Por
Nora Veiras
Hace trece días le propusieron reemplazar a Juan Llach en el
Ministerio de Educación. Hace diez asumió y ya lo catalogan
como un viejo integrante del gabinete nacional. El médico
radical Hugo Juri, ex rector de la Universidad Nacional de Córdoba,
encauzó el diálogo con sus pares provinciales y los gremios
docentes, pero está asombrado por el huracán que envuelve
al Gobierno. Se define como un trabajador pragmático
y lo demuestra. No promete aumentos de presupuesto, dice que se puede
avanzar en proyectos como el voluntariado universitario para ayudar a
los chicos con problemas escolares y anuncia que va a llamar a los grandes
empresarios para pedirles que lleven la electricidad a las 1600 escuelas
que todavía no disfrutan de ese descubrimiento del siglo pasado.
Al asumir dijo que confiaba en la Alianza. ¿Sigue confiando?
Absolutamente. No sólo en la Alianza sino también
en el programa de la Alianza que es el que queremos llevar a cabo desde
el Ministerio de Educación. En este ministerio participan miembros
de la Alianza.
¿Quiénes son del Frepaso?
Mi jefe de gabinete de asesores es Daniel Barraco que pertenece
al socialismo popular. No ha venido aquí por razones políticas
sino por su capacidad personal, pero es un activo militante de la Alianza.
Pero, además, aunque no hubiera ninguno, el espíritu de
este Ministerio de Educación está consustanciado con el
programa de la Alianza.
Usted remarca que la Alianza es para la educación, entre
otras cosas, pero el 61 por ciento de la gente según la última
encuesta de Gallup considera que el sistema educativo debe tener modificaciones
fundamentales. Hace diez meses que están en el gobierno, ¿por
qué cree que es tan pronunciada esa demanda?
A la gente le interesa el tema educativo porque no está bien
la educación en la Argentina. Se han tenido buenas intenciones,
pero no se han previsto los resultados que se iban a obtener. Por ejemplo
en la transferencia de las escuelas a las provincias, se hizo un Pacto
Educativo que no se está cumpliendo igual en cada provincia. A
los padres obviamente les preocupa eso, saben que el país debe
tener una sola educación, que no tiene que haber una educación
diferenciada en una provincia pobre de una rica. La ventaja que tenemos
la gente que estamos en educación es que la demanda viene de la
gente, no de los técnicos. La gente sabe muy bien qué le
hace falta y lo exige. A la gente no le interesan los nombres sino el
resultado. Vamos a apuntar hacia los resultados específicamente.
¿Cuáles son los planes que está elaborando
con Trabajo?
Con Trabajo y Desarrollo Social estamos hablando sobre cuál
es la situación de los chicos cuando salen de la escuela. No tiene
sentido, sobre todo en los sectores más desprotegidos, realizar
innovaciones pedagógicas si cuando salen no tienen quién
los ayude con los trabajos en la casa, no tienen contención social.
Ahí pueden trabajar muchísimo los estudiantes universitarios,
ellos están dispuestos a hacer un voluntariado nacional. Una de
esas maneras es hacer la atención responsable de determinados chicos.
¿Cómo sería?
Alguien los tiene que ayudar a estudiar; los estudiantes universitarios
están proponiendo un voluntariado dentro de su carrera, ya sea
en una organización no gubernamental, ya sea trabajando para el
Estado. Este es un elemento de alto impacto. No sólo es una injusticia
social la diferencia educativa que hay geográficamente y económicamente
sino que un país no puede progresar sino tiene una educación
homogénea nivelando para arriba. El millón de estudiantes
universitarios puede actuar para terminar con las inequidades del pasado
y con las nuevas también al mismo tiempo.
¿Cómo puede el sistema educativo contribuir a una
mayor equidad si desde lo económico no se avanza en ese sentido?
Lo económico es esencial para resolver muchos de estos problemas.
Tenemos 500 millones de dólares que hay que tratar de traducir
en acciones de máximo impacto. La escuela media es uno de los sectores
más vulnerables. ¿Qué parte? Los primeros años
por la alta deserción y la disparidad de aplicación de la
reforma de la media. A veces construir unas cuantas aulas resuelve problemas
de fondo. También es necesario un acuerdo con las provincias que
invierten enormes sumas en educación, para discutir mejoras presupuestarias
y conseguir fondos externos. Si uno elabora proyectos racionales y razonables,
es mucho más fácil discutir presupuestariamente. Es difícil
a esta altura discutir el presupuesto 2001. Ahora, si los gobernadores
justicialistas van a negociar una modificación presupuestaria,
ahí también podemos trabajar con los ministros de Educación
de las provincias para que exijan a sus gobernadores que la educación
sea tan prioritaria como se manifiesta públicamente: en los fondos.
En el proyecto de presupuesto para el 2001 hay una reducción
del presupuesto educativo...
Es una reducción de 2,4 por ciento, son 48 millones de pesos.
Nosotros lo estamos peleando a nivel de gabinete.
Usted se refería a la Alianza para la educación...
pero según los cálculos que hacía el ex ministro
Juan Llach hay un déficit de 4200 millones de dólares anuales
para cumplir con la inversión prometida...
La ley planteaba duplicar el presupuesto, pero nunca se hizo. Lo
que no queremos ahora es acordar cosas que no se puedan cumplir.
Con respecto de un Pacto Federal Educativo, se reunió con
José Bordón la semana pasada, ¿se avanzó en
ese sentido?
Hay una mayoría de puntos en los que estamos de acuerdo y
en los que no hay diferencias económicas. Hay otros que no estamos
en condiciones de cumplir que son solicitudes de fondos al Estado nacional.
¿Cuáles son los puntos de acuerdo?
Las necesidades de la formación docente, de una homogeneización
de los conocimientos de las escuelas medias de todas las provincias. Hoy
es muy difícil que un estudiante de una provincia se pueda pasar
a otra porque los planes de estudio son diferentes. ¿Qué
vamos a hacer con las escuelas terciarias? ¿Cuál va a ser
la colaboración entre las universidades públicas y privadas
y los terciarios? ¿Cómo promover terciarios con rápida
salida laboral, pero que a la vez puedan insertarse en las universidades?
Tenemos la mitad de los estudiantes de nivel terciario que deberíamos
tener de acuerdo al número de habitantes comparado con los países
desarrollados. Hoy tener conocimientos de nivel terciario era lo que hace
veinte años era tenerlos de secundario.
¿Va a continuar con el Instituto de Financiamiento Educativo?
Sí, pero vamos a hablar con las empresas para que pongan
más dinero porque ha entrado muchísimo menos dinero del
esperado. Hay 2,4 millones de pesos que están comprometidos, lo
cual no es para nada significativo.
¿Cómo va a convencer a los empresarios?
Una de las cuestiones es darles un proyecto. Yo voy a llamar a las
grandes empresas para preguntarles si están dispuestas a poner
luz en todas las escuelas. La electricidad es una revolución de
hace 100 años... Hay 1600 escuelas sin luz y 1800 sin agua. Esa
obra no impacta sólo sobre la escuela sino también sobre
toda la población.
Estuvo reunido con Ctera. ¿Usted cree que hay que modificar
los estatutos docentes para llevar adelante una reforma educativa?
Ellos están de acuerdo con una reforma educativa, con racionalizar...
ésa no es una palabra mía, la estoy escuchando.
¿Dónde la escucha?
No sólo de los economistas, parece que se les ha pegado a
todos los argentinos. Adecuar los cursos de formación docente que
son una anarquía. También nos vamos a juntar con los ministros.
Hay acciones en la educaciónmedia y terciaria que podemos tomar
en conjunto con los gremios, con los ministros y con las universidades
nacionales.
Muchas veces se ha dicho que la antigüedad tiene demasiada
incidencia en el salario docente y se han intentado poner otras variables...
Al igual que en las universidades, estamos de acuerdo en poner pautas
objetivas para distribuir los aumentos presupuestarios, los aumentos.
Pero con presupuestos restringidos llegar a experimentar con determinadas
pautas que pueden significar rebajas salariales no es razonable. Esto
no quiere decir que yo no esté de acuerdo con que la gente se capacite
más y la gente que haga mayores sacrificios gane más. Quiero
decir que en un país en donde no está creciendo el presupuesto
introducir nuevas incertidumbres no nos beneficia. No es quietismo ni
nada por el estilo.
Esto quiere decir que, en el caso del presupuesto universitario,
Educación no va a retener 300 de los 1800 millones de pesos como
había propuesto Llach.
Yo estoy pidiendo que no y si no se resuelve a nivel de gabinete
tengo entendido que los diputados de la Alianza lo van a volver a modificar.
¿Se va a realizar la evaluación a los docentes?
Tenemos que discutir si se hará antes de fin de año.
Todavía no sé, ahora van a decir que soy tiempista
como me han definido...
¿Usted cómo se definiría?
Yo soy un trabajador, muy práctico, pragmático en
el buen sentido de la palabra. A veces se malentiende como alguien que
no tiene ideología. En este caso pragmático es por ejemplo
que, si nos tenemos que sentar con los ministros justicialistas y ellos
tienen una buena idea, se la vamos a aceptar.
Ping-pong
¿Fernando de la Rúa?
Es un presidente con una larga y exitosa historia como legislador
y como administrador. Siempre respetado por su honestidad y transparencia.
¿Chacho Alvarez?
Es una persona de principios, impulsiva y con un gran futuro.
¿Raúl Alfonsín?
La persona que a mí y a mi familia nos convenció
para volver y quedarnos en el país.
¿Carlos Menem?
Un ex presidente simpático.
¿Domingo Cavallo?
Un buen técnico.
¿De la Sota?
Un buen gobernador con mucha experiencia política en
Córdoba.
¿Machinea?
Es un académico serio en un puesto muy difícil
que ha logrado consenso en los diferentes sectores del poder.
¿Ruckauf?
Soy del interior, no lo conozco mucho. Sí he tenido oportunidad
de ver que tiene muy buenos colaboradores como (José) Bordón. |
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