Por Diego Fischerman
En un suplemento especial que le dedicó la revista especializada Le Monde de la Musique, Keith Jarrett dice rechazar los �grandes gestos�. No se le escapa la contradicción, �precisamente cuando una de mis características al tocar son los grandes gestos, físicamente...� En esa distancia entre el recogimiento casi ascético de mucha de su música y esa apariencia extrovertida, casi teatral, radica gran parte del secreto de este pianista que estuvo a punto de no tocar nunca más el piano. Víctima del síndrome de fatiga crónica, que él rebautizó sin rodeos como �de muerte en vida�, pasó tres años en los que �estar cinco minutos sentado al piano era un tormento�. En 1999 volvió con un disco de piano, tocando standards y grabado en el estudio de su casa. El estilo, dolorosamente melancólico, casi prescindente de cualquier virtuosismo, parecía el de una despedida. Pero Jarrett no sólo no se despidió sino que comenzó a actuar en público. El 5 de julio actuó con su trío en el Palais de Congrès de París. Ayer, en todo el mundo, apareció Whisper Not, el álbum que registra esa actuación. El disco que, literalmente, desmiente los peores augurios.
Jarret, Gary Peacock y Jack De Johnette hacen aquí lo de siempre. Desde un cierto punto de vista no hay ninguna novedad. Piano, contrabajo y batería haciendo temas tan clásicos como sólo pueden serlo ��Round Midnight�, �Prelude To A Kiss� o �What is This Thing Called Love� y otros standards no tan previsibles (�Conception�, �Poinciana�, �Whisper Not�). O sea un punto de partida bastante similar al de 1983, cuando se fundó el Trío Standards. Desde Standards Vol. 1 hasta este CD doble, pasando por la inusual aventura del gigantesco álbum de seis CDs grabado (y transcripto tal cual, sin ediciones) durante seis sets a lo largo de tres noches consecutivas en el Blue Note, el proyecto parece ser el mismo: usar los temas con los que se construyó parte de la historia del jazz para poner en escena hasta dónde en este género la interpretación es la composición. En toda la música de tradición popular, lo que un músico hace con una canción tiene un grado de materialidad que no puede igualarse al de otras tradiciones. Distintos violinistas tocando el Concierto de Brahms, aun con estilos opuestos, no podrían ocultar jamás que se trata siempre del mismo concierto. �All The Things You Are� tocado por Gerry Mulligan y Paul Desmond, por Miles Davis, por el trío de Bill Evans y por este trío de Keith Jarrett o cantado por Ella Fitzgerald es ni más ni menos que cinco obras musicales distintas.
El trabajo de Jarrett, Peacock y De Johnette se emparienta con esos acertijos visuales en donde el secreto está en qué es lo que la vista sitúa como figura y qué lo que identifica como fondo. Los standards están colocados como un material de contraste. Su función es resaltar y poner en primer plano ese resto de texto en el que la interpretación empieza a constituirse como el rasgo distintivo de la obra. El tema, esa sucesión de acordes o ese giro melódico, a veces se desmembra desde el principio, a veces no llega a formularse nunca del todo, en ocasiones se articula recién al final, surgiendo desde la niebla caleidoscópica que producen las aproximaciones de los tres (y la interacción entre ellos). En este disco, tal vez, hay aún menos �grandes gestos� que en los anteriores. Jarrett dice preferir �la transparencia� y por eso los autores clásicos que elige son Shostakovich, Bach o Mozart. Y por la misma razón que aquel álbum de seis discos no resultaba un simple capricho megalomaníaco, esta nueva edición del sello ECM es exactamente igual a las demás sólo en una cosa: es absolutamente diferente a todas.
¿Viene o no viene?
Hace una semana un diario publicó a todo trapo que Keith Jarrett venía con su trío a tocar en el Colón. Al día siguiente lo desmintió pero no lo suficientemente rápido como para que otro diario dejara de hacerse eco del trascendido y lo publicara como noticia cierta. Página/12 se comunicó con el manager de Jarrett, quien confirmó las tratativas para que el pianista viniera a tocar en Buenos Aires el 5 y 7 de diciembre. La actuación no está confirmada porque en esas fechas en el Colón habrá funciones de Don Giovanni, porque no hay hasta el momento otra sala disponible y porque a partir del 10 Gary Peacock deberá estar tocando en Nueva York. |
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