Por Victoria Ginzberg
Un represor menos camina por las calles de Buenos Aires. Juan Antonio del Cerro, conocido como �Colores�, fue detenido el viernes por la tarde acusado de haber secuestrado y participado de la apropiación de la menor Claudia Victoria Poblete en noviembre de 1978. La niña, que en ese entonces tenía ocho meses y fue llevada junto con su madre al centro clandestino de detención El Olimpo, recuperó su identidad en febrero de este año. El arresto fue dispuesto por el juez federal Gabriel Cavallo, quien también ordenó la captura de Julio Simón o �El Turco Julián�, que se encuentra prófugo.
Colores fue arrestado el viernes en una casa de Lanús. El juez Cavallo y su secretario Hernán Folgueiro tenían previsto interrogarlo ayer por la mañana, pero una repentina angina de pecho del represor los obligó a postergar la indagación. Del Cerro espera en el hospital Ramos Mejía, pero tarde o temprano tendrá que enfrentarse a la Justicia. Mientras, la policía sigue buscando al Turco Julián, quien en su última aparición pública, en un bar cercano al Congreso, se ligó una trompada en la cara de un miembro de la agrupación HIJOS. Simón, un ex suboficial de la Policía Federal al que los ex detenidos describieron como profundamente antisemita, ha logrado eludir su captura durante dos meses. Ambos represores fueron beneficiados por la Ley de Obediencia Debida, pero esta norma no alcanza a los delitos de sustracción y apropiación de menores y supresión de identidad, de los que están acusados ahora.
Del Cerro y Simón integraban los grupos de tareas que operaban en El Olimpo, Club Atlético y El Banco. Ambos supieron concurrir a programas de televisión para vanagloriarse de su actuación durante la represión. En marzo de 1998 Colores fue citado por la Cámara Federal porteña, en el juicio en el que se intenta establecer el destino de los desaparecidos. En esa oportunidad relató que ingresó a la Policía Federal en 1969, que fue capacitado como �agente antiterrorista� y que en 1972 se �especializó� en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), en cuya regional norte estuvo seis meses infiltrado. En ese interrogatorio manifestó que en los comandos de subzona existían �listas de eso�, en referencia a los desaparecidos.
Colores se hizo conocido en 1996 cuando reivindicó la tortura en un programa de televisión. Allí dijo sobre los hijos de desaparecidos: �No los podíamos tener en el regimiento y los dábamos a familias de militares por un tiempo. Después, como cuando a usted le regalan un perro, las familias se encariñaban�.
Claudia Victoria Poblete fue entregada a un teniente coronel de apellido Landa y su mujer, quienes esperan su turno para el juicio oral. El 27 de febrero pasado, Página/12 publicó en exclusiva la noticia del arresto y procesamiento de los Landa, que se concretó a partir de una denuncia de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo. Durante su declaración indagatoria el teniente coronel aseguró que �el médico militar Julio César Cáceres Monié me ofreció entregarme una beba que había sido abandonada� y que �en esa época aparecían muchos bebés abandonados�. Los análisis genéticos permitieron establecer que la �beba abandonada� había sido secuestrada y sus padres desaparecidos. Esa niña �hoy una joven de 22 años� se reencontró hace siete meses con su familia biológica.
Los padres de Claudia Victoria eran Gertrudis María Hlaczik y José Liborio Poblete. El era un técnico tornero chileno que había perdido sus piernas en un accidente automovilístico siete años antes de su desaparición. Conoció a Gertrudis en el Instituto de Rehabilitación ubicado en el barrio de Belgrano. En 1971 José formó, junto con otros compañeros del centro médico, el Frente de Lisiados Peronistas, agrupación que llegó a estar constituida por más de doscientas personas que concurrían a las marchas con sus muletas, sillas de ruedas y lazarillos. Los testimonios de sobrevivientes de El Olimpo permitieron establecer que José, Gertrudis y Claudia Victoria fueron llevados después de habersido detenidos ilegalmente el 28 de noviembre de 1978 a ese centro clandestino de detención. A la beba la vieron sólo dos días, luego fue retirada con destino hasta hace poco incierto. Después de un mes de cautiverio Gertrudis se comunicó telefónicamente con su madre y le preguntó si le habían entregado a Claudia Victoria. La señora quiso saber si estaba bien y si la obligaban a decir algo. �Modere sus palabras, su hija está mejor que el resto de sus compañeras. Acá no estamos en Rusia�, le contestó una voz masculina antes de interrumpir la comunicación.
Según los archivos del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) Del Cerro participó personalmente del secuestro de Gertrudis Hlaczik y Claudia Victoria Poblete. Este hecho fue ratificado por varios testigos que declararon en la causa que investiga el juez Cavallo. Al menos tres ex detenidos manifestaron que Gertrudis había identificado en El Olimpo a �Colores� y al �El Turco Julián� como sus captores.
Al procesar al matrimonio Landa, el juez Cavallo �en base a la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, la Convención sobre los Derechos del Niño y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos� calificó a la apropiación de menores, la supresión de identidad y la desaparición de personas como �delitos permanentes� y �de lesa humanidad�.
Un nido de guerreros sucios
La división de Automotores de la Policía Federal ubicada en Ramón Falcón y Olivera �en Floresta� se convirtió en El Olimpo el 16 de agosto de 1978, fecha en que muchos prisioneros fueron derivados allí desde El Banco. El centro clandestino, que dependía del Primer Cuerpo del Ejército a cargo de Carlos Guillermo �Pajarito� Suárez Mason, recibió ese nombre porque los represores lo consideraban �el lugar de los dioses�.
En los grupos de tareas del lugar convivían miembros del Ejército, la Policía Federal y el Servicio Penitenciario. Esta cohabitación hizo que muchas veces se armaran peleas feroces por el �botín de guerra� que se llevaban de los operativos de secuestros. De hecho, la habitación más grande del lugar se usaba para reparar los artículos del hogar y electrónicos robados en los allanamientos.
Además del �Turco Julián� y �Colores� otros represores del lugar que fueron identificados son Juan Carlos Avena �alias �Capitán Centeno��, miembro del Servicio Penitenciario que en 1988 era director de la cárcel de Esquel, y el comisario de la Policía Federal Juan Carlos Lapoyoule. El coronel Enrique Carlos Ferro, conocido como �El Francés�, fue señalado como el jefe de los centros El Banco, El Olimpo y Club Atlético, distintas dependencias que operaron con los mismos hombres.
Varios miembros activos del staff represivo de El Olimpo, El Banco y Club Atlético fueron noticia durante la democracia. El comisario Roberto Antonio Rosa, alias �Clavel� se hizo famoso cuando el escándalo del juez federal Norberto Oyarbide lo puso en las tapas de los diarios. Rosa fue acusado de ser socio del juez y de los prostíbulos que protegía. El principal de la Policía Federal Ricardo Scifo Módica, alias �Alacrán� fue reconocido por ex detenidos en 1996, cuando estaba al frente del Centro de Atención de la Víctima de la Policía Federal. Había ocupado ese puesto desde 1991. |
|