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La banca inversora observa densos nubarrones tras la crisis política

Los informes de los bancos de inversión advierten un debilitamiento del Gobierno tras la disputa entre De la Rúa y Alvarez. Economía saldrá hoy a colocar títulos de deuda por 600 millones de dólares.

t.gif (862 bytes)  El feriado por el Día de la Raza, que se festeja anticipadamente en Estados Unidos, dejó a José Luis Machinea al margen de enfrentar ayer el primer test de mercado, tras la crisis política desatada por la renuncia de Carlos Alvarez. Pese a que ayer no hubo operaciones en Wall Street, los precios de los títulos de deuda argentina, cotizada por algunos bancos de inversión, mostraron una leve caída, un síntoma claro de que la crisis política elevó el llamado “riesgo-país”. En otros términos, esto significa que el Gobierno deberá pagar más cara la tasa de interés para retener a los poseedores de esa deuda (por ahora en alrededor de 0,25 puntos porcentuales). Más preocupante aún, todos los informes conocidos en las últimas horas de los principales bancos de inversión internacionales alertaron a sus clientes sobre los peligros que los hechos políticos recientes podrían traer aparejados para quienes deciden apostar sus dólares en el país. La Bolsa de Comercio de Buenos Aires reflejó también la inquietud de los mercados: el valor de las acciones retrocedieron un 1,9 por ciento, acumulando una pérdida del 4,33 por ciento en las últimas tres ruedas bursátiles (ver aparte).
Página/12 revisó los reportes de entidades internacionales tales como UBS (Unión de Bancos Suizos), JP Morgan, Merrill Lynch, Goldman Sachs y Deutsche Bank, entre otros. Todos coinciden en que el presidente De la Rúa quedó debilitado y que de ahora en más será clave observar la actitud de los diputados de la Alianza en tren de aprobar leyes fundamentales para el Gobierno, como el Presupuesto 2001. El viernes, antes de la renuncia de Alvarez, ya habían criticado el cambio ministerial anunciado por De la Rúa, al mantener en el gabinete a los principales sospechados en el affaire de las coimas del Senado, porque –justamente– temían que pudiera desembocar en un quiebre de la Alianza.
u El JP Morgan afirma que “la mayor incertidumbre ahora se mudará del gabinete al Congreso”. Sostiene que “la gobernabilidad se ha transformado en un juego completamente diferente, ya que la fractura de la Alianza implica la pérdida de la mayoría en la Cámara baja”. Y especula con que “De la Rúa tal vez busque apoyo en el peronismo”, aunque advierte que tal estrategia tendría corta vida porque hay elecciones para senadores el año próximo. Por otro lado, asegura que la lentísima recuperación de la economía pondrá todavía más presión al ambiente político: según el Morgan, el año próximo la economía crecería apenas un 2 por ciento, la mitad del pronóstico oficial incluido en el Presupuesto.
u Merrill Lynch fue uno de los bancos que más criticó la decisión de haber ascendido a Alberto Flamarique a la Secretaría General y, horas antes de la renuncia de Alvarez, ya advertía la posibilidad de que tal actitud hiciera peligrar la gobernabilidad al forzar la salida de Alvarez.
u El Deutsche Bank asegura que la renuncia del vicepresidente “debilitó seriamente el apoyo político de De la Rúa y agrega complicaciones a las ya dificultosas negociaciones con el Congreso”.
Este malhumor e incertidumbre reinantes en los mercados es hoy el principal tema en la agenda de Economía. De hecho, Daniel Marx, secretario de Finanzas, se la pasó ayer hablando con inversores extranjeros, tratando de convencerlos de que no había crisis, como una y otra vez repite sin convencimiento el propio De la Rúa. Sin embargo, en el equipo de Machinea reconocen en la intimidad que la crisis política, en el mejor de los casos, retrasará el despegue de la economía: creen que lo más probable es que los inversores se tomen entre dos semanas y un mes para “esperar y ver” cómo funciona el nuevo tablero político. En el peor de los casos, admiten que muchos operadores locales e internacionales pueden salir a vender posiciones en Argentina, lo cual elevaría las tasas de interés y hasta podría ocasionar algunas presiones contra el peso.
Sea como fuere, hoy mismo el Gobierno tendrá su test de fuego, cuando salga al “mercado” a colocar 600 millones de dólares en Letras del Tesoro (Letes), nueva deuda que servirá para refinanciar vencimientos de capital y que será tomada a plazos de entre 90 y 180 días.

Una rueda cautelosa
El clima de tensión política aconsejó la cautela en los mercados financieros. Las acciones cayeron ayer un 1,9 por ciento en la Bolsa de Buenos Aires. Los analistas insisten en que la crisis que tiene en jaque al país, ya desde el jueves cuando se conocieron los cambios en el gabinete nacional, es el principal obstáculo al normal funcionamiento del mercado bursátil. La escasez de negocios en la rueda de ayer, de todos modos, tuvo más de una justificación: el Día del Perdón celebrado por la comunidad judía y el feriado estadounidense también restaron interés en las operaciones. El volumen de negocios apenas alcanzó a 10,6 millones de pesos, con papeles de 38 sociedades que cambiaron de mano y una escasa participación de los certificados de depósito argentinos (Cedear). Se registraron 26 bajas, 6 alzas y 6 firmas sin cambios. La tendencia negativa se repitió para la mayoría de los títulos públicos. “De ahora en más, la evolución del mercado dependerá de las señales del Gobierno, después de la fragmentación que parece haber en la Alianza”, resumió un operador al término de otra pálida jornada. “En vista de la compleja coyuntura, prevemos que el mercado cuenta con una baja probabilidad de revertir su pobre performance”, sostienen a su vez los estrategas de la consultora Argentine Research.

 

 

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