El flamante presidente yugoslavo Vojislav Kostunica comenzó
la semana con una balanza inclinada por completo a su favor. En el frente
internacional, la Unión Europea (UE) levantó todas las sanciones
(tanto el embargo petrolero como las restricciones aéreas) contra
Yugoslavia impuestas durante el régimen de Slobodan Milosevic.
Sólo dejó en pie las dirigidas personalmente contra el ex
presidente y su familia (y sus cuentas bancarias en el exterior). Puertas
adentro, los primeros movimientos políticos le dejaron el camino
despejado para instalar el nuevo gobierno sin la presencia de los antiguos
aliados de Milosevic en las instituciones clave, después de que
el gobierno serbio pro-Milosevic renunciara y anunciara la convocatoria
a elecciones anticipadas para renovar el Parlamento.
Los líderes de los principales partidos del Parlamento serbio acordaron
llamar a elecciones para el 17 de diciembre donde el Partido Socialista
de Milosevic perdería muchas de sus bancas, al tiempo que
el jefe de la policía serbia Vlajko Stojilkovic cercano a
Milosevic renunciaba. Los rumores indicaban que otro aliado del
ex presidente yugoslavo, el presidente serbio Milan Milutinovic, haría
lo mismo en los próximos días. De todos modos, persisten
las sospechas de que los ex aliados de Milosevic intentarían seguir
aferrados al poder. En la noche de ayer, cientos de estudiantes se reunieron
frente al Parlamento serbio mientras circulaban rumores de que algunos
de esos aliados buscaban eludir el acuerdo para llevar adelante nuevas
elecciones.
Ante la inminencia de las elecciones serbias, Kostunica parece tener el
camino despejado para asegurarse que el gobierno (federal) yugoslavo y
el (nacional) serbio trabajen en sintonía. Zoran Bjindjic, su jefe
de campaña, aseguró ayer que el nuevo gobierno serbio estará
a cargo de una administración donde tecnócratas y políticos
de la Oposición Democrática de Serbia (DOS, la coalición
de 19 partidos que llevó al poder a Kostunica) pilotearán
la transición. El gobierno yugoslavo promete ser de composición
similar, aunque seguramente incluya ministros de Montenegro. Después
de que el presidente montenegrino Milo Djukanovic boicoteara las elecciones
del mes pasado, Kostunica designaría ministros del otro principal
partido de Montenegro, el Partido Popular Socialista, que supo apoyar
a Milosevic en contra del pro-occidental Djukanovic. El líder del
partido, Momir Bulatovic, renunció ayer como primer ministro de
Yugoslavia, lo que fue en realidad una formalidad en tanto es Kostunica
quien designa ese cargo.
Con ese panorama por delante, Yugoslavia debe comenzar a recibir los
dividendos de la democracia porque el presidente Vojislav Kostunica y
el pueblo serbio han cumplido, declaró ayer la secretaria
de Estado norteamericana, Madeleine Albright. Adelantándose a Washington,
la UE confirmó que apoyará financieramente la democracia
y las reformas económicas en Yugoslavia. El canciller francés
Hubert Vedrine que llega hoy a Belgrado anunció que
el país recibirá asistencia a través del programa
Cards destinado a los países balcánicos, que supone la entrega
de unos 5000 millones de dólares en siete años, de los cuales
casi la mitad irá directamente a Serbia. La asistencia es parte
del Pacto de Estabilidad para los Balcanes, y será delineada en
detalle durante la cumbre que los jefes de Estado y gobierno de la UE
mantendrán en Biarritz al final de esta semana. Después
de que Kostunica sea invitado hoy por Vedrine, ésa parece ser la
ocasión en que Yugoslavia salga formalmente de su aislamiento.
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