atrás y reconoció que el opositor había ganado en primera vuelta. Milosevic aseguró que no buscaría asilo en el exterior, y que seguiría en la política yugoslava al frente de su Partido Socialista. Kostunica jurará hoy como el nuevo presidente de Yugoslavia. �Felicito al señor Kostunica por su victoria y le deseo éxito a todo el pueblo de Yugoslavia.� Con esas breves palabras ante el canal YU-Info, Milosevic cerró una transición que había comenzado con una insurrección popular. �Tengo intenciones de descansar, de pasar más tiempo con mi familia, especialmente con mi nieto Marko, y seguir después reforzando a mi partido�, agregó. Al concluir, agradeció a quienes votaron por él en las elecciones del 24 de septiembre y señaló que se había sacado una �pesada carga� de sus hombros. Nadie hubiera apostado que la caída del presidente yugoslavo ocurriría en una nota que resultaba casi cariñosa. Todo lo contrario. El día anterior, un levantamiento había desbordado a las fuerzas de seguridad y logró tomar por asalto el Parlamento, varios cuarteles de policía y los medios controlados por el régimen. El Ejército mantenía un silencio oficial, y si algunas fuentes militares aseguraban que no intervendría, otras versiones afirmaban que Milosevic se encontraba en el sudeste organizando un contraataque con fuerzas leales. En 1996 ya había dado muestra abundante de su voluntad para reprimir, y no se descontaba la posibilidad de una guerra civil. Pero, como en la guerra de Kosovo del año pasado, la intervención de Rusia permitió una salida negociada. De hecho, todos los actores ya estaban dispuestos a aceptarlo. Milosevic no había huido de Belgrado y no tenía planes de lanzar a militares o paramilitares a las calles. Kostunica no buscaba procesar al presidente, mucho menos entregarlo para ser enjuiciado por crímenes de lesa humanidad en el Tribunal Penal Internacional de La Haya. La oposición controlaba la capital Belgrado y las más importantes ciudades, el Ejército se mantenía inmóvil: una contrarrevolución no tenía por dónde comenzar. En ese sentido, la visita relámpago del canciller ruso Igor Ivanov fue sólo un facilitador de un acuerdo que, en términos prácticos, ya era un hecho. Nada de esto redujo el impacto dramático del primer encuentro entre Ivanov y el hasta ese entonces prófugo Milosevic. �En el transcurso de nuestra conversación, Milosevic destacó que quiere encontrar una solución pacífica con ayuda de la ley e impedir cualquier uso de la fuerza�, anunció Ivanov ante los medios. Unas horas antes, el diplomático se había encontrado con Kostunica para transmitirle que el presidente ruso Vladimir Putin reconocía su victoria electoral. En ese momento, Kostunica ya no pudo tener dudas de que había ganado. No fue difícil entablar un diálogo con Milosevic. A alrededor de las 19 hora local, Kostunica recibió al ahora presidente saliente yugoslavo. Se saludaron escuetamente, y pasaron a un cuarto privado. La agencia Beta informó que Milosevic lo felicitó como el nuevo presidente de Yugoslavia. Inmediatamente después, el jefe del Estado Mayor, Nebojsa Pavkovic, aportó la última pieza que faltaba: �En nombre de todos los miembros del Ejército yugoslavo y en el mío propio, le felicito por su victoria en las elecciones presidenciales yugoslavas�. El resto no fue más que detalles. El Tribunal Constitucional yugoslavo, que apenas el día anterior había anulado las elecciones, anunció el triunfo �unívoco� de Kostunica en primera vuelta. La agencia FoNet anunció que Kostunica será juramentado hoy por la tarde en Belgrado. Los presidentes en funciones de ambas Cámaras parlamentarias convocaron alcuerpo legislativo para verificar los mandatos de los nuevos diputados. Ya que el edificio del Parlamento fue incendiado y saqueado durante la revuelta popular, la juramentación se realizará en el Concejo Municipal de Belgrado. Miles de ciudadanos de la capital se congregaron a la noche frente al Parlamento con pancartas tales como �Está Acabado� y �Slobodan, salva a Serbia y suicídate�. Al dirigirse a la multitud, Kostunica, quien ya recibía promesas de apoyo y ayuda desde el exterior (ver nota aparte), fue más mesurado. �La situación es más que estable�, aseguró. Cuando tuvo que explicar por qué, dejó traslucir la clave del derrocamiento del régimen de Slobodan Milosevic: �El Ejército garantiza la estabilidad y la seguridad, podemos estar confiados y tranquilos�.
TESTIMONIO DE UNA ESCRITORA DESDE BELGRADO The Guardian de Gran Bretaña Traducción: C. Doyhambéhère
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