PAGINA/30 INCLUYE ESTE MES eL MITICo film �EL ANGEL AZUL�
Los ángeles son eternos

A setenta años de su estreno, el film explica de un plumazo por qué Marlene Dietrich es uno de los grandes iconos sexuales de la historia. Ella: Desde el turbio escenario del cabaret que le dio título al film, Marlene nunca ha dejado de cantar: �Soy la atractiva Lola / La sensación del momento�.  Un momento de la escena cumbre del film de Josef von Sternberg. La imagen de Marlene exudaba sexualidad, en una época llena de tabúes.

 �Estoy hecha para el amor, de la cabeza a los pies / Soy así, eso es todo lo que quiero...� Parecía difícil no creerle a Marlene Dietrich cuando cantaba con aire displicente estas estrofas compuestas especialmente para ella por Friedrich Hollander, que se convirtieron en el momento más justamente famoso de El ángel azul. Tanto es así que pasaron 70 años desde el estreno del film �el 30 de marzo de 1930� y esa estampa de Marlene, sentada con desdén sobre un rústico barril de un puerto de utilería, con sus célebres, sinuosas piernas en primer plano, se ha convertido en un auténtico icono, en una de las imágenes consagradas de la religión por excelencia del siglo XX, el cine. 
En su caprichoso libro de memorias, Frau Dietrich se quejaba de que �mis llamados biógrafos se dedicaron a publicar una larga lista de películas interpretadas por mí en aquellos años y en las que, según parece, yo habría sido la protagonista. Es falso. Cuando Josef von Sternberg me eligió para Der Blue Engel eligió a una desconocida�. Hace ya tiempo que se sabe que esto no es necesariamente así �una retrospectiva reciente en Buenos Aires permitió conocer varios de los sorprendentes films alemanes previos a angel azul realizados alrededor de su figura� pero ella, en todo caso, nunca se refirió a los meros hechos sino, por supuesto, a la leyenda. 
En esa leyenda, el nombre de Von Sternberg es crucial, como Dietrich, antes que nadie, siempre lo reconoció (hasta que en el documental Marlene, de Maximilian Schell, con su voz ya cascada por el tiempo, se permitió la catarsis de sacarse de encima, con las palabras más duras, la pesada carga de su descubridor). Fue el prodigioso talento de Von Sternberg para modelar las luces y las sombras quien, a partir de Der Blue Engel, proyectó la imagen de Marlene que se haría famosa. Como dice David Stuart Ryan en el artículo de Página/30 que acompaña la edición de la película: �Von Sternberg vio la clave secreta de Marlene y la capturó en el celuloide�.
Con su habitual inmodestia, el propio Von Sternberg dio cuenta, en su fascinante autobiografía, Fun In a Chinese Laundry, de la transformación que provocó en Marlene: �Hasta que yo llegué a cambiarla por completo, había posado ante todos los fotógrafos para adoptar las más variadas personalidades femeninas. Existen muchas fotografías de ella nada halagadoras y que datan de la etapa anterior a El ángel azul, reflejando una criatura cohibida y con ansias de ocultarse. Sin embargo, las regalaba a todos sin excepción, como si se tratase de un obsequio sin precio. Una de ellas la conservo en mi archivo. Lleva una inscripción que dice: �Ich bin nichts ohne Dich� (No soy nada sin ti). Este mérito lo rechacé entonces y lo hago ahora también, a pesar de que tengo que asumir algo de responsabilidad por la forma como he conseguido perfilar su imagen en mis películas. Nunca había visto una mujer tan bella, con la que no se había contado para nada y de cuyo valor nadie se había dado cuenta�.
Claro que Von Sternberg hizo también algo más. El ángel azul no sólo le valió a la Dietrich un pasaje de ida a Hollywood, acompañada siempre por su demiurgo. Fue también la primera película importante del cine sonoro alemán y uno de los aportes más decisivos a la nueva y entonces titubeante estética del cine audiovisual. La utilización dramática del sonido fue esencial en el relato de la caída del severo profesor Unrath (Emil Jannings), arrastrado a la ruina física y moral por la vampiresa Lola-Lola de Marlene. Su inconfundible voz ronca y sensual, el desgarrado cacareo que emite en escena el profesor convertido en payaso, las risas y retazos de canciones cuyo volumen varía al abrirse y cerrarse de puertas fueron tan determinantes en la concepción del film como el prodigioso cuidado visual con que Von Sternberg construyó su fábula, de un asfixiante barroquismo.
Esa asfixia, esa opresión que transmite El ángel azul, a su vez, permitió otras lecturas de un film que parece inagotable. En una línea que Von Sternberg seguramente jamás imaginó, el historiador marxista Georges Sadoul entrevió en la película �la imagen de decadencia de ciertas capas burguesas alemanas que entonces proporcionaban al nazismo una parte de sus efectivos�. Mientras tanto, ajena al mundo circundante y desde el turbio escenario del cabaret berlinés que le dio el título al film, Marlene nunca ha dejado de cantar: �Soy la atractiva Lola / La sensación del momento...� Un momento que ha quedado perpetuado para la posteridad. 

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