Por Victoria Ginzberg
El ex dictador Reynaldo Benito Bignone hizo su primera aparición pública desde que fue arrestado por su responsabilidad en la apropiación de menores durante la última dictadura. Su custodia lo trasladó desde su casa a los tribunales de Comodoro Py para que declarara como testigo en el juicio oral por el asesinato del ex jefe del Ejército chileno, Carlos Prats, y su esposa. �Mi general, se imagina que si lo quieren matar no le van a avisar�, fue el comentario que le hizo el entonces coronel Bignone a Prats, cuando éste le comunicó que recibía amenazas. Otros dos testigos aportaron pruebas que fortalecieron dos puntos centrales de los argumentos de las querellas: que el acusado, Enrique Lautaro Arancibia Clavel, estuvo en Buenos Aires durante el año 1974 y que era agente de la Dirección Nacional de Inteligencia chilena (DINA). Un psiquiatra, que denunció haber recibido amenazas, reconoció, entre fotos secuestradas a Arancibia Clavel cuando fue detenido en 1978, a varios dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria chilena (MIR).
Bignone fue el primer testigo de la tercera jornada del juicio oral por el doble homicidio de Prats y su mujer, Sofía Cuthbert, asesinados en Buenos Aires el 30 de setiembre de 1974. Fue traído por su custodia y se presentó con un traje marrón oscuro y una camisa amarillo clarito. Su declaración se produjo porque en setiembre de 1974 era secretario del Estado Mayor General del Ejército �su antecesor en ese cargo fue otro dictador: Antonio Domingo Bussi� y entre sus funciones era responsable de pagar el departamento que habitaba el matrimonio Prats. La fuerza se hacía cargo del alquiler porque el entonces presidente Juan Domingo Perón ordenó que se ayudara al general chileno cuando se exilió en Buenos Aires tras el golpe de Pinochet que derrocó a Salvador Allende.
Bignone negó que, además de la colaboración económica, el Ejército le proporcionara una custodia. Según dijo el dictador, cuando Prats le comunicó las amenazas de muerte que recibió, él informó a la jefatura de inteligencia del Ejército. �Tengo entendido que a través de la Policía Federal le pusieron una custodia policial�, dijo. Y agregó: �Recordemos que estábamos en una época constitucional y el Ejército sólo daba seguridad a sus propias instalaciones�. Bignone describió a Prats como un hombre �afable y sencillo� y no se privó de decir que su muerte �que fue parte del prólogo del Plan Cóndor en el que participó la dictadura argentina� fue un �hecho brutal, criminal�.
La declaración del miembro de la última junta militar, que los abogados querellantes consideraron veraz, apuntó hacia la responsabilidad de la Policía Federal como nexo de los servicios secretos chilenos en Argentina para concretar el atentado contra Prats. Las pruebas de la causa señalan al comisario Juan Carlos Gattei, supuesto responsable de la custodia de Prats, como quien habilitó la zona liberada para que el grupo de la DINA asesinara al general chileno. Gattei declaró en la primera etapa de la investigación y fue propuesto como testigo para el proceso oral pero falleció el año pasado.
Héctor Eyzaguirre Valderrama, un psiquiatra de 47 años, narró ante el tribunal datos sobre las reuniones de los miembros de la DINA en Buenos Aires, que pudo reunir cuando era secretario de la agrupación Chile Democrático, que reunía a exiliados de ese país. El testigo sorprendió y conmovió a los asistentes cuando reconoció a ex compañeros suyos del MIR entre las fotos y un grupo de cédulas de identidad que el Tribunal Oral 6 le mostró a pedido del abogado Guillermo Jorge, representante de la familia Prats. Valderrama suspiró y mantuvo entre su mano temblorosa la foto y dijo con seguridad: �Es Dagoberto Pérez, fue secretario del MIR en Santiago. Tengo entendido que lo mataron en Chile�. El testigo también reconoció a Edgardo Enríquez �fundador del MIR secuestrado en Argentina cuando venía de París� y a Rafael Sotomayor. Además de a Andrés Pascal Allende y Nelson Gurtiérez Yañez, que están vivos. Antes, Eyzaguirre Valderrama había señalado a varios ex miembros de la DINA de una carpetaque está incorporada al expediente. Mirando una foto que corresponde a un tal Alfaro Fernández, el testigo afirmó que se trataba de �una persona que se hacía pasar por un militante del PC�. El psiquiatra aclaró que este hombre fue a un par de reuniones de exiliados chilenos pero que �no tenía características de militante� y que por eso le iban a hacer algunas preguntas en una reunión a la que el agente nunca fue. Eyzaguirre Valderrama reconoció a otras tres personas de esa carpeta.
El psiquiatra llegó a Buenos Aires en mayo del `74 y, según afirmó, �las fuerzas policiales y de seguridad de Chile ya actuaban en Argentina�. Narró que, a través de información recibida por otros exiliados, supo que
un grupo de chilenos que respondía a la dictadura de Augusto Pinochet se reunía en una joyería de la calle Lavalle. Entre esas personas nombró a Jorge Iturriaga y a Arancibia Clavel. Sobre el acusado, preso en Caseros desde 1996, dijo que �era un nombre que circulaba constantemente en la información que recibíamos sobre los grupos ligados al régimen militar�.
Eyzaguirre Valderrama también mencionó a Michael Townley, agente de la DINA y la CIA que confesó haber sido el autor material del asesinato de Prats. Townley, quien vive como testigo protegido en Estados Unidos, fue reconocido como un hombre que estuvo en la ciudad de Concepción y participó del asesinato de un empleado de un canal de televisión.
Ante un requerimiento del representante del Estado chileno, Alejandro Carrió, el testigo puntualizó que las reuniones del grupo de los servicios chilenos �habían comenzado antes del homicidio del general Prats y por lo que sabíamos sus miembros participaron del atentado�.
Amenazas grabadas
�Fui amenazado por haber declarado en esta causa. Me dejaron una amenaza en el contestador del consultorio y me persiguieron en la calle�, relató ante el tribunal que juzga a Enrique Lautaro Arancibia Clavel el psiquiatra Héctor Eyzaguirre Valderrama. El testigo, un exiliado chileno que se nacionalizó argentino, denunció que recibe intimidaciones sistemáticamente y éstas se repitieron un mes y medio atrás, antes de que su teléfono quedara fuera de funcionamiento por un problema con la empresa telefónica. �Traidor. Reconocé a tu clase. No vayas a declarar�, decían los mensajes. Tiempo atrás, mientras se dirigía a los tribunales, una persona le preguntó: �¿No tenés miedo?�. Eyzaguirre Valderrama mencionó también haber sufrido dos intentos de secuestro, el último en 1985. Ante estas revelaciones, el presidente del tribunal, José Valentín Martínez Sobrino, anunció que se abrirá una investigación judicial. Pese a todo, el testigo aseguró que estaba declarando �libremente�.
Las relaciones íntimas
El teatro de revista irrumpió ayer en el juicio oral en el que se juzga a Enrique Lautaro Arancibia Clavel por el doble homicidio del general chileno Carlos Prats y su esposa. El coreógrafo Salvador Estévez, director de �La Revista de Oro� donde debutó Susana Giménez, se presentó como testigo. Su vinculación con el caso se produjo por haber conocido al acusado (quien se hacía llamar Juan) a través de un bailarín de su elenco, Hugo Zambelli. Este último mantuvo una �estrecha relación� y convivió con Arancibia Clavel, por lo menos entre 1974 y 1978, cuando el agente de la DINA fue arrestado por espionaje. El testimonio del coreógrafo resultó relevante porque aclaró que el acusado estuvo en Buenos Aires durante 1974, hecho negado por la defensa. La hermana de Arancibia Clavel había intentado demostrar el martes, a través de la lectura de sus diarios íntimos, que el hombre estuvo en Chile entre septiembre de 1973 y octubre de 1974. Pero Estévez, aunque en un principio fue confuso y mezclaba fechas, tuvo que reconocer que conoció a �Juan� poco después del estreno de �La Revista de Oro�. Un informe del Teatro Astros refleja claramente que la primera temporada de esa obra se realizó entre el 22 de abril de 1974 y el 25 de octubre del mismo año. Apenas se sentó ante los jueces, Estévez mencionó que había conocido a Arancibia Clavel en el `75 o `76. Pero después de un par de horas de debate quedó claro que fue en el `74. El coreógrafo además reconoció dos biblioratos que fueron secuestrados de la casa del acusado en 1978 y donde hay numerosa correspondencia con el agente de la DINA y la CIA Michael Townley, en la que se mencionan preparativos para acciones represivas. |
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