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SYDNEY SEGUN MARCELO GARRAFFO, SECRETARIO DE DEPORTES
�El balance es positivo�

Garraffo cree que, según los resultados, se invirtió bien, pero le apuntó a la conducción del Comité Olímpico Nacional: �Hay que cambiar�.
Por Adrian De Benedictis

t.gif (862 bytes)  Luego de los Juegos Olímpicos de Sydney, el deporte argentino volvió a ser motivo de controversias. Hubo elogios para algunas actuaciones individuales y cuestionamientos a la estructura general. Si bien las cuatro medallas y los doce diplomas obtenidos superaron la actuación de Atlanta ‘96, el acercamiento a las grandes potencias continúa demorado. Por ello, a pocos días de haber vivido su primera prueba grande al frente de la Secretaría de Deportes y Recreación de la Nación, su titular, Marcelo Garraffo, examinó la circunstancia actual de los atletas argentinos, y ya comenzó a proyectar cómo mejorar el rendimiento en la próxima cita olímpica.
–¿Qué balance puede hacer de la actuación argentina en los Juegos de Sydney?
–El balance es muy positivo por muchas razones. En lo que se refiere a la Secretaría, la primera evaluación que hacemos es que hubo una precisa correspondencia entre los pronósticos, la inversión y el resultado. Quiero decir que de los 3.300.000 dólares que se han utilizado para la delegación olímpica, casi un millón fue destinado a los deportes que ganaron medalla. Más o menos fueron 400 mil para el hockey y 600 mil para el yachting, o sea que fuimos eficientes en la inversión, porque las predicciones se cumplieron. Esto nos ha provocado una gran satisfacción.
–¿Se esperaban 12 diplomas?
–Estaban dentro de lo que nosotros pensábamos. El objetivo primario era mejorar la actuación de Atlanta ‘96. Instalamos lo de los diplomas, sabiendo cuál era la realidad de Argentina en un juego olímpico. Pudimos superar lo de hace cuatro años, y así se reafirma que lo de Winnipeg ha tenido una continuidad. Casualmente, cuando viajábamos hacia Australia con dos miembros de la Secretaría, hicimos un pronóstico y yo dije que sacaríamos 12 diplomas: los números que manejábamos eran ésos.
–¿Por qué apenas finalizada la competencia los atletas salieron a pedir más apoyo?
–A mí me parece que es algo natural: el deportista siempre pide más. Yo tuve la suerte de ser deportista de alto rendimiento hasta el ‘93, y sé lo que recibíamos en esa época. En el año ‘93 no recibíamos ni beca, ni una universidad gratis para estudiar, ni una obra social, ni un sponsor. Es más, en muchas oportunidades nos hemos pagado los pasajes de avión. No teníamos la posibilidad de competir o de que nos compraran los elementos para poder entrenar. Hoy los deportistas tienen mucho más apoyo de lo que tenían antes. El deportista se compara con el primer mundo, y entonces ve una pileta de natación de primer nivel y enseguida dice que en su país no puede tener algo igual. Hay una comparación permanente con el primer mundo. No creo que deban quejarse en ese sentido. Lo que creo es que las cosas pueden mejorarse, pero no metiéndose en el mundo donde ellos se meten durante 20 días. Tienen que volver a la realidad y meterse en lo que es nuestro país. A partir de eso, tienen que saber lo que pueden lograr, o lo que pueden pedir. Los deportistas siempre tienen esa distancia con los dirigentes, y en seguida tienen ese discurso de ponerse en víctimas.
–¿Le molestó que algunos atletas hayan llegado a quedar en ridículo?
–No, porque nada fue sorpresa. Me hubiese molestado si hubiera habido algún problema de comportamiento o de doping. Que un atleta salga último y no sea competitivo a uno no lo tiene que molestar. Además, la Secretaría no tiene nada que ver con la inscripción de los atletas: lo único que hace es preparar a los atletas. Los que disponen quiénes van es el Comité Olímpico Argentino (COA), a través del Comité Internacional. En su momento, nosotros sugerimos cuáles eran los atletas que no podrían llegar a tener un nivel competitivo. Pero con el sistema de la marcas B, determinado por el Comité Internacional, se les permite legalmente a los atletas una marca que los haga ir a los Juegos.
–¿A partir de ahora aplicará una política más rigurosa con los atletas?
–Nosotros queremos tener la mejor delegación, la más competitiva. Por ello, lanzaremos un programa que llamamos “2004-2008”, que va a buscar ser más eficientes en la preparación de los atletas. Para los aportes, se clasificará a los deportistas en los distintos niveles y según sus marcas, y no se clasificará al deporte. Por ejemplo, si alguien tiene una marca de nivel panamericano y no le alcanza para una marca olímpica, tendrá un aporte en función de su nivel y no tendrá el aporte olímpico. Esto determinaría que en el futuro estarán preparados en el deporte olímpico una menor cantidad de atletas. Sin embargo, quiero decir que de los 145 atletas que compitieron en Sydney, 74 estuvieron involucrados como deportistas bien competitivos.
–¿Y cómo le dice que no compite a aquel deportista que se gana legítimamente el derecho a participar?
–Este será un tema del Comité Olímpico, pero hay que ver cuáles son las reglas del Comité de aquí a cuatro años. Ahí ya los de la Secretaría dejamos de tener un rol activo; pasa por una decisión de ellos.
–¿Cree que hay que cambiar la política del COA?
–...
–¿O hay que cambiar a los conductores?
–Creo en la necesidad de la alternancia en el poder; en cualquier organización. Es evidente que el COA es una estructura que debe renovarse y cambiar para ser más eficiente. Tal vez sea el momento de cambiar.
–Mientras los deportes náuticos crecen, el remo continúa sufriendo. ¿Por qué se demora tanto el acondicionamiento de la pista del Tigre?
–La actuación del remo no fue buena, y hay una relación directa entre la inversión y el resultado. Si hoy el remo hubiera obtenido una medalla, quizás tuviera más fundamento para un reclamo. Nosotros hemos atacado el problema del remo muy fuertemente, y reconozco que la pista del Tigre está en el medio de un proceso judicial, y los tiempos legales no se pueden apresurar. Mientras, buscamos salidas para paliar ese déficit. Fuimos a visitar la pista que está en Neuquén, que es de primer nivel, y tenemos intenciones de llegar a un acuerdo para utilizarla.
–¿Le preocupa que algunos atletas decidan prepararse en el exterior?
–No son muchos. En el caso de la saltadora Solange Witteven aprovechó la posibilidad de un entrenador y se preparó en un ambiente con una infraestructura que era lo más conveniente para ella. El nadador José Meolans hizo su preparación con todo un equipo de natación. Pero los atletas no eligen esa opción porque el país no les dé lo que pretenden. Además, yo no veo tan mal la chance de preparar un atleta aprovechando el desarrollo de otro país. Me parece que en el caso de Meolans, es una excepción. Esto habrá que tomarlo como ejemplo. Lo importante es que él pueda incorporarse a esa elite.
–Pero la pileta del Cenard no se puede utilizar.
–La pileta de natación es la típica infraestructura hecha al estilo argentino. Y es un permanente tapar agujeros de algo que está mal hecho. Primero perdía 50 mil litros de agua, después se rompió una caldera. Así, después terminamos con que no se puede utilizar. Creemos que en poco tiempo estará habilitada.
–A pocos días para comenzar los Juegos, la garrochista Alejandra García no pudo entrenar en un lugar cerrado debido al frío. ¿No se pueden prevenir estas situaciones?
–Existe infraestructura de primer mundo, pero nosotros no la tenemos. Esto desnuda otra falencia en el deporte argentino, porque sabiendo las temperaturas que hay en tu país, ella estuvo demasiado sola; no en cuanto a su preparación técnica, sino en el resto. Esto denuncia la falta de alguien, un funcionario que se ocupe de todo el entorno del deportista de alto rendimiento. Y esto también lo queremos implementar: se llamará Gerente Deportivo.
–Además del programa 2004-2008, ¿a qué aspira la Secretaría?
–La política deportiva debe tener dos columnas bien definidas: el alto rendimiento y el deporte social. Y creemos que uno depende del otro, por eso buscaremos compatibilizarlos. Queremos que el alto rendimiento sea el gran motivador, para que mayor cantidad de gente mejore su calidad de vida mediante el deporte. Hemos firmado un convenio con el Ministerio de Educación para tener una participación directa en la currícula de la clase de Educación Física de los chicos. Y además realizaremos los Juegos Deportivos Nacionales, que serán como los bonaerenses.
–El jefe de Gobierno maneja la posibilidad de candidatear a Buenos Aires como sede de los Juegos del 2012. ¿Usted está decidido a plantear esa candidatura?
–En definitiva, estas cosas las votan los comités olímpicos. Yo creo que sería fantástico. Al principio, pensaba que esto podía ser factible a partir del 2016. Pero básicamente, para concretarlo necesitamos que haya un fuerte aporte de recursos privados. También me parece que sería un gran desafío para nuestra cultura, porque un Juego exige un gran nivel de educación. Y ésa sería una gran oportunidad para crecer en lo cultural.
–¿Puede ser sede un país que hace 48 años no gana una medalla de oro?
–Hay muchas razones para otorgar una sede. Además, después que se lo designa, en los siguientes Juegos el país elegido se motiva y evoluciona en su actuación, para terminar de consolidarse cuando le toca ser local. Como le sucedió a Australia ahora. Y uno piensa que también le puede suceder a Argentina. Pero una causa más fuerte para la elección es que no se hizo nunca un Juego Olímpico en América del Sur.
–¿A partir de ahora habrá una consideración especial con las chicas de hockey, porque siempre remarcan que pierden los trabajos o quedan libres en sus estudios?
–Ellas no dejan los estudios; lo único que hacen es demorarlos. Pero son elecciones de vida que tiene que hacer un deportista para vivir lo que ellas han vivido. Esto no es culpa del Estado ni de la Asociación de Hockey. Ellas eligieron vivir esto, y mirá qué buena elección que han hecho. Cuando vos elegís algo, siempre perdés otra cosa.
–La Selección de Voley consiguió un resultado excelente, pero en el ámbito local los jugadores están de huelga y corre peligro el inicio de la Liga. ¿La Secretaría continuará sin interferir en las federaciones?
–Nosotros estamos vinculados directamente, pero no podemos absorber los problemas internos de cada Federación. Eso sería imposible, no lo podemos hacer.
–Cuando asumió reconoció que faltaba una política deportiva del Estado, ¿a esta altura la está encontrando?
–En aquel momento no encontré este borrador que tengo acá, que apunta a una política deportiva nacional. Esto es una guía que la próxima persona que venga va a poder leerla o interpretarla, pero sobre todo va a poder ir en la misma dirección. Esto habla de deporte federado, deporte nacional, doping, de todo. Es una proyecto de la Secretaría a nivel nacional.
–¿Y del Ministerio tuvieron alguna propuesta?
–El aporte del Ministerio es para aplicarlo en el ámbito social, nada más.
–Usted dijo que los Juegos reflejaban la realidad de un país, ¿cómo está Argentina después de Sydney?
–En deportes tenemos la suerte o la desgracia de que cada cuatro años nos comparamos con los mejores del mundo. Pero si esto sucediera también en salud o en educación, sufriríamos el mismo contraste. Si comparásemos un colegio de Argentina con uno de Estados Unidos, encontraríamos las mismas diferencias. Eso no se puede desconocer.
–¿Para el 2004 el objetivo serán siete medallas?
–Eso se planteó antes de Sydney, ahora sacamos cuatro y quiere decir que no estamos tan lejos. Quizás, si se hace un buen trabajo podemos pensar en obtener más de siete.
–¿Argentina no podía hacer más de lo que hizo en Sydney?
–Tal vez se esperaba más de algún deporte, pero otros dieron más de lo que esperábamos. Podemos estar contentos.

 

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