The Guardian de Gran Bretaña
Por Jonathan Steele
Una inesperada y obstinada resistencia de parte de Slobodan Milosevic y los aliados de su Partido Socialista a la pérdida de la presidencia de Yugoslavia empujó ayer a Serbia al borde de nuevas protestas callejeras y creó una peligrosa lucha por el poder. Los socialistas se retiraron de las conversaciones para formar un gobierno interino que gobierne Serbia hasta las elecciones de diciembre, y aseguran que todavía controlan la policía de la República. En respuesta, el presidente Vojislav Kostunica y sus asesores están planeando reavivar el enojo popular que convirtió en ruinas humeantes al Parlamento federal y la sede central de la televisión estatal la semana pasada.
�Si retrasan las elecciones (serbias) llevaremos a los manifestantes nuevamente a las calles�, advirtió Zoran Djindjic, el principal estratega detrás del movimiento que llevó a Kostunica a la victoria. El chofer de Djindjic y el guardaespaldas de otro líder de la oposición fueron detenidos ayer por ocho hombres uniformados cuando entraron en sus autos. A pesar de que fueron liberados dos horas y media después, el hecho fue un recordatorio del poder que aún conserva el viejo régimen para golpear al equipo de Kostunica.
Una semana después del levantamiento popular que forzó a Milosevic a abandonar el poder, Serbia entró en un limbo en el cual Milosevic está montando una acción de retaguardia mientras a los nuevos gobernantes se les hace difícil acorralarlo completamente y lograr la total transferencia de poder. La contradicción fue bien ilustrada por Djindjic: �Es un ciudadano que está siendo protegido por la guardia presidencial, una unidad de elite del ejército�. Djindjic lidera el Partido Democrático, el mayor de los 19 partidos que forman la Oposición Democrática de Serbia (DOS), y como jefe de campaña de Kostunica se convirtió en la mente maestra detrás de la exitosa estrategia de huelgas y protestas lanzada cuando Milosevic intentaba forzar una segunda vuelta electoral.
Una razón por la que el nuevo gobierno no puede actuar con más decisión es que sólo ganó poder sobre las instituciones federales. La presidencia, el Parlamento y el gobierno serbios siguen controlados por el Partido Socialista. Otra razón es que Kostunica no quiere aparecer como demasiado radical. �Podríamos hacer una revolución pero eso crearía demasiada inestabilidad �explica Djindjic�. Nuestro problema es que queremos cambiar lo máximo posible sin quebrar los límites legales. En realidad, la crisis que provocaron los socialistas al negarse a discutir la formación de un nuevo gobierno es aparente. El entorno de Kostunica controla las calles y la mayoría de los aliados de Milosevic no puede salir de sus casas sin guardaespaldas�.
�El Partido Socialista ya no tiene estructuras �precisa�. Milosevic puede dar órdenes por teléfono pero no hay instrumentos para cumplirlas.�
El jefe de Estado Mayor del ejército, el general Nebojsa Pavkovic, no puede enviar unidades armadas en contra de los manifestantes. Pero puede bloquear los cambios. Además, los altos mandos del ejército no ven con buenos ojos los cambios en la cúpula. El ejército hizo una fuerte declaración ayer rechazando las purgas del alto mando y advirtiendo en contra de las �posibles consecuencias negativas causadas por los crecientes ataques e intentos por desacreditar a ciertos individuos del ejército yugoslavo�. Rade Markovic, jefe de la policía y sólido aliado de Milosevic, sigue en su cargo, y el presidente Kostunica no tiene poder para echarlo. �Tienen cuatro bases en Belgrado desde las que monitorean los teléfonos. Escuchan a todo el mundo aún más que antes y después entregan los informes a Milosevic�, denunció Djindjic. Los líderes de la oposición están confiados en poder quebrar la resistencia de Milosevic, pero no tienen dudas de que el ex presidente planea usar el control que el Partido Socialista tiene sobre el gobierno serbio en contra de los derechos constitucionales más limitados de Kostunica como presidente yugoslavo.
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