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Una mujer en el vestuario de TyC

A través de �Mar de fondo�, Anita Martínez se ganó un lugar respetable en una señal de cable de signo eminentemente masculino.

Por Patricia Chaina

t.gif (862 bytes)  Cada medianoche de lunes a viernes, un programa de actualidad deportiva de TyC Sports, Anita Martínez despliega su histrionismo, logrando darle a la feminidad un lugar privilegiado dentro del masculino mundo futbolístico. En esas tertulias televisivas, Martínez acompaña a Alejandro Fantino y a Fabián Gianola, los conductores de “Mar de fondo”, convertida –caracterizaciones mediante– en diferentes personajes: una coplera del altiplano y a la vez cronista de espectáculos, una astróloga que predice el resultado de las fechas del fútbol, una dama de la alta sociedad en romance con un barrabrava interpretado por Gianola.
Pero quizá sea desde la conducción de los segmentos de actualidad donde Martínez aporta reflexiones humorísticas tras la lectura de noticias, o cuando interactúa con quienes envían mensajes al programa, lo que la ubica entre las nuevas camadas de animadores con talento. Aunque su paso por un canal de aire en el frustrado “Todo bien” que emitía Canal 13 haya sido “un verdadero bochorno”, según recuerda Martínez ante Página/12. “Fue una decisión apresurada aceptar ese programa”, reconoce. “Pero en ‘Mar de fondo’ conducir se dio naturalmente porque lo mío es la comicidad: entré al programa para hacer personajes”, aclara sobre su inicio en TyC, cuando el programa se llamaba “Club Social y Deportivo”. “Y por la buena onda que hay en el piso surgió esto de conducir algunos segmentos.” Martínez habla con humildad. Suena natural. Y se ríe de ella misma, un rasgo que la distingue entre las conductoras que abundan en el cable, y que es el pie derecho con el que pudo ingresar al machista mundo del fútbol.
–¿Cómo es su experiencia de trabajo en el masculino mundo del fútbol?
–No hay conflicto. Mi teoría es que cuando uno va a hacer algo en un terreno que no es el propio tiene que ir relajado, no ir al choque, y me recibieron bien. Mi palabra es aceptada. Aunque no opino de fútbol, no hay necesidad de que lo haga: para eso están los periodistas. Y cuando en los entrenamientos hacía notas en joda con los jugadores, jamás me generó un problema ser mujer. Al contrario, a veces me dijeron cosas que no se las habrían contestado a un hombre.
–¿Cosas como cuáles?
–Cosas triviales pero que pintan al personaje, como cuál es el horario que prefieren para ir al baño. Eso le pregunté al Coco Basile y me dio toda la explicación: que a la mañana se levantaba, tomaba mate y después tranquilo se sentaba en el inodoro. O cuando le pregunté a Guglielminpietro si sabía cómo se usaba el bidet, muy soberbia porque ni yo lo sabía, pero él me dio toda la explicación real y fue muy cómica.
–Su faceta humorística debe haber jugado a su favor...
–Sumarle humor a la información es una estrategia que se busca en la TV. Juega a favor pero cuando se da naturalmente. En el programa pasa eso, no estamos exigidos, no tenemos que hacer un esfuerzo para ser graciosos. Y la gente lo recibe bien, se enganchan con nosotros en los mensajes, siguen nuestra jodas, y forman parte del programa.
–¿Qué temas de la actualidad deportiva le interesan?
–La prevención de la violencia. Porque el fútbol es un deporte, un lugar de entretenimiento que tiene que generar buena sangre, debería causar placer. Pero eso es parte de una sociedad con muchas diferencias sociales. La violencia en el fútbol no se aísla de la violencia en la sociedad, de lo que pasa todos los días y en todo el mundo. Revertirlo es un trabajo de todos y al estar en un medio existe esa posibilidad porque la violencia la tenemos en la sangre, no hay que estimularla. Pero se fomenta el fanatismo en exceso y contra el otro. Empieza en la casa y continúa en la sociedad. Si no contiene la casa ni el colegio, menos la cancha. Me siento como abanderada de una causa perdida pero es lo que pienso. No creo que sea una boludez regalarle a un chico una ametralladora y doce balas. O enchufarlos a la TV para ver dibujos animados donde sólolos superhéroes pueden salvar al mundo, porque los políticos no sirven para nada si no juegan al lado del superhéroe de turno.

 

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