Por
Juan José Panno
No es la primera vez que pasa en estos tiempos de Bielsa: la Selección
Nacional ganó merecidamente, pero no jugó bien; o, si se
prefiere, no jugó bien, pero ganó merecidamente. Los amantes
de los resultados dirán que se ganó y punto, y exhibirán
como estandarte los cinco puntos de ventaja sobre brasileños y
paraguayos al cabo de la primera rueda. Los enamorados del juego una vez
más dirán que así la fiesta no es completa; que se
puede aspirar a otra cosa, que se puede perder un partido, pero nunca
la ilusión de un juego más lindo y más vistoso, que
cinco puntos es en realidad lo que se mereció el equipo en la escala
de uno a diez. Bielsa, que trabaja para conformar a todos, tampoco está
satisfecho. El, más que nadie, sabe de la importancia de los tres
puntos que se ganaron contra Uruguay que implican otro paso enorme hacia
la clasificación, y sabe también que su equipo está
muy lejos del funcionamiento y del rendimiento ideales.
El partido fue bastante raro, cargado de vaivenes y paradojas. Tuvo algunos
momentos vibrantes, pero en general fue horrible; Argentina se puso dos
a cero arriba sin merecerlo y se puso las pilas recién cuando le
hicieron un gol; Uruguay no merecía irse al descanso con dos goles
en contra y sin embargo, cuando la justicia le dio una mano y se colocó
2 a 1, se esfumó y no generó ninguna otra situación
de gol; el árbitro cortó todo, interrumpió el juego
pesadamente y a la vez no sacó las tarjetas como correspondía,
dejando en la cancha a varios jugadores que debieron irse, con el aprendiz
de criminal Lembo a la cabeza.
La Selección ganó porque algunas individualidades pesaron
mucho y porque los vientos le soplaron a favor en sus goles, especialmente
en el primero. Gallardo, el mejor jugador del equipo y de la cancha, uno
de los pocos que intentó jugar cada vez que entró en contacto
con la pelota, recibió del Kili González, amagó,
encaró, aceleró y sacó el derechazo de media vuelta,
desde la media luna. El remate no tenía potencia, pero se convirtió
en gol porque la pelota pasó por entre las piernas de Sorondo,
dificultando la visión de Carini, quien además estaba mal
parado y reaccionó tarde.
El otro gol fue una buena jugada de conjunto de la que participaron Gallardo
(tocando en profundidad sobre el lateral) Claudio Husain (metiendo el
centro), Claudio López (yendo a buscar y confundiendo a Lembo)
y Batistuta (sacando un impresionante cañonazo de derecha, que
dejó parado a Carini). Antes del primer gol argentino hubo un penal
de Sorín a Recoba que el brasileño Rezende no vio y entre
los dos goles hubo también un remate de tiro libre de Magallanes
que estalló en la base del palo izquierdo de Burgos.
En el primer tiempo, Uruguay jugó de igual a igual, aplicó
bien el pressing para cortar los circuitos de toque del rival y en algún
tramo manejó muchísimo mejor la pelota a través de
Olivera, Recoba, Magallanes y Cedrés. Lo curioso es que cuando
consiguió el gol por el que había hecho méritos suficientes
(centro de Rodríguez, toque de Magallanes, rebote en Ayala) empezó
a desdibujarse. Fue así a tal punto que Burgos no pasó por
ninguna situación de riesgo en toda la etapa complementaria.
El cuadro de Bielsa controló el juego porque estaban bien afirmados
los tres del fondo (Vivas mostró una desacostumbrada solidez);
porque Simeone impuso presencia en el medio y porque Batistuta siguió
aportando su presencia inquietante. Con un poco más de puntería
a la hora de definir, los albicelestes pudieron extender la ventaja. Con
la entrada de Delgado y Gustavo López aumentaron las posibilidades
ofensivas, pero el dos a uno no se quebró.
El público apareció en la escena en los minutos finales,
al compás de los brazos en alto, reclamando el aplauso, de Burgos
y del Cholo Simeone. Un símbolo.
LOS
JUGADORES SE MOSTRARON SATISFECHOS
Para Bielsa, hay
déficit de creación
Evidentemente, Marcelo Bielsa no quedó conforme con el rendimiento
del equipo argentino, porque tras el partido aceptó como un
déficit la falta de creatividad. La aspiración es extender
los minutos de buen fútbol a más minutos de los partidos
que protagonizamos, admitió el entrenador.
Fue un partido muy cerrado, en el primer tiempo lo que logramos
en creación fue suficiente, pero en el segundo tiempo, insuficiente,
analizó el seleccionador. Luego amplió: Tuvimos seis
oportunidades de gol y convertimos dos, nos crearon dos situaciones de
gol y convirtieron una. Yo creo que el resultado justo hubiera sido una
diferencia de dos goles, dijo, antes de reiterar que fue un
partido muy cerrado, con muy pocas posibilidades de llegar a posiciones
de gol. La eficacia es la que determina la diferencia final.
Bielsa insistió en su balance cuando analizó el cierre de
la primera rueda de estas eliminatorias. Los números son
satisfactorios y el juego es inestable: a veces bien, a veces mal señaló.
Pero si uno mira al resto y compara, tuvimos momentos de buen fútbol
superiores a la media de la competencia.
Entre los jugadores de la Selección hubo conformidad por el resultado.
Para el arquero Germán Burgos, el triunfo sirvió porque
había mucha gente lastimada y se demostró que, por
el trabajo que hace el grupo, todos estamos en condiciones de responder
cuando el técnico nos llama. Para el arquero, esta
victoria vale mucho más que los tres puntos que se sumaron en la
tabla.
Con él coincidió Cristian González: Lo mejor
es que Argentina ganó, y por momentos jugó bien, más
allá de que el gol de Uruguay nos provocó algún desconcierto.
Para el volante, a partir de los quince del segundo tiempo, Argentina
recuperó su mejor imagen.
Sin embargo, el capitán Roberto Ayala coincidió con Bielsa
al afirmar que el equipo luce más en el resultado que en el juego.
Estamos primeros y es importante. Mantenemos el equilibrio en los
resultados, pero todavía no lo logramos en el juego. Uruguay fue
muy difícil y se hizo un partido duro en el que hubo que luchar
cada pelota como si fuera la última, sostuvo Ayala.
La figura del equipo argentino, Marcelo Gallardo, comentó su actuación
así: Me preparé porque estas chances hay que aprovecharlas
y creo que lo hice bien. La vuelta como titular y el gol me provocó
una emoción fuerte. Gracias a Dios no me pasó nada, sólo
estuve unos minutos navegando por Marte y Venus, terminó
bromeando.
Gallardo
y Batistuta se distinguieron del resto
Por
Ariel Greco
Burgos (6): el arquero argentino no tuvo demasiado trabajo y terminó
redondeando una tarea correcta. No se complicó con los centros
y no jugó mal con los pies, salvo en una ocasión que la
terminó reventando a cualquier parte. La perlita fue el enganche
ante Magallanes que le paralizó el corazón a más
de uno.
Vivas (6): no fue una garantía, pero tampoco cometió grandes
errores. Respondió bien cada vez que lo exigieron y, si bien no
subió demasiado al ataque, en las pocas arremetidas que se sumó,
lo hizo con acierto. Así terminó cumpliendo una tarea eficaz.
Ayala (6): fue el pico de rendimiento más alto en una defensa que
mejoró respecto de partidos anteriores. Con mucho timming protagonizó
varios cruces en los que demostró su jerarquía. Sin embargo,
algunas dudas en pelotas aparentemente sencillas opacaron un poco su tarea.
Samuel (6): arrancó un poco dubitativo, aunque con el correr del
partido se fue afirmando hasta consolidarse en la zona. Recoba amagó
con complicarlo, pero de a poco le fue tomando la mano y terminó
anulándolo. Mejoró respecto de otros partidos en no abusar
con pelotazos a dividir, aunque siguió desprolijo en las entregas.
Husain (5): vértigo, entrega y no mucho más. Si bien tuvo
campo para avanzar, no lo supo aprovechar con criterio. Estuvo impreciso
con la pelota y se lo notó bastante contenido para desprenderse.
Se metió en la lucha de la mitad de la cancha, donde dejó
alguna que otra marca en sus rivales.
Simeone (7): en la primera parte fue importante en la recuperación,
aunque no tuvo tanta trascendencia en la distribución del juego.
Ante tanta fricción, no escatimó pierna fuerte, por lo que
se ganó la amarilla y, de no ser por la permisividad de Rezende,
pudo llevarse la roja. Fue fundamental para sostener el triunfo, ya que
a su habitual capacidad de quite en el final le sumó criterio para
jugar el balón.
Sorín (5): puso más voluntad para correr que inteligencia
para jugar. Por momentos se superpuso en su función con Cristian
González, ya que los dos recorrieron el mismo sector. Con la entrega
suplantó la falta de claridad, aunque esta vez no se sumó
al ataque con tanta asiduidad como lo hace siempre. Cumplió y no
mucho más.
C.
González (5): no fue volante por izquierda ni tampoco extremo.
Le costó encontrar su lugar en la cancha. Fue uno de los que aportó
para la confusión que se generó en el medio juego. Su rendimiento
creció en la segunda parte, ya que encontró más posibilidades
para desbordar.
Gallardo (7): una de las figuras. En el arranque le costó encontrar
la posición, pero a partir del gol creció en su rendimiento.
Por momentos se hizo cargo de la conducción del equipo, y lo hizo
con solvencia. Desequilibró con su habilidad, aunque no estuvo
tan eficiente para habilitar a sus compañeros. También se
mostró solidario para colaborar con la defensa.
C. López (5): con la cancha al revés le costó afirmarse
y no tuvo demasiadas chances para desbordar. En la primera parte fue importante
con algunas llegadas al fondo, pero de a poco se fue apagando y no sorprendió
que saliera reemplazado. Fue otro de los que colaboró con la defensa
para recuperar.
Batistuta (7): no entró mucho en juego, pero fue fundamental para
el triunfo. Aprovechó muy bien cada situación propicia que
se le presentó. Ejecutó bien dos tiros libres desde lejos
y convirtió un golazo al recoger una pelota perdida en el área.
De arriba lo anticiparon mucho, aunque siempre fue una amenaza para el
fondo uruguayo.
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