Por Horacio Cecchi y Cristian Alarcón
Un día después de que el blindaje del camión 551 de Juncadella fuera transformado en un colador, la Bonaerense y el Ejército se trenzaron en una cruda polémica sobre el origen de las armas secuestradas. El eje del asunto pasó por la vedette del arsenal. �Esta vez el Ejército va a tener que decir de dónde salió la ametralladora antiaérea�, abrió fuego el comisario Eduardo Martínez, jefe de la Bonaerense. El Ejército respondió con un escueto comunicado de prensa en el que negaba que el armamento formara parte de la �dotación actual� y arrojó la hipótesis de que podría haber sido robada durante �hechos del pasado�: La Tablada y los levantamientos carapintadas. Mientras el cruce de opiniones prosiguió durante todo el día, Página/12 pudo averiguar que la ametralladora pesada tenía un perfecto estado de mantenimiento y que fue utilizada en varias oportunidades recientes. �Por su estado de conservación, no parece robada hace diez años�, señaló una alta fuente de la investigación. También se comprobó que tres de las armas tienen sello de Fabricaciones Militares. Por su lado, el sargento detenido Luis Alejandro Olea ayer perdió parte de su estado de conservación: pasó a ser ex sargento. Olea tiene demasiadas sombras de delitos comunes sobre sus antecedentes: faltó a su trabajo el 2 de octubre, el día del asalto a Aguas Argentinas, y los tres días siguientes.
Anticipando la polémica, el martes, poco después de capturados cuatro integrantes de la banda, y cuando ya había trascendido que uno de los detenidos era el sargento Luis Alejandro Olea del 601 de Arsenales, el ministro de Seguridad bonaerense, Ramón Verón, reclamó que �ahora el Ejército tendrá que dar explicaciones�, después de asegurar que �en 40 años de servicio jamás vi semejante arsenal�.
Se refería, obviamente, a la ametralladora Browning calibre 50 BMG, de 115 kilos de peso, que utiliza proyectiles del grosor de un dedo pulgar regordete y de 15 centímetros de largo. Ayer, la �antiaérea� volvió al centro de la escena, cuando Martínez insistió: �El Ejército deberá dar explicaciones esta vez; tiene que decir de dónde salió esa ametralladora antiaérea, que carga proyectiles que el Grupo Halcón utiliza para derribar paredes�. Después, el comisario consideró que, por su volumen, la ametralladora �tiene que ser de fácil identificación para el Ejército�. De todos modos, se mostró escéptico: �Será prácticamente imposible individualizarla por su número de serie porque fue golpeado y punzado, y ni siquiera con un remiendo químico se logrará identificarla�, sostuvo.
Como respuesta, el Estado Mayor del Ejército envió un escueto comunicado en el que aseguraba que �el armamento empleado (por la banda) no forma parte de la dotación actual del Ejército, y en todos los controles realizados hasta el momento no se registran faltantes de material�. Acto seguido, el comunicado considera que �se puede llegar a especular� que el origen del arsenal estaría ligado a robos de armas en el copamiento �de La Tablada�, y en los levantamientos carapintadas de �Semana Santa y Villa Martelli u otros�.
Una fuente del Estado Mayor aportó un dato más en favor de la hipótesis oficial: �Este tipo de ametralladoras todavía está en uso, pero son muy viejas. Fueron utilizadas en la guerra de Corea, y las adquirió el Ejército hace más de una década. Por ahora, por la falta de numeración, sólo podemos asegurar que no es de la dotación actual. Apenas surja un número podremos decir que tal arma desapareció de tal unidad en tal fecha. Pero hasta ese momento sólo podemos confirmar que no pertenecen a las que están en uso�.
Pese a la desmentida oficiosa y oficial, un investigador del caso puso en duda la versión militar: �Los peritos dictaminaron que la ametralladora fue usada recientemente y en varias oportunidades�, señaló a Página/12. Detalló que estaba en perfecto estado de conservación, �sin herrumbre, con buen mantenimiento. No parece que haya sido robada hace diez años�. Para colmo, ayer, a las 17.30, la titular de la UFI 1 de Mercedes, MiryamMarcela Rodríguez, tomó declaración en la causa caratulada �acopio de armas y munición de guerra, disparo de arma de fuego agravado y sustitución de numeración de objeto registrable� al coronel Jorge Eduardo Gómez. Su testimonio es relevante: es el jefe del 601 de Arsenales donde cumplía funciones el sargento Olea. Durante una hora, Gómez prestó su testimonial y revisó las armas. Curiosamente, y en contradicción con el comunicado, confesó que aún no habían podido determinar �si pertenecen o no� al batallón.
También echó unos parrafitos sobre Olea. �Es un suboficial desastroso -declaró�. Tiene 81 días de arresto por ausencias y llegadas tarde.� Aclaró que el detenido no tenía acceso a los galpones donde se guardan las armas y que desde que asumió como jefe de la unidad, hace tres años, no se detectaron robos. �Los galpones tienen un sistema de custodia muy complejo.�
Pero el dato que más interesó a la fiscal fue el de un encadenamiento de fechas en el golpeado presentismo de Olea. El 2 de octubre pasado tuvo lugar el sangriento asalto a Aguas Argentinas, y el ex sargento curiosamente estuvo ausente a su puesto. Los tres días siguientes tampoco aportó por el cuartel. La última guardia cumplida fue el viernes 6 de octubre. El lunes volvió a faltar. El martes, obviamente, también. Estaba preso. Gómez declaró en la causa que no lo mandó a buscar a su casa, como exige el reglamento militar en caso de ausencia, porque esperaba a que se �haga desertor�, para darlo de baja. Olea igual logró su baja, con una velocidad inusitada y a prueba de la burocracia que suele florecer en casos críticos. Ayer ya tenía el rango de ex sargento.
Por parte del Ejército, no hubo otra mención pública que la del comunicado. Prefirieron echar un manto de olvido sobre la antiaérea y apartarse de la polémica con la Bonaerense. Martínez, en cambio, insistió: �No es la primera vez que secuestramos FAL con culata de madera, que son del Ejército, y no hemos tenido mucha información. Sería bueno que esta vez el Ejército nos informe�, se quejó. �Si el jefe policial tiene pruebas sobre el origen de las armas, que las aporte a la Justicia�, respondió en absoluto off the record la fuente militar.
El origen de las armas
Por H.C.
�Todos los casos en que se robaron armas son investigados por la Justicia�, aseguró a este diario una fuente del Ejército. Pese a la argumentación, una de las armas secuestradas a la banda tenía, además del sello de Fabricaciones Militares su numeración: 395025. Es una pistola 9 milímetros perteneciente a Ana Beatriz Ciffredi. El detalle es que no tiene pedido de captura, es decir que no pasó por la Justicia. Otras dos armas también mostraban el sello de FM: una pistola 45, Ballester Molina, con inscripción y logo del Ejército. La tercera es un FAL, también con el sello FM y numeración 57893. El resto del arsenal, incluida la ametralladora pesada, tiene su identificación limada o borrada a golpes. El coronel Jorge Gómez sostuvo que se realizará un procedimiento químico para rescatar la numeración. Se lo denomina remiendo químico, y se trabaja con un ácido. Según un experto consultado por este diario, al estampar el número, el acero sufre una compresión de sus moléculas. El baño químico permite revelar la composición molecular y, así, recuperar la numeración.
Una de las hipótesis barajadas por los investigadores está dirigida a un hecho ocurrido el 15 de diciembre pasado. Ese día, en la localidad bonaerense de Caseros, un ex sargento de la Federal, Oscar Pistoia, y su hijo Rubén, fueron detenidos en su quinta que en realidad era una fábrica de armamentos trucha. Allí no sólo secuestraron fresadoras, tornos, agujereadoras de precisión, sino un impresionante arsenal. Los policías descubrieron también un caño de una ametralladora antiaérea y 50 proyectiles del mismo calibre de la Browning BMG. El ex sargento utilizaba como ayudamemoria un manual de fabricación de armas del Ejército Argentino. |
UN HOMBRE QUEDO EN MEDIO DE UN TIROTEO Y ESTA GRAVE
Otra bala para un inocente
Daniel Morales, de 42 años, se convirtió en la quinta víctima inocente del fuego cruzado en los últimos 21 días en el Gran Buenos Aires, al quedar atrapado en un tiroteo entre policías y ladrones que escapaban después de asaltar un minimercado en la localidad de Beccar, partido de San Isidro. El hombre recibió un balazo en la cabeza y se encuentra internado en grave estado.
El episodio se desencadenó cuando dos jóvenes asaltaron un negocio y al iniciar la huida fueron interceptados por un policía retirado, con el que se tirotearon. Los ladrones corrieron hacia el auto que los esperaba, pero se inició un segundo enfrentamiento al ser sorprendidos por un patrullero que recorría la zona. El tiroteo terminó con los dos delincuentes detenidos: se trata de Carlos Ruiz, de 30 años, y Luis Delgado, de 26, quien resultó herido. A los asaltantes se les secuestraron un arma calibre 9 milímetros y un pistolón.
Morales se encontraba en su casa, ubicada a 100 metros del hecho. Al escuchar los tiros salió a la calle a ver qué sucedía y recibió un balazo en la frente. El hombre se encuentra gravemente herido, internado en terapia. La investigación quedó a cargo del fiscal de San Isidro, Ricardo Costa, quien aún no determinó de dónde salieron las balas que hirieron a Morales.
Los cuatro casos anteriores, todos ocurridos en un lapso de sólo tres semanas, comenzaron el 21 de septiembre con el asesinato de Mariano Witis, tomado como rehén en el robo de un banco en San Isidro. El joven Alejandro Levickas murió el 28 de septiembre cuando la policía se tiroteaba con ladrones que circulaban con un auto robado, también en San Isidro. La familia de Levickas denunció que el joven presentaba cinco balazos. El 4 de este mes una nena de 9 años, Erika Fernández, fue herida de un balazo en el pulmón cuando cuatro policías realizaban un operativo en una villa de Lanús. Y el 7 de octubre, una mujer que viajaba en un colectivo murió al recibir un balazo en la cabeza cuando un agente de la Policía Federal se baleó con delincuentes en el partido de Moreno.
Para sus vecinos, el Narigón
Navarro era casi un Robin Hood
Descripción: �Solía pagarles una cerveza a los muchachos que se juntaban en el kiosco �dijo un vecino� y contentar a los niños comprándoles fichas de metegol.�
La quinta usada por la banda, donde la policía detuvo el martes a cuatro personas. |
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Por C. A.
Víctor �El Narigón� Navarro intentó ayer despegarse de la causa en la que se lo acusa del robo del camión blindado a Juncadella. �A mí la policía no me detuvo en la quinta�, le dijo a la fiscal Miriam Marcela Rodríguez. �Me agarraron cuando salía de una rotisería, a la vuelta del comando de patrulla de Moreno.� En ese lugar la policía dio el martes la conferencia de prensa donde presentaba a Navarro como ladrón fugado de una penitenciaría y miembro de la banda del Gordo Valor. Pero esa vinculación fue negada por los abogados de la banda. �Navarro nunca estuvo ligado a los grandes hechos de la banda�, dijeron a este diario. El Narigón contó ante la fiscal los detalles de sus supuestas actividades del martes. Dijo que esa mañana se levantó temprano, tomó unos mates, fue a su taller de chapa y pintura y pasó a ver a su nena antes de marcharse hacia la estación de Paso del Rey para cobrar una deuda de 800 pesos en una rotisería del barrio. La fiscal también escuchó a varios vecinos que en sus declaraciones hablaron de Navarro como de un Robin Hood, dadivoso con préstamos personales sin cuotas ni intereses.
En el expediente en el que se investiga el delito de acopio de armas de guerra y los detalles de la caída de la banda en la calle Martin Luther King, varias fojas están ocupadas por declaraciones de vecinos. Tal como relató la policía, una de las vecinas linderas a la quinta aseguró que después de escuchar los sonidos de las sirenas de los patrulleros que seguían a los ladrones, salió a ver qué pasaba y vio cómo dos hombres escapaban saltando por los paredones. Eran, según dijo, dos hombres jóvenes, uno pelado y uno morocho de pelo ondulado. En ese momento se avisó a la policía que estaban saliendo de la quinta de Tomás. Tomás es el nombre con el que se ha hecho famoso Navarro entre los vecinos de Paso del Rey. Hasta ese momento la banda creía estar a salvo. La fuga de esos dos compañeros terminó alertando a la policía sobre la ubicación exacta de la casa usada de guarida.
Tomás goza de prestigio en su barrio: es conocido como manosuelta entre los vecinos, una especie de Robin Hood dadivoso con los conocidos y con los pibes del lugar. Justamente una de las mujeres que mayor aprecio le profesa es quien hasta hace cuatro meses fue su empleada doméstica. �Era un hombre tan bueno conmigo, me ofrecía plata por si necesitaba�, declaró antes de asegurarle a la fiscal que allí, en la casa de Tomás, jamás vio armas cuando limpiaba. Otros vecinos contaron que era normal ver a Navarro pagar sus gastos en la verdulería, en el kiosco o el almacén de la zona, siempre con billetes grandes. �Solía pagarles una cerveza a los muchachos que se juntaban en el kiosco �dijo uno� y contentar a los niños comprándoles fichas de metegol.�
Desde hacía cinco o seis meses, coincidieron los vecinos, notaban movimientos de autos con vidrios polarizados, entrando y saliendo de la finca, todos sonidos a algo raro. �Cuando las vecinas se enteraron de que le limpiaba la casa �dijo la empleada�, me decían que tuviera cuidado porque ahí se vendía droga, pero sin embargo yo le revisaba los cajones para ver si tenía algo y jamas le encontré nada.�
Navarro vivió en esa casa hasta hace dos años en forma estable, con su mujer y dos chicos. Cuando su pareja se rompió, hubo una mudanza y a partir de ese momento, según el propio ladrón, visitaba la quinta una vez por semana o cada diez días. Ante la fiscal, Navarro dijo que la finca es propiedad de un tal Quijano, quien, si bien reside en Bariloche, había accedido a que Navarro use y mantenga la quinta. En enero de este año, el ladrón estaba en el Instituto Roca, desde donde fue rescatado por un grupo comando cuando lo curaban por un cuchillazo en la cabeza producto de una pelea en Devoto. Allí había llegado menos de un mes antes, el 12 de diciembre del `98, atrapado en un asalto a mano armada.
Jamás, dijo el hombre, vio las armas que ayer hacían aún más estrecho el despacho de la fiscal. Entre ellas estaba la ametralladora exhibida el martes sobre la camioneta ya desarmada. Pero había más: una plancha depolicarbonato rectangular, material del blindado. La fiscal se adjudicó el hallazgo. Lo encontró, explicó, sobre un placard pegado a la buhardilla de la quinta que la policía no habría revisado.
La quinta de Quijano estaba casi sin muebles. �Era un típico aguantadero�, dijo la fiscal. Según Navarro, en el último tiempo le había prestado la casa, temporariamente, a Raúl Viera, otro de los detenidos. Una vecina dijo ayer que oyó su voz entre los gritos que salían desde la casa cuando ocurrió el tiroteo.
�¿Qué escuchó? �quiso saber la fiscal� ¿Qué gritaban? ¿Insultaban, pedían que no tiraran, pedía ayuda?
La mujer no pudo recordar una sola palabra de lo que dijo el ladrón.
La fiscal no sólo oyó a los testigos. También tuvo que atender los llamados ansiosos de los otros tres jueces que siguen las causas en las que supuestamente está involucrada la banda de Navarro. Un juez preguntó insistentemente por un Ford Mondeo Gris, que no fue hallado. Aunque hasta ahora no hay pruebas firmes que vinculen los robos, una alta fuente policial dijo a este diario que ayer se encontró cerca de donde produjo el primer tiroteo un Daewo 2000 quemado, detectado también en el asalto comando a Aguas. El auto de patente DLR615 a nombre de Mauricio Meola fue encontrado en Alsina y Comaseña de Ciudadela. Sobre estos datos, la fiscalía ya sabe que los cinco autos secuestrados en el operativo tenían pedido de captura.
Algunos son descubiertos
Once militares y cuatro civiles se sumarán a la polémica desatada entre la Bonaerense y el Ejército, aunque no lo harán a su agrado. Antes de fin de año serán citados por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 4, acusados de integrar una banda que robó armas y explosivos del Ejército para proveer a bandas de delincuentes. Se investigó su relación con la voladura de la AMIA, aunque no fue comprobada. Entre los acusados figuran los sargentos primero Luis Alberto Ferreyra, Raúl Salomone, Héctor Ferreyra, Juan Carlos Hernández, Miguel Lovera, Luis Gilberto Rodríguez y Aroldo Pérez, el cabo primero Luis Brítez y el sargento ayudante Ricardo Villarino. También los sargentos retirados Jorge Pacífico y Juan Carlos Coppe y los civiles Alberto Tomás Saldaña, Benito Barros, Luis Pelle y su mujer, Elena Catánea. Para detectar la organización, un testigo encubierto que dijo pertenecer a una superbanda se contactó con ellos expresando su necesidad de armas, explosivos y logística para grandes golpes. �Ningún problema�, le respondieron. �Si necesitás un helicóptero o un tanque también te lo conseguimos�. |
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