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FUE COFUNDADOR DEL DADAISMO Y DEL SURREALISMO
Antes y después de Man Ray

 

Hoy se inaugura en el Centro Borges una exposición de fotos, grabados y objetos de uno de los grandes del siglo XX.

 

Por Fabián Lebenglik

t.gif (862 bytes)  Hoy a las siete de la tarde, en el Centro Cultural Borges, se inaugura una exposición de Man Ray, uno de los artistas más influyentes e imaginativos del arte del siglo XX.
Cofundador del dadaísmo y el surrealismo, amigo de Marcel Duchamp, con quien hubo mutuas influencias durante más de medio siglo de amistad y colaboración, Man Ray se dedicó a la fotografía, el cine, la pintura, la escultura, el grabado, el diseño; también a la poesía, el ensayo y la filosofía.
La iniciación artística de Man Ray –nacido en Filadelfia en 1890, hijo de una familia judía de inmigrantes rusos, con el nombre de Emmanuel Radnistky– tiene origen en dos núcleos de irradación cultural y estética que muestran el clima intelectual y artístico de los primeros años del siglo XX norteamericano.
El primero de estos núcleos es la obra del fotógrafo, marchand y galerista norteamericano Alfred Stieglitz (1864-1946), el principal introductor de la vanguardia europea en Estados Unidos durante las dos primeras décadas del siglo XX, a través de su galería de arte en la Quinta Avenida de Nueva York.
Stieglitz es uno de los grandes fotógrafos del siglo XX. Experimentó con la abstracción fotográfica y ayudó a transformar la fotografía en una forma de arte independiente. En su galería se dedicó primero a difundir y promover la nueva fotografía, pero desde 1907 amplió sus muestras a otras expresiones. Entre 1907 y 1915 exhibió por primera vez en Estados Unidos la obra de Matisse, Toulouse-Lautrec, Henri Rousseau, Picabia y Brancusi. Y aunque Stieglitz no fue el primero en mostrar a Picasso en Nueva York, sin embargo organizó en 1911 una muestra crucial sobre el desarrollo cubista de Picasso. En sintonía con el cubismo, también difundió una de sus matrices, el arte africano.
Paralelamente a esta actividad de introducción de la vanguardia europea, se ocupó de mostrar arte norteamericano contemporáneo, como el de Georgia O’Keefe. Además fue editor de revistas y diarios de arte, en los que hacía circular información, análisis y críticas alrededor del modernismo y la vanguardia.
La segunda gran influencia de Man Ray, íntimamente vinculada con Stieglitz, fue el Armory Show, una gigantesca exposición –con cerca de 1600 obras norteamericanas y europeas modernas y de vanguardia– que funcionó como una suerte de bisagra en la historia de las artes visuales de Estados Unidos.
La Exposición Internacional de Arte Moderno, conocida como Armory Show, fue organizada por el pintor e intelectual norteamericano Arthur Davies –amigo de Stieglitz, quien era uno de sus hombres de consulta–, y se presentó a principios de 1913 en el edificio de una armería del ejército –de allí su nombre–, en Nueva York. Allí se exhibió tanto postimpresionismo francés, como expresionismo alemán y dadaísmo. Era una muestra panorámica, con un guión preciso, que daba cuenta del estado del arte moderno y contemporáneo de Europa y Estados Unidos, y allí se podía ver desde óleos de Van Gogh, hasta el “Desnudo bajando la escalera”, de Marcel Duchamp.
Aquella muestra, según los historiadores, generó múltiples polémicas y resultó extraordinariamente controvertida. Según consta en las estadísticas de la época, fue visitada por más de medio millón de personas y se vendieron cerca de 200 obras, en sus tres etapas: Nueva York, Chicago y Boston. Se trata de cifras completamente inusuales para la época, que era refractaria al arte moderno. Es el antecedente remoto y el modelo de las actuales megaexposiciones que preparan los directores y administradores actuales del MoMA y el Guggenheim. Este es el contexto y el medio en el que se mueve Man Ray, que visitó las exposiciones de Stieglitz y la célebre megamuestra durante su período de formación. Es más, cuando se inició como fotógrafo comenzó imitando a Stieglitz.
En 1915 –el año de su primera exposición individual– conoció a Duchamp, que lo inició en el collage y el assemblage.
Man Ray es uno de los artistas más influyentes e irreverentes del siglo XX, fundador del dadaísmo en Francia y Estados Unidos. Gran parte de su obra más importante la desarrolló en los primeros veinte años que vivió en París, entre 1921 y 1940. Allí se metió de lleno en el pulso cultural de la ciudad, que por entonces estaba en ebullición. Fue un gran amigo de Duchamp –durante más de medio siglo–, adhirió al manifiesto surrealista de 1924 –aunque con alguna disidencia– y formó parte de la muestra fundadora del movimiento, que se presentó en 1925. Posteriormente firmó el documento de Tristán Tzara en contra de Andre Bretón.
Inmediatamente se convirtió en el mejor, más buscado, personal y exquisito fotógrafo de modas y retratista de París, ciudad donde fotografió a prácticamente todo el medio artístico y literario: Satie, Eliot, Joyce, Getrude Stein, Schoenberg, Matisse, Max Ernst, Artaud, Hemingway, Brancusi, entre otros, posaron para él. Tomó también la foto de Proust en su lecho de muerte, por encargo de Jean Cocteau (a quien también retrató). Sus fotos se publicaron en Vogue, Harper’s Bazaar y Vanity Fair. No sólo no tenía prejuicios con las fotos de modas, sino que, como solía suceder con todo lo que pasaba por sus manos, modificó el género para siempre.
El trabajo de Man Ray no resiste demasiado las categorizaciones: se dedicó a la fotografía, el cine, la pintura, los objetos, el grabado, la ilustración, la escultura, la poesía, el ensayo y la filosofía. En todos los casos su producción siempre resulta inquietante.
Con el paso del tiempo lo que cada vez se destaca más de su obra es la fotografía, especialmente anticipatoria, en especial sus retratos y de las series de los rayogramas –impresiones de objetos expuestos a la luz sobre película fotosensible, sin utilización de cámara– y los retratos solarizados –que resultan de la aplicación rápida de luz sobre una foto durante el proceso de revelado.
Cuando los nazis invaden Francia en 1940, Man Ray huye hacia España y Portugal para volver a Estados Unidos. Se instala en Hollywood durante diez años. A partir de entonces se dedica a la pintura y la enseñanza, La fotografía pasa a un segundo plano, aunque experimenta con fotografía color a fines de la década del cincuenta y comienzos de la del sesenta.
Después de aquella década norteamericana, vuelve a Francia, para pasar el resto de su vida en París, donde muere a los 86 años.
La exposición que se inaugura hoy consiste en 220 obras pertenecientes al coleccionista italiano –y amigo de Man Ray– Giorgio Marconi. Se exhiben 140 fotografías, 50 litografías y 10 objetos.
(En el Centro Cultural Borges, Viamonte esquina San Martín, hasta fin de año).

Inauguran en la semana

Taller La Estampa –internas de la Unidad 3 de la cárcel de Ezeiza–, serigrafías, desde ayer, en el Centro Recoleta, Junín 1930.
Charli Squirru, “Estados alterados”, hoy, en el ICI, Florida 943.
Paula Senderowicz, pinturas, hoy, en la galería de Mario Brodersohn y Jacques Martínez, Viamonte 625.
Florencia Scafati, pinturas, hoy, en Galería Vida y Arte, Boedo 878.
Federico Antelo, hoy, en Arteria, Córdoba 2916.
Cristina Piceda, esculturas, mañana, en Palatina, Arroyo 821.
Andrea Puig del Villar, pinturas, hoy, en Van Riel, Talcahuano 1257.
Analía Zalazar, mañana, en Del Infinito, Quintana 325, planta baja.
Carlos Colombino, artista paraguayo, mañana, en Centoira, French 2611.
Valeria Maculan, pinturas, el jueves 12, en Espacio Duplus, Bustamante 750.
Kay Reynolds-Messerer, “Emociones de Guatemala”, fotografías, el jueves 12 en la Plaza de las Artes del Centro Cultural Borges, Viamonte y San Martín.
Premios a la investigación, por la Fundación para la Investigación en Arte Argentino, el 12, en el Fernández Blanco, Suipacha 1422, a las 12.30.

Artistas sudacas

Desde mañana Marcia Schvartz presenta “Poor Artists”, su primera realización en video, en el Auditorio del BAC, Suipacha 1333. El video recoge el testimonio irónico, en inglés, de varios artistas, incluido su propio testimonio, sobre las circunstancias de las respectivas vidas profesionales en la Argentina. Se trata de una parodia de las pretensiones primermundistas de la Argentina actual, en el contexto de lo que Schvartz presenta como las circunstancias cotidianas de muchos artistas que ella considera talentosos. “Poor Artists”, que se proyectará de lunes a viernes, en el horario de 15 a 21, podrá verse hasta el 27 de octubre inclusive, con entrada gratuita.

 

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