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HABLA EUGENE ROGAN, EXPERTO NORTEAMERICANO EN MEDIO ORIENTE
�Israel debe irse de zona palestina�

�Para restablecer la calma es fundamental que los israelíes se retiren de las áreas palestinas; si siguen en Ramala, Nablus, Bettleham, serán un blanco para los palestinos�, dice un experto en el tema.

Un grupo comando israelí llega a la frontera con Líbano, puesta en estado de alerta.


Por Marcelo Justo
Desde Londres

t.gif (862 bytes) Autor de La guerra por Palestina, director del Centro de Medio Oriente de la Universidad de Oxford, el estadounidense Eugene Rogan mezcla pesimismo a corto plazo con optimismo respecto al destino final del proceso de paz. �Tarde o temprano ambas partes retomarán el proceso de paz como han hecho en los últimos nueve años�, indicó a Página/12.
�¿Cómo ha cambiado la situación a partir de los incidentes de los últimos diez días?
�Creo que la confianza entre palestinos e israelíes, que nunca fue grande, ha desaparecido. Esto es muy grave en un conflicto tan delicado y volátil. Es grave también porque los incidentes mostraron la debilidad política de Arafat, que no puede controlar a su propia población y de Barak, cuya continuidad en el gobierno está en cuestión. De ahí que el diálogo en París fue un fracaso total porque ambos estaban demasiado preocupados en cuidar sus propias espaldas. En el terreno mismo uno de los hechos más importantes de estos incidentes es la activa participación de los árabes israelíes en las protestas. Hay que diferenciar claramente su situación y la de los palestinos. Estos viven bajo ocupación israelí en Jerusalén Oriental, mientras que los árabes israelíes son ciudadanos del Estado de Israel, tienen representantes en el Parlamento y tienen un claro impacto en la política nacional. Es un sector que se siente discriminado, que hace tiempo viene reclamando igualdad de derechos con los israelíes y que puede convertirse en un factor de mucho peso en el proceso de paz. 
�¿Ve alguna posibilidad de que se progrese en el tema de fondo?
�Por el momento no, porque lo que se intenta negociar está mucho más allá de lo que palestinos e israelíes están dispuestos a aceptar. De modo que debemos contentarnos con que se logre restablecer la calma, para que en algún momento futuro se pueda hablar de otras cosas. Pienso que el gran problema es que los israelíes se están enfrentando a toda una serie de ideas que son totalmente nuevas para ellos, y para las que no están preparados, como por ejemplo, la propuesta que surgió en Camp David en julio, de que Jerusalén sea dividida. Los israelíes van a necesitar bastante tiempo para absorber esto.
�Tiempo es lo que parece no haber.
�Es cierto. Por eso insisto en que lo primero es restablecer la calma. Para ello es fundamental que los israelíes se retiren de las áreas palestinas. En la medida en que sigan en Ramala, Nablus, Bettleham, serán un blanco para los palestinos. En esto Arafat no puede hacer nada para detener la violencia porque no la controla. 
�En cuanto al proceso de paz, ¿hay que empezar de cero?
�No. Si se analiza lo sucedido en los últimos nueve años los israelíes se han ido adaptando a ideas que antes eran tabú. En Madrid, aceptaron dialogar frente a frente, en conversaciones multilaterales, con los árabes. En Oslo reconocieron a los palestinos como interlocutores. En Camp David apareció la propuesta de la división de Jerusalén. Todo esto es irreversible. En este sentido, estos actos de violencia tienen un doble efecto sobre la opinión pública israelí. En lo inmediato se inclinan por una solución militar al problema. Pero a la larga se verán obligados a aceptar que si quieren vivir en paz, tendrán que compartir este territorio con los palestinos. 
�¿No estamos, sin embargo, ante un peligroso vacío de poder? Arafat tiene poco control político sobre los palestinos, el gobierno israelí está en una situación similar y Estados Unidos tiene elecciones en noviembre. 
�No diría que hay un vacío de poder pero sí un problema de liderazgo. Arafat tendrá que generar una nueva alianza política mediante el diálogo con sus propias bases de Al Fatah y con otros grupos políticos como Hamas. Israel tendrá que decidir si forma un gobierno de unidad nacional entre el laborismo de Barak y el Likud o si convoca a nuevas elecciones, que de todos modos no tendrán lugar antes de mayo. Por su parte Estados Unidos no va a adoptar una política definida hasta que no asuma en enero el nuevo presidente. De modo que en los próximos meses palestinos e israelíes tendrán que seguir dialogando y solucionando las crisis que aparezcan, sin la ayuda de un liderazgo fuerte y definido. 
�¿Es posible que los árabes jueguen algún papel de importancia en el proceso subsiguiente?
�No tienen una posición común. Los problemas en Palestina están provocando manifestaciones en muchos países árabes y hasta enfrentamientos en Jordania y Egipto. De modo que cada país se tiene que mover con cautela para no activar demasiado un tema que es potencialmente explosivo. Egipto y Jordania son particularmente vulnerables porque tienen relaciones diplomáticas con Israel. El resto apoyará a los palestinos refugiados en sus naciones, pero no ofrecerá nada concreto que pueda fortalecer la posición de Arafat en la mesa de negociaciones.

 

 

Claves

El gobierno israelí amenazó ayer con suspender el proceso de paz en 48 horas a menos de que terminara el levantamiento palestino en Cisjordania y Gaza. El ejército israelí amenazó con intervenir para proteger intereses israelíes. 
Mientras tanto, la guerrilla libanesa Hezbollah secuestró a tres soldados israelíes. Israel amenazó con responder contra Líbano y Siria si no eran liberados. Siria e Irán presentaron un frente unido contra Israel. 
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó el �excesivo uso de la fuerza� por Israel. 

 

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