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Hay plata para los pobres, pero no quieren gastarla

De los 2240 millones de pesos presupuestados para programas 
sociales en favor de la población más necesitada en el primer semestre no se utilizaron 340 millones. Un gabinete muy austero.

Para las cuentas públicas, los pobres pueden esperar. 


Por Raúl Dellatorre

t.gif (862 bytes) Es evidente que las demandas básicas de gran parte de la población, sobre todo de las franjas más pobres, no están satisfechas. Sin embargo, las distintas jurisdicciones de la administración nacional han subejecutado las partidas asignadas para fines sociales en el primer semestre. Es decir, gastaron menos de lo que tenían autorizado por presupuesto. Algunas cifras, en materia de gastos focalizados (dirigidos a población prioritaria para la política social), son alarmantes: en promoción social, el Ministerio de Desarrollo Social gastó en la primera mitad del año el 29,8 por ciento del presupuesto anual (el 60 por ciento de lo previsto para ese período) y el desaparecido Ministerio de Infraestructura, el 26,8 por ciento. Peor le fue a los rubros Vivienda y Urbanismo y a las obras de Agua Potable y Alcantarillado, en los que el mérito de la austeridad de Graciela Fernández Meijide y Nicolás Gallo fue compartido, además, por Rodolfo Terragno, que directamente no gastó un peso de la partida asignada a Jefatura de Gabinete. 
Un pormenorizado análisis del Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales (Siempro), de la Secretaría de Tercera Edad y Acción Social de la Nación, describe las partidas y niveles de ejecución durante el primer semestre del gasto en servicios sociales por rubro y repartición. Si bien destaca el aumento previsto en el presupuesto de este año del 5,8 por ciento en el gasto social global sobre el año anterior, también puntualiza que el 73 por ciento �se destina a financiar los seguros sociales�, que engloba conceptos que �tienen un fin básicamente devolutivo�, es decir que está relacionado con las contribuciones previas de los beneficiarios. El 27 por ciento restante se destina a servicios universales (centralmente, educación y salud) y focalizados (relacionados a necesidades especiales o a las acciones de combate a la pobreza). 
El informe da cuenta de que �los programas focalizados son los dirigidos a sectores de la población que cumplen con determinadas características consideradas como prioritarias por la política social�. Sin embargo, sólo representan en el presupuesto inicial del año 2000 el 15 por ciento del gasto público social. Durante el primer semestre, se ejecutaron 1901,5 millones de pesos en estos programas, que representan el 42,4 por ciento de las partidas asignadas en el presupuesto anual (7,6 puntos de subejecución), pero con notable disparidad entre distintos rubros y jurisdicciones, de acuerdo al informe del Siempro. 
Las áreas que más se �destacaron� por la no utilización de los recursos destinados a fines sociales focalizados en el período fueron la Jefatura de Gabinete (no gastó nada), el Ministerio de Salud (utilizó el 27 por ciento del 50 por ciento correspondiente a la primera mitad del año) y el de Educación y Cultura (sólo el 32 por ciento del crédito anual). El �ahorro� en favor de la Secretaría de Hacienda aportado por cada uno de los austeros funcionarios fue de 9,7 millones de pesos en el caso de Terragno, 25,7 millones en el caso de Héctor Lombardo y 25,1 millones en el de Juan Llach. El primero y el último ya no están en el gabinete, y seguramente José Luis Machinea los extrañará por su invalorable aporte a mantener en raya el déficit fiscal.
En el caso del ex jefe de Gabinete, el �ahorro� se realizó sobre la partida de Atención de Emergencias Sanitarias para la finalidad Agua Potable y Alcantarillado. El área de Lombardo, en tanto, justifica su reticencia a gastar por �las dificultades de ejecución del Programa Ampliado de Inmunizaciones y del Programa Materno Infantil. 
No fueron los únicos ahorradores del gabinete nacional. El Ministerio de Economía tenía asignados 5,5 millones en el primer semestre para Promoción Social y sólo gasto 1,1 millón (el 20 por ciento). El ex ministro de Infraestructura, Nicolás Gallo (otro que dejó el Gobierno), le restó 33 millones a la partida semestral de Promoción Social de su área y 44 millones a la de Vivienda y Urbanismo. Ni siquiera las obligaciones acuenta del Tesoro Nacional en Promoción Social fueron ejecutadas a la altura de lo presupuestado, cifra a la que le restaron 110 millones. Pero lo más sorprendente es que la propia ministro de Desarrollo Social haya mezquinado fondos previstos para Promoción Social, Vivienda y Urbanismo y Agua Potable y Alcantarillado, rubros en los que subejecutó partidas por 46 millones en el primer caso, y 10,8 y 2,1 millones, respectivamente, en los dos últimos. 
En total, alcanza a 340 millones de pesos la cifra total del �gasto social focalizado� de la administración pública nacional presupuestado para el primer semestre que no llegó a sus destinatarios (sin considerar �desvíos� de las partidas efectivamente ejecutadas). Ya sea por dificultades o demoras de ejecución, o por inoperancia de los funcionarios a cargo, Mario Vicens, secretario de Hacienda, les está inmensamente agradecido. 

 

 

�Un esquema para otro país�

�No observo que haya un problema serio de subejecución de partidas, lo preocupante es que la estructura del gasto social es demasiado rígida y no permite orientarla en función de las necesidades�, respondió Ernesto Aldo Isuani, secretario de Tercera Edad y Acción Social, a la consulta de Página/12. �Es un esquema pensado para otro país, de pleno empleo, cuando en la actualidad hay, entre desocupados plenos, subocupados y desempleados invisibles, más de siete millones de personas con problemas de trabajo�, señaló. 
Sobre una impresionante cifra de casi 60 mil millones de pesos que se gastan anualmente en el país con fines sociales, casi la mitad corresponde a presupuestos provinciales y municipales, básicamente en salud, educación y vivienda. De la partida que le corresponde al gobierno nacional, el 80 por ciento se va en jubilaciones y pensiones y otras partidas �para gente que viene del circuito formal de empleo�. Y de los casi 4500 millones anuales que quedan para Gasto Social Focalizado (sectores de población prioritarios), �sólo el 10 por ciento es flexible; el resto está compuesto por transferencias automáticas a provincias, pensiones no contributivas, partidas atadas a créditos internacionales y por financiamiento de programas sociales del PAMI, todas de gran rigidez�, apuntó Isuani. 
�Los planes de empleo temporario y el seguro de desempleo apenas abarcan al 10 por ciento de los desocupados, pero por las rigideces del presupuesto es muy difícil distribuir los fondos de otro modo�, señala el funcionario de Desarrollo Social. �Más allá de la necesidad de producir una reestructuración de la oferta de programas sociales, para evitar la dispersión de esfuerzos, hay que considerar también el nivel de rigidez del gasto, que afecta el grado de disponibilidad de los recursos�, recomienda finalmente Isuani. 

 

 

VISITA DEL BANCO MUNDIAL AL PAIS
Preocupados por la crisis

La misión del Banco Mundial que visita por 72 horas la Argentina se reunió ayer con el ministro de Economía, José Luis Machinea, con quien evaluaron las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo a partir de la reciente crisis institucional. También difundió un estudio, cuyos resultados ya habían trascendido, en el que se destaca que el 29 por ciento de la población local y el 40 por ciento de los niños son pobres. Sin embargo, fiel al estilo demostrado en la reciente cumbre de Praga, ponderaron los cambios estructurales efectuados durante la década del �90. 
Fue el propio economista jefe del BM, Nicholas Stern, quien dijo que la Argentina debe continuar con sus reformas y mantener las cuentas públicas dentro de los parámetros de la ley de Responsabilidad Fiscal. En conferencia de prensa, Stern destacó que el país �está haciendo las cosas correctas� y subrayó que el aumento del ingreso per cápita de los años 90 fue el más alto de las últimas décadas. �A pesar de este innegable progreso, aún existen importantes problemas�, agregó. Entre ellos, además de la pobreza, el economista se refirió a la vulnerabilidad de la economía a las conmociones externas, el retraso en la productividad, la creciente desigualdad y el alto desempleo (15,4 por ciento). 
La delegación del BM presentará hoy el informe �Asegurando el futuro en una economía globalizada�, y dictará un seminario sobre empleo, globalización y generación de ingresos.

 

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