Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


KIOSCO12

A falta de un Chacho Alvarez, buena es una Susana Giménez

El Presidente aprovechó uno de los programas de más rating para trasmitir su mensaje de que la salida del vice no pone en riesgo la marcha del Gobierno.

Por Santiago Rodríguez

t.gif (862 bytes)  “El timón del país está en manos firmes”, dijo ante Susana Giménez un Fernando de la Rúa preocupado por convencer a los argentinos de que la renuncia de Carlos “Chacho” Alvarez no ha mellado su autoridad. Allí, frente a la esperanza de 30 puntos de rating, acompañó ese discurso con una verdadera puesta de escena: apareció rodeado por su mujer Inés Pertiné, su hija Agustina y sus nietos Sol y Simón. “Sólo falta Shakira”, bromeó la diva.
Los hombres que manejan la imagen de De la Rúa se ocuparon de cada uno de los detalles de su presentación en lo de Susana Gimenez, tanto dentro como fuera de cámara. Así, por ejemplo, unos instantes antes de su ingreso al estudio entró un grupo de gente que solo se ocupó de aplaudir a su paso. Apenas terminó ese trámite la producción del programa les ordenó que se fueran del lugar.
El productor general, Gustavo González, y su novio Jorge “Corcho” Rodríguez ayudaron a Susana en el mismo set en su último repaso a las preguntas que habría de formular más tarde. Al abrir el reportaje, sin embargo, la diva no arrancó con una pregunta, sino con una introducción que reveló un dato sobre el cual los asesores de prensa del Presidente no habían ofrecido mayores precisiones. “El sábado –explicó– cuando me llamaron de Presidencia para avisarme que iban a venir, me sentí honrada.”
De la Rúa había estado por última vez en el programa de Susana Giménez al día siguiente de ganar las elecciones y en aquella ocasión también había ido con su familia. La invitación para una nueva visita estaba pendiente desde hace meses y ayer le resultó de utilidad para explicar que los cambios de gabinete buscaron “darle más ritmo” a la economía y que había designado a Alberto Flamarique como secretario general de la Presidencia porque le “parecía que respondía a las expectativas” del FREPASO por ser de ese partido.
También le resultó provechosa para afirmar que con Alvarez “me llevaba bien y por eso me sorprendió la renuncia. Quizás el cambio de gabinete no lo conformó, (pero) no me lo dijo. Fuimos compañeros y por eso siento mucho lo que pasa”. Y para agregar que “el deber del gobernante es seguir hasta el fin por más difíciles que sean los problemas” o que “las luchas hay que darlas desde adentro”.
“Lo que pasa” es la crisis política que desató el alejamiento del vicepresidente. De la Rúa negó que existiera, aunque admitió que la situación planteada “pudiera tener su efecto” en el plano económico y mencionó la palabra “crisis” en varias oportunidades. “Usé la palabra crisis, pero no hay crisis”, intentó explicar, aunque la diva no había notado su contradicción o, al menos, no se la había marcado.
La familia presidencial llegó para un segundo bloque del que Susana se enteró en cámara, después de haber cerrado la entrevista convencida de que había terminado. “Ah, ¿qué, hay otro más?”, preguntó al aire después de que –por pedido suyo– De la Rúa formulara un cierre en el que destacó que “este Presidente da la cara y está cerca de la gente” y sostuvo que sus objetivos son “el trabajo y la educación para todos”. También subrayó que “la bandera contra la corrupción es fundamental para este gobierno”.
Rodríguez y el secretario de Culturas y Medios Darío Lopérfido, otro que siguió cada detalle desde atrás de las cámaras, recibieron a Pertiné y Agustina con un beso cuando llegaron al estudio. Con ellas llegó también Juan Petracchi, el yerno de De la Rúa. En su última gira por el exterior el Presidente lo subió –también a Agustina– al avión presidencial, pero ayer no lo tuvo en cuenta para la pantalla.
Fue con todos sentados en su living que SG sacó el tema de Shakira. Contó que hace unos días se encontró “con Antonito que venía de Punta del Este, de dejar a su novia” y lo vio enamorado. “Está muy metido”, apuntó De la Rúa, y se deshizo en halagos hacia la cantante colombiana: “Es macanuda, bárbara, simpática y trabajadora”. Para el cierre –el definitivo–, De la Rúa prometió que trabajará “por la gente y para la gente” y echó mano a los recursos que aprendió en su carrera con el publicista Ramiro Agulla: “Quiero decirle a la gente -manifestó– que mi compromiso es cada vez mayor, por ustedes, por sus familias, por mi familia y por todos los argentinos”.


EL GOBIERNO ANALIZA LOS PUNTOS DEBILES DE ALVAREZ
La estrategia de Sobremonte

Por Raúl Kollmann

En medio de un ambiente casi bélico con Chacho Alvarez, funcionarios del Gobierno se pusieron contentos anoche con un dato: sus encuestas diarias revelan una pérdida de 4 puntos en la altísima buena imagen del ex vice. “La caída de Chacho va a seguir y el Presidente y todos nosotros tenemos que insistir en el único punto vulnerable que tiene: que la gente no vio con tan buenos ojos su ida del Gobierno”, le dijo a Página/12 uno de los principales asesores de Fernando de la Rúa.
El tema fue tratado el domingo en varias reuniones –una de ellas en Olivos– y no faltaron los que sugirieron que el mensaje que debe trabajar el Presidente incluye lo que podría llamarse el síndrome de Sobremonte, es decir que Chacho huyó y abandonó las responsabilidades. Ayer, De la Rúa exhibió, con palabras un poco más suaves, ese argumento. “Pero la diferencia con Sobremonte es que el baúl con la plata se lo quedaron ellos”, ironizaba anoche un dirigente del Frepaso.
En verdad, las encuestas hechas el viernes, el sábado y el domingo dieron resultados dramáticamente adversos al Gobierno, al nuevo gabinete y al propio Presidente. Por ejemplo, casi un 80 por ciento de los encuestados sostenían que Alberto Flamarique no debía estar en el Gobierno y casi el 60 por ciento vieron con malos ojos el cambio de gabinete. Este último dato resultó lógico para todos los encuestadores: nadie o prácticamente nadie sabe quién es el nuevo jefe de gabinete, Chrystian Colombo; Jorge de la Rúa es muy poco conocido; a Patricia Bullrich la identifican, pero no tienen en claro si es buena o es mala y, como coronación, está el rechazo a Flamarique. “Es muy difícil que la gente entienda la idea de un gabinete de más bajo perfil y más eficiente. El ciudadano lo que percibe es que son ministros nuevos a los que no conoce y tampoco tiene claro adónde apunta el cambio”, razonó otro asesor de la conducción de la UCR.
En el Gobierno causó cierto alivio el dato de las encuestas hechas el domingo: Chacho había bajado 4 puntos en su imagen positiva. Claro que la evaluación del ex vicepresidente es sideral por cuanto más del 60 por ciento de los encuestados opinan bien o muy bien de él, lo que duplica al Presidente quien no llega al 30 por ciento de imagen positiva. “Esa baja es un indicio de lo que viene”, aseguran los encuestadores. “Chacho consiguió un pico el viernes pasado, cuando fue Gardel, pero de ahora en adelante va a ir bajando poco a poco. El otro dato es que Chacho sigue estando fuertísimo en Capital Federal y Gran Buenos Aires, pero igualmente continúa débil en el interior del país.”
Con todos estos elementos a la vista, los asesores del Presidente insisten en que el mensaje del primer mandatario debe concentrarse en la idea del “abandono”, supuestamente el punto débil de Alvarez. Quienes están cerca del primer mandatario sostienen que antes de la crisis los personajes que influyeron más directamente en el cambio de gabinete fueron Fernando De Santibañes y el secretario privado Leonardo Aiello. Pero a la hora de elaborar la ofensiva mediática del “abandono de Chacho”, la figura clave es –nuevamente– Antonito, el hijo del Presidente. Dicen que por eso incluso se privó de viajar este fin de semana a Punta del Este donde lo esperaba Shakira, su amor.

 

 

PRINCIPAL