Por
Victoria Ginzberg
Excepto por un grupo de manifestantes de organismos de derechos humanos
y de partidos de izquierda, nadie prestó demasiada atención
al buque escuela chileno Esmeralda, que amarró el jueves
en la dársena norte y que parte hoy. Pero la nave, un esbelto clipper
de cuatro mástiles, fue usada durante la dictadura de Augusto Pinochet
como centro de torturas. Se calcula que por allí pasaron cerca
de 120 detenidos. El Esmeralda zarpó en viaje de instrucción
de Valparaíso el 29 de abril y ya fue repudiada en los puertos
de Salvador, Río de Janeiro, Baltimore, Nueva York, Quebec, Halifax
y Montevideo.
Según consta en el informe Reittig donde se registraron las
violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura pinochetista,
las investigaciones practicadas por esta comisión (de Verdad
y Reconciliación) permitieron comprobar que una unidad especializada
de la Armada se instaló en el interior del buque escuela Esmeralda
con el objeto de interrogar a los detenidos que se encontraban en la misma
nave y a los que eran traídos desde otros recintos de reclusión
de la Armada. Estos interrogatorios, por regla general, incluían
torturas y malos tratos.
El 26 de junio pasado Día Internacional de Apoyo a las Víctimas
de Torturas el Esmeralda estaba en Baltimore, Estados
Unidos. Un día antes, se había realizado frente al clipper
un servicio religioso para recordar a las víctimas que pasaron
por allí durante la dictadura chilena. El 2 de julio el barco llegó
a Nueva York para participar de la regata Operación Velero
2000. Allí fue repudiado por el Comité para la Justicia
en Chile, La Peña del Bronx y la Red Chilena Indígena y
Popular. En Quebec y Halifax, Canadá, su presencia también
causó indignación, como en Brasil y Uruguay.
En Buenos Aires, un grupo de manifestantes de agrupaciones de izquierda
y de derechos humanos hizo el jueves un escrache, que fue
encabezado por una bandera en la que se leía: No al buque
de la muerte. Castigo a todos los culpables. Las agencias de noticias
consignaron que el Esmeralda estuvo rodeado con vallas
y custodiado fuertemente por efectivos de Prefectura incluso un
grupo de choque armado con cascos, escudos y armas lanzagases que,
en rigor, eran más que los manifestantes.
El sacerdote Miguel Woodward fue una de las víctimas de la Armada
chilena que pasó por el buque. Había nacido el 25 de enero
de 1932 en Valparaíso, Chile, de padre inglés y madre chilena.
A los 15 partió a estudiar a Inglaterra. Después de graduarse
en Ingeniería Civil volvió a Chile e ingresó al seminario.
Fue ordenado sacerdote de la Iglesia Católica en 1961. Su destino
como religioso fue Peña Blanca, en la diócesis de Valparaíso.
Pero luego de un período como párroco de ese lugar trabajó
en los astilleros de Las Habas como cura obrero y en un centro de estudios
y capacitación laboral que ofrecía cursos de formación
universitaria a trabajadores.
Pocos días después del golpe del 11 de setiembre de 1973,
la casa de Woodward fue allanada. Pero el sacerdote que fue militante
de MAPU, un partido político dentro del gobierno de la Unidad Popular
de Salvador Allende y perteneció al movimiento Cristianos por el
Socialismo había tomado recaudos y se había alejado.
Volvió diez días después y fue arrestado por una
patrulla naval. Algunas declaraciones de testigos indican que en un primer
momento habría sido conducido a un cuartel de Carabineros en el
cerro Barón. Luego fue llevado al buque escuela Esmeralda,
que estaba anclado en el puerto de Valparaíso.
El 22 de setiembre de 1973 un médico fue llamado al barco para
atender a Woodward, que padecía graves heridas causadas por los
malos tratos recibidos. El profesional diagnosticó que el sacerdote
no sobreviviría más de una hora y ordenó que fuera
llevado al Hospital de Playa Ancha. Los marinos accedieron, pero el hombre
murió en el camino. El hospital emitió un certificado en
el que consta que falleció a las 12 en la vía pública.
Aunque el obispado pidió su cuerpo para enterrarlo, Woodward fue
depositado por la Armada en una fosa común, un hoyo grande al borde
del Cementerio de Playa Ancha. Su hermana, Patricia Woodward Bennets,
miembro de Amnistía Internacional de España, donde vive,
denuncia la historia negra del barco en cada país en el que atraca.
Luis Vega Contreras es un sobreviviente del barco escuela. De su testimonio
ante Amnistía Internacional reproducido por el diario chileno
El Mirador se desprende que el hombre fue detenido el mismo día
del golpe militar y fue llevado al buque junto con otros 110 prisioneros
políticos. Sus captores lo colocaron desnudo bajo un chorro de
agua de mar de alta presión y utilizando lanzas hechas de palo
le daban puntadas para mantenerlo debajo del agua. Vega Contreras aseguró
que las mujeres fueron vejadas sexualmente. El actual capitán del
buque, Edmundo González, trata de defender el pasado de su nave
en todo el mundo. En Canadá, les dijo a los periodistas de Halifax:
Todo lo que se dice sobre mi barco es falso. De ninguna manera el
Esmeralda fue un buque de tortura o una prisión.
Este no fue el primer viaje en el que el Esmeralda fue repudiado.
En 1974 las protestas de sindicatos y organizaciones no gubernamentales
lograron impedir que atracara en el puerto de San Francisco. Dos años
después enfrentó protestas en Baltimore, donde participó
en la celebración del bicentenario de Estados Unidos. En 1986 el
buque volvió a ese país para participar de otra fiesta de
bicentenario, esta vez el de la Estatua de la Libertad, y el Senado norteamericano
aprobó una resolución en la que condenó la participación
del barco en el festejo.
Una demanda argentina
Por
V. G.
Familiares de argentinos asesinados por la dictadura
chilena iniciarán una querella contra Augusto Pinochet.
Es la primera demanda de este tipo que se presenta en ese país.
Hasta ahora los casos que van a ser presentados ante el juez Juan
Guzmán son los de Bernardo Lejderman y Oscar Héctor
Bugallo, pero sus familiares esperan sumar más.
Según su partida de defunción, Oscar Bugallo fue
asesinado en Maipú, Chile, el 17 de octubre de 1973, a
los 24 años, por herida de bala con salida de proyectil.
Bugallo provenía de una familia simpatizante del Partido
Comunista. Cuando Salvador Allende llega la presidencia de Chile
el joven, sin pertenecer a ninguna agrupación, viajó
para vivir la experiencia socialista. Cuando volvió a Buenos
Aires se ganó el apodo de el chileno porque
había adquirido el acento característico de ese
país. Convencido de la inminencia del golpe militar, el
5 de setiembre de 1973 Bugallo volvió a Chile, para ayudar
en la resistencia. Su hermana Mónica relató que
después de la instalación de la dictadura recibió
una carta de Oscar en la que le contaba que estaba viviendo simulando
una adhesión al nuevo régimen. Allí hablaba
de un argentino cuyos amigos estaban presos.
Ni la familia Bugallo ni la mujer de Oscar, Olga Reynoso, recibieron
más noticias hasta que el diario La Opinión informó
del hallazgo de tres argentinos asesinados en Chile: Oscar Bugallo,
Teodoro Konoba y Miguel Angel Lacorte. Las familias reclamaron
los cuerpos que llegaron, luego de varias peripecias, el 24 de
noviembre. Posteriormente los Bugallo supieron que un peruano
detenido en el Estadio Nacional vio el 15 de octubre de 1973 a
un argentino al que le decían el chileno.
Bernardo Lejderman y su mujer María Rosario Avalos Castañeda
de origen mexicano fueron asesinados por la dictadura
pinochetista en diciembre de 1973. Su hijo Ernesto, que por ese
entonces tenía dos años y medio, fue criado por
sus abuelos paternos en Buenos Aires. Ernesto creyó durante
mucho tiempo que sus padres habían muerto en un accidente
de tren pero ya hace diez años está reconstruyendo
su historia, que fue publicada por Página/12. El caso Lejderman
tomó relevancia a fines de agosto, cuando un ex militar
reveló datos sobre su ejecución. Este asesinato
estaba siendo tratado como uno más de los tantos crímenes
de la dictadura de Pinochet, pero Lejderman y Reynoso decidieron
abrir una querella particular que englobara a los argentinos,
y esperan que otros familiares se sumen a esta iniciativa. Ya
cuentan con el apoyo de los organismos de derechos humanos argentinos
y de la abogada chilena Verónica Reyna Morales. Antes
la situación política no ayudaba para hacer este
tipo de denuncia pero creo que hoy han cambiado muchas cosas en
Chile, afirman.
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Una
lista de víctimas
Listado de ciudadanos argentinos asesinados en Chile aportado
por la Comisión de Familiares de Víctimas en Chile:
Carlos Rodolfo Adler Zulueta, Beatriz Elena Díaz Agüero,
Bernardo Lejderman, Hugo Norberto Ratier Noguera, Oscar Héctor
Bugallo, Benjamín Garzón Morillo, Teodoro Konoba Krul,
Miguel Angel Lacorte, José Luque Schurman, Manuel Norberto
Mezquita Ramírez y Alberto Esteban Palacios González.
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