Por
Fernando Cibeira
Lo
que no consiguió en funciones, el ex vicepresidente Carlos Chacho
Alvarez lo va a obtener con su renuncia. Primero fue la salida del ex
ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, sacrificado minutos antes de
que Alvarez diera su discurso de despedida. Ayer fue el turno de otro
de los involucrados en el escándalo de coimas en el Senado: el
presidente provisional de la Cámara alta, José Genoud, quien
con la salida de Chacho había quedado en el primer
escalón de la sucesión presidencial. El Frepaso había
pedido la inmediata salida del mendocino como antídoto para descomprimir
el ambiente político. Es que justamente Genoud sería el
encargado de presidir la Asamblea Legislativa que mañana debe tratar
la renuncia de Alvarez.
El desenlace se produjo ayer a la tarde en la quinta presidencial de Olivos.
El presidente Fernando de la Rúa y el jefe de la UCR, Raúl
Alfonsín, convocaron a Genoud para forzar el paso al costado. En
rigor, la renuncia de Genoud ya había circulado como una versión
firme el viernes, cinco minutos después de que Flamarique anunciara
la suya. Más tarde, el mendocino explicó que sólo
había puesto su dimisión a consideración del radicalismo
y que, por el momento, continuaría.
Ayer tampoco cedió fácilmente. Mientras recorrían
las últimas cuadras hasta Olivos, Genoud y sus colaboradores todavía
no aceptaban la posibilidad de una renuncia. Sólo mencionaban la
alternativa de acordar con la oposición un adelantamiento
de la elección de las autoridades de la Cámara alta,
que estaba pautada para diciembre. Uno de los peros que Genoud le puso
siempre a su salida era que el justicialismo podía utilizar su
mayoría para encumbrar un senador opositor en su lugar que, por
tradición, se le adjudica al oficialismo. Pero luego cambió
de opinión. No creo que el PJ pueda oponerse a que el reemplazante
sea un senador de la Alianza, sostuvo Genoud en la conferencia de
prensa de ayer, en la que confirmó su salida, donde estuvo flanqueado
por el Presidente y Alfonsín.
En su primera reacción, los senadores peronistas adelantaron que
aceptarán la decisión del Ejecutivo. Y dejaron entrever
que aprovecharán para plantear la elección de toda la mesa
de conducción del cuerpo. Es que la mayoría del bloque se
la tiene jurada a Antonio Cafiero, vicepresidente segundo del Senado,
y principal promotor de las denuncias de coimas. Cerca de Genoud aseguraban
que no sería extraño que también buscaran quedarse
con la secretaría parlamentaria o bien la administrativa de la
Cámara, hoy las dos en manos de la Alianza.
La elección de su reemplazante la estudiaba anoche el Presidente
y podría darse a conocer hoy. Hay tres nombres que suenan como
los principales candidatos: el del jefe del bloque de senadores, Mario
Losada, el del cordobés Luis Molinari Romero y el del porteño
José María García Arecha. Losada se encargó
de aclarar que dada la importancia que adquirió la figura del presidente
provisional se comportará en los hechos casi como un vice,
reemplazando al Presidente cada vez que se ausente el reemplazante
lo resolverá directamente De la Rúa.
El Presidente y Alfonsín habían coincidido en que la salida
de Genoud era indispensable para descomprimir la explosiva situación
interna generada dentro de la Alianza luego del recambio de gabinete del
jueves y la renuncia de Alvarez del viernes. Dentro de la misma estrategia
de distensión debe comprenderse la comunicación telefónica
que mantuvieron ayer el Presidente y su ex vice, ofrecimiento de un cargo
político incluido. De la Rúa y Alfonsín desean preservar
a la Alianza, aunque sea entre algodones. Si la coalición se fractura,
el Gobierno quedaría en un estado de debilidad política
difícil de sobrellevar (ver página 5).
Según comentaban fuentes del bloque de senadores radicales, la
cuenta regresiva de Genoud comenzó el jueves a la noche, en una
reunión del Comité Nacional de la UCR y una cena posterior
en la que participaron un puñado de legisladores con Alfonsín.
Allí, el jefe radical le dio a entender al senador mendocino que
su ciclo había terminado. Fue la primera vez que el mendocino se
enfrentó a la posibilidad concreta de la renuncia. Hasta ahí,
pese a las periódicas embestidas de Chacho, nunca el Presidente
le había hablado de dar un paso al costado.
Todo se aceleró el sábado. Los frepasistas habían
planteado la inmediata renuncia de Genoud como una condición indispensable
para airear a la coalición. Es que mañana debe realizarse
la Asamblea Legislativa que tratará la renuncia presentada por
Alvarez y, si no había cambios, la sesión estaría
presidida por Genoud, mientras que su mano derecha, Mario Pontaquarto,
sería el secretario parlamentario. Ambos son considerados por Alvarez
parte fundamental del esquema de poder que funcionó durante años
en la Cámara alta y que permitió maniobras como las que
se investigan en torno a la reforma laboral.
Estrechos colaboradores de Alvarez como el jefe del bloque de diputados
de la Alianza, Darío Alessandro, y el senador Pedro Del Piero habían
hecho discretas gestiones con Alfonsín y Losada para apurar el
final anunciado de Genoud antes de la sesión. Igual, como es posible
que no se llegue a tiempo para designar al reemplazante, ayer se especulaba
que mediante algún ardid legal la Asamblea terminara siendo dirigida
por Rafael Pascual, el presidente de la Cámara de Diputados.
La salida de Genoud no sólo le permite a De la Rúa acercar
de nuevo a Chacho Alvarez y oxigenar la crisis que puso al Gobierno en
jaque. También es un intento por bloquear la posibilidad de que
el ex vice, ahora desde el llano, continúe martillando con la necesidad
de gestos políticos que den respuesta al escándalo
de los sobornos. Alvarez ya había adelantado que dedicaría
su nueva condición de político raso a conseguir que el Senado
recupere su imagen. Pero, por lo que adelanta Del Piero (ver aparte),
la salida de Genoud no es suficiente para el Frepaso. Hay que ver qué
piensa Alvarez, que ayer eligió de nuevo el silencio.
PEDRO
DEL PIERO, UNICO SENADOR DEL FREPASO
Con lo de Genoud
no alcanza
Por
F.C.
Para el chachismo, la reclamada renuncia de José Genoud a la presidencia
provisional del Senado no es suficiente para limpiar de sospechas a la
Cámara alta. El único senador frepasista, Pedro Del Piero,
en diálogo con Página/12, reclamó además que
seis senadores dejaran sus bancas, incluido el riojano Eduardo Menem,
hasta ahora fuera de las denuncias.
¿Con la renuncia de Genoud a la presidencia provisional alcanza?
No, no es suficiente. Con Genoud puede suceder lo mismo que con
Alasino, que renunció a la jefatura del bloque peronista, pero
lo sigue manejando desde las sombras. Hoy más que nunca otro Senado
es posible. Lo de Chacho tiene que ser un desencadenante muy grande para
que este Senado de transición cambie y que el que asuma en el 2001
sea totalmente diferente. El voto tiene que convalidar un Senado de otra
calidad.
¿Qué tiene que suceder en el Senado para que se limpie
su imagen?
Tienen que irse varios senadores. Los responsables de que el Senado
fuera oscuro durante todos estos años y actuara de espaldas a la
gente como Augusto Alasino, José Genoud y Eduardo Menem.
¿Por qué ellos?
Genoud y Alasino, por haber sido los responsables de los bloques
políticos en los últimos seis años. Y Eduardo Menem,
porque fue presidente provisional durante los últimos diez años,
cuando hizo de arquitecto de la legalización del menemismo. Simbolizan
el mecanismo que funcionó en el Senado y permitió que ocurrieran
situaciones como las que se investigan.
¿Con esto alcanzaría para cambiarle la cara al Senado?
No, esto es para hacer lugar a un funcionamiento nuevo que se está
poniendo en marcha con las nuevas conducciones de los bloques. Es la oxigenación
que venimos reclamando. Adicional a esto también están los
senadores que están en el ojo de la tormenta por sus incriminaciones
públicas. Un caso es el de Jorge Massat y otro, patético,
el de Cantarero. Ahora están con licencia, pero no hay dudas que
se tendrán que ir. También hay otra situación dudosa
con la denuncia contra Rodríguez Saá.
¿En el Senado funcionará la Alianza?
Va a depender de cómo los jefes de las fuerzas políticas
que componen la Alianza acuerdan con el Ejecutivo el cumplimiento del
programa de la coalición. De hecho nunca tuvimos un bloque Alianza
en senadores.
¿La continuidad de la coalición peligra?
Está en emergencia. En realidad, la continuidad de la Alianza
está en redifinición. La salida de Alvarez del Gobierno
obliga a instalar rápidamente otro sistema de procesamiento de
decisiones en el Gobierno apoyándose en la propia coalición
y rechazando explícitamente oscuros acuerdos de gobernabilidad
con el justicialismo conducido por Menem.
El tercer
mosquetero de Alasino y Pontaquarto
Por
Laura Vales
Nunca logró ocultar su enemistad con Chacho Alvarez. Ni su amistad
con Augusto Alasino. José Genoud mendocino, casado, tres
hijos, senador de la Nación y hasta ayer presidente provisional
de la Cámara alta regaló para los archivos, cuando
despuntaba la crisis en el Senado, una definición sobre cada uno.
Calificó a Chacho, en una frase cargada de ironía y amargura,
como nuestro fiscal. Y a Alasino, como a un político
que salió airoso de una investigación sobre
presunto enriquecimiento ilícito. El mapa de sus amores y sus odios
no cambió una línea desde entonces.
José Genoud es senador desde hace 14 años; en el 93 sus
pares lo eligieron como jefe del bloque radical y desde entonces fue reelecto
una y otra vez por unanimidad. El triunfo de Fernando de la Rúa
en las elecciones nacionales lo encumbró como presidente provisional
del Senado. Su asunción significó el primer gesto de cooperación
del bloque del PJ con el Gobierno: el peronismo cedió ese espacio
a pesar de ser mayoría en la cámara y después
de algunos pataleos para que el tercer lugar en la sucesión
presidencial pudiera ser ocupado por un hombre de la Alianza.
En aquel diciembre de hace apenas 10 meses atrás, Chacho Alvarez
y Raúl Alfonsín estuvieron en primera fila aplaudiendo la
jura, en la que Antonio Cafiero uno de los futuros impulsores de
la investigación sobre el pago de sobornos fue ratificado
como vicepresidente del cuerpo y Augusto Alasino como jefe del bloque
del PJ. Genoud llegaba al máximo lugar de poder en el Senado con,
y en parte gracias a, una aceitada relación con el (entonces) mandamás
del bloque justicialista.
La relación era tan estrecha como la que lo une a Mario Tato
Pontaquarto, a quien Genoud designó con el beneplácito
de Alasino en la poderosa Secretaría Parlamentaria de la
Cámara alta. Los tres Genoud, Alasino y Pontaquarto
se convirtieron en el poder real dentro del cuerpo. Los tres aparecerían
después en el famoso anónimo sobre la entrega de coimas
para la aprobación de la Reforma Laboral, que Genoud y Alasino
calificaron de bazofia y disparate.
En los primeros días del escándalo, Genoud propuso declarar
la caducidad inmediata de todos los senadores y llamar a elecciones anticipadas.
Pero cuando Chacho Alvarez empezó a pedir su cabeza, no dudó
en ir personalmente hasta la Casa Rosada en busca del respaldo presidencial.
Y se resistió a dejar su cargo contra viento y marea.
Ya tres años antes de que Alvarez lo señalara como una de
las figuras claves para el sostén de un pacto corporativo entre
la UCR y el PJ en el Senado, Genoud había sido acusado exactamente
de lo mismo, pero desde las propias filas de su partido. Y nada menos
que a causa de su inacción frente al proceso por presunto enriquecimiento
ilícito contra Alasino. El dirigente radical Adolfo Lafourcade,
denunciante en la causa Alasino, planteó públicamente la
actitud corporativa con la que algunos senadores protegían al apóstol
de Carlos Menem. Apuntó directamente hacia Genoud: lo señaló
como cómplice por omisión de Alasino.
Lafourcade era por entonces un dirigente raso del radicalismo hoy
preside la Cámara de Diputados entrerriana y se cansó
de viajar a la Capital y golpear las puertas de los senadores radicales
reclamando apoyo, especialmente a Genoud, para que la investigación
sobre el patrimonio del entonces jefe del bloque del PJ avanzara. Sólo
obtuvo de Genoud evasivas.
Recién cuando lo señaló como cómplice de Alasino,
el senador le devolvió sus llamados para advertirle que si no se
retractaba lo querellaría por calumnias e injurias. Lafourcade
no se retractó y Genoud no lo querelló. Pero, tal vez por
esas causalidades del destino, Tato Pontaquarto comenzó a recorrer
los medios de Entre Ríos descalificando al denunciante.
José Genoud nació en 1947. Estudió Derecho a distancia
en la Universidad de Santa Fe. Cuenta entre sus amigos al banquero menemista
Raúl Moneta, a quien conoció porque sus esposas fueron compañeras
de colegio. Dice ser tan amante de los caballos es propietario de
varios especímenes como del tango. La única vez que
ganó una elección directa fue en 1983, como vicegobernador
de Mendoza secundando a Felipe Llaver.
EDUARDO
MENEM Y YOMA, SOBRE LA POSICION DEL PJ
Se impone la elección de un radical
Senador
Jorge Yoma.
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Senador
Eduardo Menem.
|
Los senadores justicialistas
están dispuestos a facilitar el reemplazo del ex presidente provisional
del Senado, José Genoud. Hace un tiempo habían amenazado
con colocar a un hombre del PJ en ese puesto de Genoud si llegaba a renunciar.
Ayer a la noche, en cambio, después de conocerse el alejamiento
del mendocino, Jorge Yoma y Eduardo Menem adelantaron a Página/12
que su bloque no pondrá obstáculos y aceptará al
hombre que proponga la Alianza. A pesar de que la reunión del bloque
estaba prevista para mañana, los legisladores justicialistas se
reunirán hoy al mediodía para establecer una posición
común sobre el tema.
Después del alejamiento de Chacho Alvarez, el escenario político
está demasiado turbulento y no es tiempo para agitar el avispero.
Eso lo tienen muy claro Yoma y Menem, quienes ayer admitieron a este diario
que hay que ser muy cautos y prudentes. Luego de confirmar
el encuentro de hoy del bloque del PJ, el senador Menem subrayó
que el bloque radical deberá proponer un reemplazante.
En este momento, sobre todo habiendo renunciado el vicepresidente,
el presidente provisional va a ser el segundo de la línea presidencial.
Por eso se impone la elección de un hombre del radicalismo,
explicó.
El senador Yoma, por su parte, consideró que no resulta razonable
que el peronismo ocupe la presidencia del cuerpo que, tras la renuncia
de Alvarez, equivale al virtual vicepresidente. En la misma
línea, el titular del bloque peronista, José Luis Gioja,
señaló que, en relación a la sucesión de Genoud,
el PJ va a respetar la posición de ellos (por la Alianza)
y, además, se mostró a favor de otorgar el puesto a un radical.
Mientras la Alianza define el nombre del reemplazante de Genoud, en las
filas del justicialismo ya empezaron a analizar los nombres de los candidatos
a suceder al mendocino, los senadores Luis Molinari Romero, José
María García Arecha y Mario Losada. A cualquiera de
ellos lo vamos a aceptar comentó Yoma. Con los tres
tenemos excelente relación.
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