El feriado por el Día de la Raza, que se festeja anticipadamente
en Estados Unidos, dejó a José Luis Machinea al margen de
enfrentar ayer el primer test de mercado, tras la crisis política
desatada por la renuncia de Carlos Alvarez. Pese a que ayer no hubo operaciones
en Wall Street, los precios de los títulos de deuda argentina,
cotizada por algunos bancos de inversión, mostraron una leve caída,
un síntoma claro de que la crisis política elevó
el llamado riesgo-país. En otros términos, esto
significa que el Gobierno deberá pagar más cara la tasa
de interés para retener a los poseedores de esa deuda (por ahora
en alrededor de 0,25 puntos porcentuales). Más preocupante aún,
todos los informes conocidos en las últimas horas de los principales
bancos de inversión internacionales alertaron a sus clientes sobre
los peligros que los hechos políticos recientes podrían
traer aparejados para quienes deciden apostar sus dólares en el
país. La Bolsa de Comercio de Buenos Aires reflejó también
la inquietud de los mercados: el valor de las acciones retrocedieron un
1,9 por ciento, acumulando una pérdida del 4,33 por ciento en las
últimas tres ruedas bursátiles (ver aparte).
Página/12 revisó los reportes de entidades internacionales
tales como UBS (Unión de Bancos Suizos), JP Morgan, Merrill Lynch,
Goldman Sachs y Deutsche Bank, entre otros. Todos coinciden en que el
presidente De la Rúa quedó debilitado y que de ahora en
más será clave observar la actitud de los diputados de la
Alianza en tren de aprobar leyes fundamentales para el Gobierno, como
el Presupuesto 2001. El viernes, antes de la renuncia de Alvarez, ya habían
criticado el cambio ministerial anunciado por De la Rúa, al mantener
en el gabinete a los principales sospechados en el affaire de las coimas
del Senado, porque justamente temían que pudiera desembocar
en un quiebre de la Alianza.
u El JP Morgan afirma que la mayor incertidumbre ahora se mudará
del gabinete al Congreso. Sostiene que la gobernabilidad se
ha transformado en un juego completamente diferente, ya que la fractura
de la Alianza implica la pérdida de la mayoría en la Cámara
baja. Y especula con que De la Rúa tal vez busque apoyo
en el peronismo, aunque advierte que tal estrategia tendría
corta vida porque hay elecciones para senadores el año próximo.
Por otro lado, asegura que la lentísima recuperación de
la economía pondrá todavía más presión
al ambiente político: según el Morgan, el año próximo
la economía crecería apenas un 2 por ciento, la mitad del
pronóstico oficial incluido en el Presupuesto.
u Merrill Lynch fue uno de los bancos que más criticó la
decisión de haber ascendido a Alberto Flamarique a la Secretaría
General y, horas antes de la renuncia de Alvarez, ya advertía la
posibilidad de que tal actitud hiciera peligrar la gobernabilidad al forzar
la salida de Alvarez.
u El Deutsche Bank asegura que la renuncia del vicepresidente debilitó
seriamente el apoyo político de De la Rúa y agrega complicaciones
a las ya dificultosas negociaciones con el Congreso.
Este malhumor e incertidumbre reinantes en los mercados es hoy el principal
tema en la agenda de Economía. De hecho, Daniel Marx, secretario
de Finanzas, se la pasó ayer hablando con inversores extranjeros,
tratando de convencerlos de que no había crisis, como una y otra
vez repite sin convencimiento el propio De la Rúa. Sin embargo,
en el equipo de Machinea reconocen en la intimidad que la crisis política,
en el mejor de los casos, retrasará el despegue de la economía:
creen que lo más probable es que los inversores se tomen entre
dos semanas y un mes para esperar y ver cómo funciona
el nuevo tablero político. En el peor de los casos, admiten que
muchos operadores locales e internacionales pueden salir a vender posiciones
en Argentina, lo cual elevaría las tasas de interés y hasta
podría ocasionar algunas presiones contra el peso.
Sea como fuere, hoy mismo el Gobierno tendrá su test de fuego,
cuando salga al mercado a colocar 600 millones de dólares
en Letras del Tesoro (Letes), nueva deuda que servirá para refinanciar
vencimientos de capital y que será tomada a plazos de entre 90
y 180 días.
Una rueda cautelosa
El clima de tensión política aconsejó
la cautela en los mercados financieros. Las acciones cayeron ayer
un 1,9 por ciento en la Bolsa de Buenos Aires. Los analistas insisten
en que la crisis que tiene en jaque al país, ya desde el jueves
cuando se conocieron los cambios en el gabinete nacional, es el principal
obstáculo al normal funcionamiento del mercado bursátil.
La escasez de negocios en la rueda de ayer, de todos modos, tuvo más
de una justificación: el Día del Perdón celebrado
por la comunidad judía y el feriado estadounidense también
restaron interés en las operaciones. El volumen de negocios
apenas alcanzó a 10,6 millones de pesos, con papeles de 38
sociedades que cambiaron de mano y una escasa participación
de los certificados de depósito argentinos (Cedear). Se registraron
26 bajas, 6 alzas y 6 firmas sin cambios. La tendencia negativa se
repitió para la mayoría de los títulos públicos.
De ahora en más, la evolución del mercado dependerá
de las señales del Gobierno, después de la fragmentación
que parece haber en la Alianza, resumió un operador al
término de otra pálida jornada. En vista de la
compleja coyuntura, prevemos que el mercado cuenta con una baja probabilidad
de revertir su pobre performance, sostienen a su vez los estrategas
de la consultora Argentine Research. |
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