Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


KIOSCO12

La Mole Moli se queda sin el título por andar a las patadas en el ring

La Federación Argentina de Box despojará al cordobés Fabio �La Mole� Moli del título argentino de los pesados por el bochornoso combate ante Masseroni. También habrá inhabilitación. Pero le quedan títulos.

Por Daniel Guiñazú

t.gif (862 bytes)  El mayor escándalo de los últimos tiempos en el boxeo argentino tendrá hoy un principio de desenlace. Esta tarde, la Federación Argentina de Box anunciará oficialmente que el pesado cordobés Fabio “La Mole” Moli será sancionado con la quita de su título argentino de la categoría luego de haber pateado a su retador Walter Masseroni, cuando éste se encontraba caído en el piso en el segundo asalto de la pelea celebrada el viernes por la noche en el estadio del club General Paz Juniors de la ciudad de Córdoba. Moli no será la única víctima del bochorno. También serán suspendidos provisionalmente, hasta tanto se expida el Tribunal de Disciplina de la FAB, el propio Masseroni (quien antes de recibir la pateadura de la “Mole”, le había aplicado un cabezazo intencional), los rincones de ambos pugilistas (un segundo de Masseroni llegó a pegarle a Moli) y hasta el árbitro Raúl Ilvento, quien para salir del paso pergeñó un insólito fallo de sin decisión por invasión del ring, cuando correspondía lisa y llanamente la descalificación de Moli.
La gravedad de lo sucedido el viernes obligó al presidente de la FAB, Osvaldo Bisbal, a tomar rápidamente cartas en el asunto y a involucrarse personalmente en el tema antes de que se pongan en marcha los mecanismos reglamentarios de la entidad. El hecho de que estuviera en juego el título argentino de todos los pesos, que el combate haya sido televisado en directo a todo el país y que en algunos matutinos del sábado, el escándalo haya compartido la tapa con la renuncia de Carlos “Chacho” Alvarez a la Vicepresidencia de la Nación, aceleró los tiempos y forzó definiciones en contra del estilo imperante en la FAB de lavar los trapos sucios en casa y que, en lo posible, la limpieza no trascienda al público.
Hay coincidencia general en el ambiente pugilístico que el episodio Moli-Masseroni superó el límite de lo tolerable y que es preciso actuar en consecuencia. Por lo tanto, a partir de hoy, Moli se quedará sin el título de campeón argentino de los pesados y será suspendido provisionalmente a cuenta de lo que decida el tribunal disciplinario de la FAB. Por haber sido campeón, su situación es la más grave de todas y cuenta con pocos atenuantes para defenderse, de allí que la sanción final sería no inferior a los seis meses de inhabilitación y presumiblemente cercana a un año. De todos modos, a Moli le quedarán tres coronas para divertirse ya que seguirá siendo campeón sudamericano, interamericano de la FIB y latino de la OMB. Ninguna de ellas estaba en juego el viernes por la noche.
Pero La Mole cordobesa no se quedará con las manos vacías. Como en el nuevo reglamento que la FAB dará a conocer a mediados de diciembre, se creará la categoría superpesado para boxeadores de más de 97 kilos, la idea es que Moli-Masseroni disputen en el 2001 el título vacante de la nueva división, aprovechando la rivalidad nacida el viernes y la gran expectativa que despertaría un hipotético desquite. Pero antes, habrá que
despojar al pleito del profundo encono personal que hoy existe entre ambos. Moli-Masseroni quisieron tomarse a golpes de puño en la conferencia de presentación de la pelea, no cesaron de desafiarse y de insultarse en la semana previa y el mismo viernes, minutos antes del combate, Masseroni llegó al colmo de amenazar con no subir a pelear porque, camino al ring, no le ponían la cortina musical que él pretendía. No sorprende entonces que haya pasado lo que pasó y que el boxeo haya debido cederle paso a un grotesco demasiado cercano con la bufonada del catch.

 

PRINCIPAL