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García Batallán se prueba el traje de número dos

El Presidente baraja nombrar al amigo de De Santibañes y de su hijo Antonio para secundar a Becerra. En 1996 García Batallán debió renunciar a la jefatura del bloque de legisladores porteños de la UCR.

Carlos Becerra, designado secretario general de la Presidencia. 

Lautaro García Batallán, ex dirigente de Franja Morada y figura en ascenso.


Por José Natanson

t.gif (862 bytes) Hubo en medio de las impactantes noticias de los últimos días un dato que permaneció en secreto, y que habría incordiado aún más a Carlos �Chacho� Alvarez si lo hubiera conocido a tiempo: Fernando de la Rúa tiene previsto designar a Lautaro García Batallán como segundo de Carlos Becerra en la Secretaría General de la Presidencia. No se trata de una objeción personal al ex legislador delarruista, sino de un dato político evidente: García Batallán es amigo de Antonio de la Rúa y de Fernando de Santibañes, dos de los hombres a los que el Frepaso responsabiliza por las características del recambio ministerial que terminó con la renuncia de Alvarez a la vicepresidencia. 
Dos semanas atrás, antes de que se desatara la crisis, De la Rúa buscaba en la intimidad los nombres para producir el esperado recambio en el gabinete. Luego de decidir el traslado de Alberto Flamarique a la secretaría general de la Presidencia, el jefe radical tomó la determinación de nombrar como segundo del área a García Batallán.
En la definición de aquellos cambios fueron claves los consejos de dos de los hombres más cercanos al Presidente: su hijo Antonio y De Santibañes. De acuerdo a la lectura más extendida, fueron ellos quienes le sugirieron a De la Rúa emitir una señal nítida de autoridad que frenara los ímpetus y las demandas de Chacho Alvarez. La designación de García Batallán sintoniza con este esquema inicial. Es amigo personal de Antonio e integra el Grupo Sushi, del cual el jefe de los espías es una especie de padrino político. 
Ex militante de Franja Morada, García Batallán fue legislador porteño por el delarruismo. Llegó a la jefatura del bloque pero tuvo que renunciar en 1996, cuando dos de sus asesores fueron filmados pidiendo coimas. El año pasado, apenas asumió, De la Rúa lo designó subsecretario de Asuntos Institucionales del Ministerio del Interior. 
Claro que todo cambió de golpe con el portazo Alvarez del viernes pasado. Ese mismo día, luego de varios tironeos �Antonio y De Santibañes, por ejemplo, se oponían a que el frepasista renunciara� De la Rúa aceptó el alejamiento de Flamarique, en un intento por descomprimir la situación.
Pero la historia no terminó allí. El mismo viernes, mientras Chacho explicaba su renuncia en una conferencia de prensa, De la Rúa decidió velozmente el nombre del reemplazante de Flamarique. Y por la noche se anunció que el viceministro del Interior, Carlos Becerra, pasaría a la secretaría general de la Presidencia. 
En esas horas febriles, García Batallán y De Santibañes entraron y salieron varias veces del despacho de Becerra: es que, a pesar del alejamiento de Flamarique, el ex legislador porteño seguía firme como subsecretario general, ahora debajo de Becerra. 
Si finalmente se concretan, las dos designaciones significarían otro triunfo para el radical más odiado por Chacho Alvarez: Enrique �Coti� Nosiglia. Becerra no es exactamente un nosiglista �en realidad, son muy pocos los que se definen así� pero sus vínculos personales con el ex jefe de la Coordinadora porteña son innegables. En su despacho de la Rosada una foto los muestra juntos y sonrientes. 
Algo similar ocurre con García Batallán. Al igual que su amigo Antonio de la Rúa, el ex legislador delarruista siente una vieja admiración política por Nosiglia, sentimiento que arrastra desde sus comienzos en la militancia, cuando él era un dirigente universitario y el líder de la Coordinadora de la Capital Federal se encontraba en la cúspide del poder. En caso de que ambos desembarquen en la secretaría General, Nosiglia reforzaría su influencia en el Gobierno, que ya estaba clara con el nombramiento de otro de sus amigos �Chrystian Colombo� en la jefatura de Gabinete. En cuanto a Antonio y De Santibañes, ya había demostrado su peso en las decisiones del Presidente con la designación de una amiga de ambos �Patricia Bullrich� en el Ministerio de Trabajo. En este sentido, el nombramiento de García Batallán como subsecretario general de la Presidencia no haría más que confirmar su influencia, ya que lograrían ubicar a otro funcionario de su extrema confianza en un puesto clave: la secretaría se ocupa de asistir al Presidente en el funcionamiento del Ejecutivo y sus oficinas están separadas por sólo una puerta del despacho más importante de la Rosada.
Así, De la Rúa persistiría en la decisión de integrar la secretaría �que hasta hace poco encabezó su hermano Jorge� con funcionarios de su extrema confianza: debajo de Becerra y Batallán se ubica la joven Paola Cocciaglia. Ex protagonista de la serie televisiva �Pelito�, Cocciaglia fue funcionaria de De la Rúa en el área de Relaciones Internacionales del Gobierno porteño y actualmente es la número tres del organismo. 
Si, además, De Santibañes terminara renunciando a la SIDE, la jefatura podría ser ocupada por Becerra. 

 


 

EL RAID MEDIATICO NO SUBIO LA AUDIENCIA
La pelea del rating y De la Rúa

Por Patricia Chaina

La participación televisiva de Fernando de la Rúa en medio de la crisis, el lunes por la noche, no subió el rating del programa de Susana Giménez y bajó la audiencia de Luis Majul. 
El lunes, su aparición en el living de �Susana Giménez� no modificó el promedio de SG, que oscila entre los 15 y los 20 puntos. Con De la Rúa, su esposa Inés, su hija Agustina y sus nietos Sol y Simón, �Susana Giménez� promedió 17,2 puntos. Mientras que �La Cornisa� de Majul midió 1,1 punto cuando su promedio es de 3 a 5 por programa. 
En el primer día hábil de su ejercicio en el poder sin la compañía del renunciante Carlos Chacho Alvarez, De la Rúa solicitó participar del ciclo �Susana Giménez�, en Telefé, y le concedió una entrevista al periodista Luis Majul para el ciclo �La cornisa�, de Canal 7. 
�Esto era de esperar �sugirió a Página/12 el escritor Andrés Rivera� y no porque se tilde al Presidente de aburrido sino porque no tenía anuncios concretos para hacerle al ciudadano de este país.� Para Rivera, De la Rúa mejoraría su puntería sobre la atención de la gente �si dijera que pese a la difícil situación económica van a subir los salarios, mínimamente, o que va a implementar algún mecanismo para que deje de aumentar la riqueza de los ricos y comience a disminuir la creciente pobreza de los pobres�. Rivera señala además que el Presidente �debiera tener alguna medida respecto al lugar elegido para presentarse. Y no hablo de acartonamiento, pero ir al programa de Susana Giménez señala una falta de asesoramiento sobre cómo acercarse a lo popular. A ese programa van los peores cómicos del país, van los amantes despechados, no es para una presentación presidencial en los tiempos que corren�. 
El escritor Isidoro Blaisten sostiene que el rating evidencia que �la gente está cansada de que los funcionarios se la pasen jugando al ajedrez político en vez de gobernar. Mi madre decía que con el mismo culo no se puede estar sentado en dos sillas, y aquí, ésa es la cuestión. Porque la actitud del Gobierno en cuanto a su gestión sigue siendo declamativa. ¡No declamen, hagan!�, pide Blaisten. �Estamos cansados de que nos hablen del futuro, queremos presente, y conste que soy radical, y vengo de una familia de larga tradición radical�, advierte, por las dudas. 
Paradójicamente, contra los designios que auguraban un alto encendido para los ciclos periodísticos, la renuncia de Alvarez no benefició al género de programas �de actualidad�. No subió el rating ni siquiera el viernes, día del renunciamiento: �Telenoche� midió sus habituales 14 puntos contra los 15 de �Susana Giménez�. Y la cadena nacional, esa noche, con el discurso de De la Rúa, sumó televidentes en Azul y en Canal 7: un punto en cada uno. Un punto equivale a cien mil personas mirando ese canal. En los demás, en vez de sumar, restó.

 

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