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JOSE GENOUD DEJA LA PRESIDENCIA PROVISIONAL DEL SENADO
Adiós a uno que no quería irse

La quinta de Olivos fue escenario de una reunión para evitar que mañana Genoud presida la sesión del Senado que debe tratar la renuncia de Alvarez. El senador aceptó renunciar, De la Rúa elegirá el sucesor, el bloque justicialista calcula cuál es su precio para aceptar la nominación. El Presidente y Alfonsín esperan que el cambio oxigene la relación con su socio en la Alianza.

Por Fernando Cibeira

t.gif (862 bytes) Lo que no consiguió en funciones, el ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez lo va a obtener con su renuncia. Primero fue la salida del ex ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, sacrificado minutos antes de que Alvarez diera su discurso de despedida. Ayer fue el turno de otro de los involucrados en el escándalo de coimas en el Senado: el presidente provisional de la Cámara alta, José Genoud, quien –con la salida de Chacho– había quedado en el primer escalón de la sucesión presidencial. El Frepaso había pedido la inmediata salida del mendocino como antídoto para descomprimir el ambiente político. Es que justamente Genoud sería el encargado de presidir la Asamblea Legislativa que mañana debe tratar la renuncia de Alvarez.
El desenlace se produjo ayer a la tarde en la quinta presidencial de Olivos. El presidente Fernando de la Rúa y el jefe de la UCR, Raúl Alfonsín, convocaron a Genoud para forzar el paso al costado. En rigor, la renuncia de Genoud ya había circulado como una versión firme el viernes, cinco minutos después de que Flamarique anunciara la suya. Más tarde, el mendocino explicó que sólo había puesto su dimisión a consideración del radicalismo y que, por el momento, continuaría.
Ayer tampoco cedió fácilmente. Mientras recorrían las últimas cuadras hasta Olivos, Genoud y sus colaboradores todavía no aceptaban la posibilidad de una renuncia. Sólo mencionaban la alternativa de acordar con la oposición “un adelantamiento de la elección de las autoridades” de la Cámara alta, que estaba pautada para diciembre. Uno de los peros que Genoud le puso siempre a su salida era que el justicialismo podía utilizar su mayoría para encumbrar un senador opositor en su lugar que, por tradición, se le adjudica al oficialismo. Pero luego cambió de opinión. “No creo que el PJ pueda oponerse a que el reemplazante sea un senador de la Alianza”, sostuvo Genoud en la conferencia de prensa de ayer, en la que confirmó su salida, donde estuvo flanqueado por el Presidente y Alfonsín.
En su primera reacción, los senadores peronistas adelantaron que aceptarán la decisión del Ejecutivo. Y dejaron entrever que aprovecharán para plantear la elección de toda la mesa de conducción del cuerpo. Es que la mayoría del bloque se la tiene jurada a Antonio Cafiero, vicepresidente segundo del Senado, y principal promotor de las denuncias de coimas. Cerca de Genoud aseguraban que no sería extraño que también buscaran quedarse con la secretaría parlamentaria o bien la administrativa de la Cámara, hoy las dos en manos de la Alianza.
La elección de su reemplazante la estudiaba anoche el Presidente y podría darse a conocer hoy. Hay tres nombres que suenan como los principales candidatos: el del jefe del bloque de senadores, Mario Losada, el del cordobés Luis Molinari Romero y el del porteño José María García Arecha. Losada se encargó de aclarar que dada la importancia que adquirió la figura del presidente provisional –se comportará en los hechos casi como un vice, reemplazando al Presidente cada vez que se ausente– el reemplazante lo resolverá directamente De la Rúa.
El Presidente y Alfonsín habían coincidido en que la salida de Genoud era indispensable para descomprimir la explosiva situación interna generada dentro de la Alianza luego del recambio de gabinete del jueves y la renuncia de Alvarez del viernes. Dentro de la misma estrategia de distensión debe comprenderse la comunicación telefónica que mantuvieron ayer el Presidente y su ex vice, ofrecimiento de un cargo político incluido. De la Rúa y Alfonsín desean preservar a la Alianza, aunque sea entre algodones. Si la coalición se fractura, el Gobierno quedaría en un estado de debilidad política difícil de sobrellevar (ver página 5).
Según comentaban fuentes del bloque de senadores radicales, la cuenta regresiva de Genoud comenzó el jueves a la noche, en una reunión del Comité Nacional de la UCR y una cena posterior en la que participaron un puñado de legisladores con Alfonsín. Allí, el jefe radical le dio a entender al senador mendocino que su ciclo había terminado. Fue la primera vez que el mendocino se enfrentó a la posibilidad concreta de la renuncia. Hasta ahí, pese a las periódicas embestidas de Chacho, nunca el Presidente le había hablado de dar un paso al costado.
Todo se aceleró el sábado. Los frepasistas habían planteado la inmediata renuncia de Genoud como una condición indispensable para airear a la coalición. Es que mañana debe realizarse la Asamblea Legislativa que tratará la renuncia presentada por Alvarez y, si no había cambios, la sesión estaría presidida por Genoud, mientras que su mano derecha, Mario Pontaquarto, sería el secretario parlamentario. Ambos son considerados por Alvarez parte fundamental del esquema de poder que funcionó durante años en la Cámara alta y que permitió maniobras como las que se investigan en torno a la reforma laboral.
Estrechos colaboradores de Alvarez como el jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro, y el senador Pedro Del Piero habían hecho discretas gestiones con Alfonsín y Losada para apurar el final anunciado de Genoud antes de la sesión. Igual, como es posible que no se llegue a tiempo para designar al reemplazante, ayer se especulaba que mediante algún ardid legal la Asamblea terminara siendo dirigida por Rafael Pascual, el presidente de la Cámara de Diputados.
La salida de Genoud no sólo le permite a De la Rúa acercar de nuevo a Chacho Alvarez y oxigenar la crisis que puso al Gobierno en jaque. También es un intento por bloquear la posibilidad de que el ex vice, ahora desde el llano, continúe martillando con la necesidad de “gestos políticos” que den respuesta al escándalo de los sobornos. Alvarez ya había adelantado que dedicaría su nueva condición de político raso a conseguir que el Senado recupere su imagen. Pero, por lo que adelanta Del Piero (ver aparte), la salida de Genoud no es suficiente para el Frepaso. Hay que ver qué piensa Alvarez, que ayer eligió de nuevo el silencio.

Claves

Ya se hablaba de la renuncia de Genoud el viernes. El senador mendocino sólo dijo que ponía su renuncia a disposición del radicalismo.
Ni ayer estaba dispuesto a dar el paso al costado: hablaba de “adelantar las elecciones” programadas para diciembre.
Genoud se decía preocupado porque el PJ, mayoritario en el Senado, aprovechara para imponer uno de los suyos, quebrando la tradición. Hasta lo mencionó ayer, en la conferencia de prensa, después de renunciar.
La primera reacción del justicialismo fue afirmar que aceptaría que De la Rúa nombre el reemplazo. Podrían aprovechar para desplazar a Cafiero de la vicepresidencia segunda del cuerpo e intentar quedarse con algún cargo hoy en manos de la Alianza.
Tres nombres suenan fuerte como reemplazo: Mario Losada, el cordobés Luis Molinari Romero y el porteño José María García Arecha.
Alfonsín y De la Rúa quieren descomprimir la situación: sacaron a
Genoud y hablaron por teléfono con Alvarez.

PEDRO DEL PIERO, UNICO SENADOR DEL FREPASO
“Con lo de Genoud no alcanza”

Por F.C.

Pedro Del Piero sigue las órdenes de Carlos “Chacho” Alvarez. Para el chachismo, la reclamada renuncia de José Genoud a la presidencia provisional del Senado no es suficiente para limpiar de sospechas a la Cámara alta. El único senador frepasista, Pedro Del Piero, en diálogo con Página/12, reclamó además que seis senadores dejaran sus bancas, incluido el riojano Eduardo Menem, hasta ahora fuera de las denuncias.
–¿Con la renuncia de Genoud a la presidencia provisional alcanza?
–No, no es suficiente. Con Genoud puede suceder lo mismo que con Alasino, que renunció a la jefatura del bloque peronista, pero lo sigue manejando desde las sombras. Hoy más que nunca otro Senado es posible. Lo de Chacho tiene que ser un desencadenante muy grande para que este Senado de transición cambie y que el que asuma en el 2001 sea totalmente diferente. El voto tiene que convalidar un Senado de otra calidad.
–¿Qué tiene que suceder en el Senado para que se limpie su imagen?
–Tienen que irse varios senadores. Los responsables de que el Senado fuera oscuro durante todos estos años y actuara de espaldas a la gente como Augusto Alasino, José Genoud y Eduardo Menem.
–¿Por qué ellos?
–Genoud y Alasino, por haber sido los responsables de los bloques políticos en los últimos seis años. Y Eduardo Menem, porque fue presidente provisional durante los últimos diez años, cuando hizo de arquitecto de la legalización del menemismo. Simbolizan el mecanismo que funcionó en el Senado y permitió que ocurrieran situaciones como las que se investigan.
–¿Con esto alcanzaría para cambiarle la cara al Senado?
–No, esto es para hacer lugar a un funcionamiento nuevo que se está poniendo en marcha con las nuevas conducciones de los bloques. Es la oxigenación que venimos reclamando. Adicional a esto también están los senadores que están en el ojo de la tormenta por sus incriminaciones públicas. Un caso es el de Jorge Massat y otro, patético, el de Cantarero. Ahora están con licencia, pero no hay dudas que se tendrán que ir. También hay otra situación dudosa con la denuncia contra Rodríguez Saá.
–¿En el Senado funcionará la Alianza?
–Va a depender de cómo los jefes de las fuerzas políticas que componen la Alianza acuerdan con el Ejecutivo el cumplimiento del programa de la coalición. De hecho nunca tuvimos un bloque Alianza en senadores.
–¿La continuidad de la coalición peligra?
–Está en emergencia. En realidad, la continuidad de la Alianza está en redifinición. La salida de Alvarez del Gobierno obliga a instalar rápidamente otro sistema de procesamiento de decisiones en el Gobierno apoyándose en la propia coalición y rechazando explícitamente oscuros acuerdos de gobernabilidad con el justicialismo conducido por Menem.


El tercer mosquetero de Alasino y Pontaquarto

Por Laura Vales

Genoud, hombre de campo y caballos, en una Exposición Rural. Nunca logró ocultar su enemistad con Chacho Alvarez. Ni su amistad con Augusto Alasino. José Genoud –mendocino, casado, tres hijos, senador de la Nación y hasta ayer presidente provisional de la Cámara alta– regaló para los archivos, cuando despuntaba la crisis en el Senado, una definición sobre cada uno. Calificó a Chacho, en una frase cargada de ironía y amargura, como “nuestro fiscal”. Y a Alasino, como a un político que “salió airoso” de una investigación sobre presunto enriquecimiento ilícito. El mapa de sus amores y sus odios no cambió una línea desde entonces.
José Genoud es senador desde hace 14 años; en el 93 sus pares lo eligieron como jefe del bloque radical y desde entonces fue reelecto una y otra vez por unanimidad. El triunfo de Fernando de la Rúa en las elecciones nacionales lo encumbró como presidente provisional del Senado. Su asunción significó el primer gesto de cooperación del bloque del PJ con el Gobierno: el peronismo cedió ese espacio –a pesar de ser mayoría en la cámara y después de algunos pataleos– para que el tercer lugar en la sucesión presidencial pudiera ser ocupado por un hombre de la Alianza.
En aquel diciembre de hace apenas 10 meses atrás, Chacho Alvarez y Raúl Alfonsín estuvieron en primera fila aplaudiendo la jura, en la que Antonio Cafiero –uno de los futuros impulsores de la investigación sobre el pago de sobornos– fue ratificado como vicepresidente del cuerpo y Augusto Alasino como jefe del bloque del PJ. Genoud llegaba al máximo lugar de poder en el Senado con, y en parte gracias a, una aceitada relación con el (entonces) mandamás del bloque justicialista.
La relación era tan estrecha como la que lo une a Mario “Tato” Pontaquarto, a quien Genoud designó –con el beneplácito de Alasino– en la poderosa Secretaría Parlamentaria de la Cámara alta. Los tres –Genoud, Alasino y Pontaquarto– se convirtieron en el poder real dentro del cuerpo. Los tres aparecerían después en el famoso anónimo sobre la entrega de coimas para la aprobación de la Reforma Laboral, que Genoud y Alasino calificaron de “bazofia” y “disparate”.
En los primeros días del escándalo, Genoud propuso declarar la caducidad inmediata de todos los senadores y llamar a elecciones anticipadas. Pero cuando Chacho Alvarez empezó a pedir su cabeza, no dudó en ir personalmente hasta la Casa Rosada en busca del respaldo presidencial. Y se resistió a dejar su cargo contra viento y marea.
Ya tres años antes de que Alvarez lo señalara como una de las figuras claves para el sostén de un pacto corporativo entre la UCR y el PJ en el Senado, Genoud había sido acusado exactamente de lo mismo, pero desde las propias filas de su partido. Y nada menos que a causa de su inacción frente al proceso por presunto enriquecimiento ilícito contra Alasino. El dirigente radical Adolfo Lafourcade, denunciante en la causa Alasino, planteó públicamente la actitud corporativa con la que algunos senadores protegían al apóstol de Carlos Menem. Apuntó directamente hacia Genoud: lo señaló como “cómplice por omisión” de Alasino.
Lafourcade era por entonces un dirigente raso del radicalismo –hoy preside la Cámara de Diputados entrerriana– y se cansó de viajar a la Capital y golpear las puertas de los senadores radicales reclamando apoyo, especialmente a Genoud, para que la investigación sobre el patrimonio del entonces jefe del bloque del PJ avanzara. Sólo obtuvo de Genoud evasivas.
Recién cuando lo señaló como cómplice de Alasino, el senador le devolvió sus llamados para advertirle que si no se retractaba lo querellaría por calumnias e injurias. Lafourcade no se retractó y Genoud no lo querelló. Pero, tal vez por esas causalidades del destino, Tato Pontaquarto comenzó a recorrer los medios de Entre Ríos descalificando al denunciante.
José Genoud nació en 1947. Estudió Derecho a distancia en la Universidad de Santa Fe. Cuenta entre sus amigos al banquero menemista Raúl Moneta, a quien conoció porque sus esposas fueron compañeras de colegio. Dice ser tan amante de los caballos –es propietario de varios especímenes– como del tango. La única vez que ganó una elección directa fue en 1983, como vicegobernador de Mendoza secundando a Felipe Llaver.


EDUARDO MENEM Y YOMA, SOBRE LA POSICION DEL PJ
“Se impone la elección de un radical”

Senador Jorge Yoma.

Senador Eduardo Menem.

Los senadores justicialistas están dispuestos a facilitar el reemplazo del ex presidente provisional del Senado, José Genoud. Hace un tiempo habían amenazado con colocar a un hombre del PJ en ese puesto de Genoud si llegaba a renunciar. Ayer a la noche, en cambio, después de conocerse el alejamiento del mendocino, Jorge Yoma y Eduardo Menem adelantaron a Página/12 que su bloque no pondrá obstáculos y aceptará al hombre que proponga la Alianza. A pesar de que la reunión del bloque estaba prevista para mañana, los legisladores justicialistas se reunirán hoy al mediodía para establecer una posición común sobre el tema.
Después del alejamiento de Chacho Alvarez, el escenario político está demasiado turbulento y no es tiempo para agitar el avispero. Eso lo tienen muy claro Yoma y Menem, quienes ayer admitieron a este diario que “hay que ser muy cautos y prudentes”. Luego de confirmar el encuentro de hoy del bloque del PJ, el senador Menem subrayó que “el bloque radical deberá proponer un reemplazante”. “En este momento, sobre todo habiendo renunciado el vicepresidente, el presidente provisional va a ser el segundo de la línea presidencial. Por eso se impone la elección de un hombre del radicalismo”, explicó.
El senador Yoma, por su parte, consideró que “no resulta razonable” que el peronismo ocupe la presidencia del cuerpo que, tras la renuncia de Alvarez, equivale al “virtual vicepresidente”. En la misma línea, el titular del bloque peronista, José Luis Gioja, señaló que, en relación a la sucesión de Genoud, el PJ “va a respetar la posición de ellos (por la Alianza)” y, además, se mostró a favor de otorgar el puesto a un radical.
Mientras la Alianza define el nombre del reemplazante de Genoud, en las filas del justicialismo ya empezaron a analizar los nombres de los candidatos a suceder al mendocino, los senadores Luis Molinari Romero, José María García Arecha y Mario Losada. “A cualquiera de ellos lo vamos a aceptar –comentó Yoma–. Con los tres tenemos excelente relación.”

 

 

 

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