José Luis Machinea bendeciría en los próximos días el nuevo contrato ya inicialado con Trenes de Buenos Aires, renegociación testigo de la privatización ferroviaria. Según el esquema ya consensuado con el adjudicatario de las líneas urbanas Mitre y Sarmiento, las tarifas aumentarán casi un 60 por ciento promedio en los próximos seis años. Para los primeros tramos �donde se concentra el mayor caudal de pasajeros y de mayor poder adquisitivo�, apenas se ponga en ejecución el acuerdo habría una suba de 10 centavos, lo que representa un 25 por ciento de aumento para un boleto mínimo.
Esos ajustes no sólo servirían para costear nuevas obras, que el Gobierno busca afanosamente para reactivar. Lo nuevo es que también se emplearán para cubrir parte del subsidio comprometido por el Estado en el contrato original, pero que la crisis fiscal no permitió pagar. �La única instrucción que nos dio (José Luis) Machinea es acelerar las renegociaciones pendientes y activar los procesos de inversión�, sentenció ayer el secretario de Transporte, Jorge Kogan, quien tras el despido de Nicolás Gallo se reporta a Machinea.
Esa transferencia parece no desvelar a TBA que, por el contrario, descuenta que el contrato estará formalizado en breve. �Hoy es mucho más fácil, porque hay un solo ministerio y Bein conoce muy bien el tema�, celebraba ayer el vocero de la empresa.
El trabajoso acuerdo con TBA tuvo por objeto reformular el que habían sellado con Carlos Menem, en algún sentido más ventajoso para el concesionario, pero inspirado en un esquema similar al que el Gobierno de la Alianza utilizó para el texto inicialado por Kogan, varios días antes de que Infraestructura dejase de existir: no será el Tesoro sino los usuarios los que costearán operación y obras de trenes urbanos.
La concesión, que expiraba en el 2004, se prorrogará 14 años, con posibilidad de extenderla por otros 6. La única condición es que TBA anticipe la ejecución de uno de estos tres sub-rubros de su plan de inversión por un total de 1200 millones de pesos: incorporación del material rodante (insumiría 629 millones); electrificación MorenoRodríguez o la del tramo Merlo-Marcos Paz.
El Gobierno apuesta a que esa zanahoria sirva para estimular obras, cuyo efecto podría atenuar el impacto de un impopular incremento de tarifas, que debería aplicarse apenas el nuevo contrato entre en ejecución. Según el nuevo cuadro tarifario, el primer ajuste consistirá en subir 10 centavos los tres primeros tramos de las líneas electrificadas. La mitad de esos 10 centavos alimentarán un fondo fiduciario que servirá para cubrir las futuras obras (éstas incluyen algunas previstas en el contrato original pero que el concesionario no ejecutó aún). Los otros 5 centavos servirán para que TBA se cobre parte de la deuda por casi 150 millones de pesos que reclama al Estado por diversos conceptos.
Economía reconoce que tiene compromisos no cumplidos a favor del grupo �fundamentalmente por subvención impaga� cercanos a los 100 millones, en tanto que el resto está en discusión. Con el aval de Machinea, Kogan ofreció cubrir la obligación admitida con bonos. Pero la empresa exigió a cambio una compensación por la diferencia entre el valor nominal y el precio de mercado de eso títulos públicos.
Según precisa TBA, en el 2002 se aumentarían los boletos otros 10 centavos en los primeros tramos; desde entonces hasta el 2006, los ajustes serían de 5 centavos por año. Como resultado de esa grilla de ajustes, diferente según los trayectos, un viaje de Once a Moreno pasaría de los 95 centavos actuales a 1,25 mientras que uno de Once-Morón se incrementaría de 60 centavos a 1 peso. Pero, previsiblemente, habrá incrementos mayores en otros tramos, y por eso el aumento promedio rozaría el 60 por ciento.

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