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El Señor Cinco robó cámaras en
el juramento de Carlos Becerra

No hubo ningún dirigente del Frepaso en la jura del secretario general. Ese dato, la presencia del jefe de la SIDE y la ausencia de Nosiglia fueron lo más relevante que ocurrió en el Salón Blanco.

Carlos Becerra jura como secretario general del presidente Fernando de la Rúa, en la Rosada.


Por Fernando Cibeira

t.gif (862 bytes) Fernando de Santibañes miraba al público con una especie de sonrisa incómoda; el público lo miraba a él como diciendo qué hace acá. Sucedió en la jura del secretario general de la Presidencia, Carlos Becerra, quien todavía suena como posible reemplazante del ex banquero ante su inminente salida de la SIDE. �No ha habido especulaciones de ninguna naturaleza. Yo sabía desde el viernes pasado que venía acá�, dijo luego Becerra. Fue la primera jura que tomó el presidente Fernando de la Rúa sin tener a Carlos �Chacho� Alvarez a su lado, un dato podía verificarse rápidamente en la inasistencia perfecta de dirigentes del Frepaso. 
Hasta el miércoles cerca de la medianoche, las versiones que circulaban en la Rosada daban a Becerra como el nuevo jefe de los espías en reemplazo del vapuleado De Santibañes. Luego llegó el aviso oficial sobre que la movida todavía demoraría un tiempo más. En un gesto tal vez planificado para mostrarlo en funciones, el ex banquero encabezó la reunión en la cual la Central de Inteligencia analizó la crisis de Medio Oriente en la sala que queda justo al lado del Salón Blanco donde se hizo la jura. A las 17, cuando entraban todos los ministros, De Santibañes abrió la puerta y se fue a sentar en una de las sillas ubicadas en un costado. Habló en voz baja con el secretario de Comunicaciones, Henoch Aguiar.
Becerra volvió al puesto que asumió hace 14 años, a mediados del alfonsinismo. La Secretaría de la Presidencia la había ocupado Jorge de la Rúa hasta que la semana pasada se produjo el cambio de gabinete. El Presidente quiso enviar a su hermano a un puesto más tranquilo para que tuviera más tiempo para su familia y lo nombró ministro de Justicia. Y en una decisión que dejó al Gobierno en medio de un terremoto del que todavía no se repone, designó a Alberto Flamarique como secretario general. El gesto fue interpretado por Chacho Alvarez como un promoción y el resto ya es conocido: al otro día Alvarez renunció y con él se fue Flamarique. 
Becerra contó que el mismo viernes De la Rúa le anticipó el reemplazo que se concretó recién ayer. Y que en los últimos días había optado por llamarse a silencio debido a la cantidad de versiones que andaban dando vueltas. Incluso, de acuerdo con los rumores que circularon en Gobierno, se habían analizado los inconvenientes técnicos para que fuera a la SIDE cuando ya estaba firmado el decreto que lo colocaba en la Secretaría General. Becerra se preocupó en mantener el bajo perfil: �No tendré injerencia, ni yuxtaposición, ni acción política, que no sean las propias de la Secretaría General, que es la de administrar y ayudar al Presidente en temas institucionales y administrativos�, dijo.
El flamante secretario es un buen amigo del operador radical Enrique �Coti� Nosiglia, quien ya había tenido una alegría con la llegada de Chrystian Colombo a la Jefatura de Gabinete. Nosiglia �como De Santibañes� es una de las personas que Alvarez no quiere ver más merodeando los despachos de la Rosada. Ayer, al menos, Nosiglia no estuvo. Sí aparecieron algunos amigos radicales de Becerra como el diputado Marcelo Stubrin y el senador Leopoldo Moreau. 
En cambio, fue llamativa la ausencia de dirigentes del Frepaso. Ni siquiera estuvo la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, quien debió suplantar a Chacho en la reunión de la UIA en Mar del Plata. Ante la evidencia del faltazo de sus socios, Becerra prefirió hacerse el desentendido. �No estaba mirando al público�, contestó.
El funcionario aseguró que no se ocupará de temas políticos a no ser que el Presidente se lo pida y tanta prevención no sonó como un exceso de cuidado. Es que el primer gesto con que lo recibió el Presidente no fue justamente de confianza. Por su disposición, el despacho del secretario general dejó de ser vecino al suyo y lo trasladó a la planta baja de la Rosada, en el lugar que ocupaba Rodolfo Terragno mientras fue jefe de Gabinete. De esta forma, ahora que Chacho Alvarez tampoco está, todo elprimer piso de la Casa de Gobierno quedó para De la Rúa, sus secretarios y asesores. Como le gusta al Presidente, lejos de las miradas indiscretas. 

 


 

UN CORDOBES QUE YA OCUPO EL CARGO CON ALFONSIN
Hombre de la Coordinadora y de Coti

Por Irina Hauser 

La semana pasada saltó de su cargo de viceministro del Interior a ser el sucesor del hermano del presidente Fernando de la Rúa en la Secretaría General de la Presidencia. Ayer Carlos Becerra pasó a suceder a Alberto Flamarique que no llegó a calentar la silla en la Secretaría general. Alfonsinista histórico y parte de la trama de la vieja Junta Coordinadora de Córdoba, Becerra es conocido hoy como uno de los dirigentes con mejor relación con el operador Enrique �Coti� Nosiglia.
�Te digo que no vas, Carlitos; no vas a Nicaragua �le decía en febrero de 1986 el entonces presidente Raúl Alfonsín a Becerra, que era diputado nacional por Córdoba. 
�Pero, presidente... me designó el Comité Nacional del partido. Además, ¿qué le digo al embajador? �replicó Becerra. 
Becerra iba a viajar como representante del Comité de la UCR a la reunión de Partidos Políticos Democráticos de América Latina que se haría en Managua. El diálogo citado en el libro Los herederos de Alfonsín (Sudamericana-Planeta), de Alfredo Leuco y José Antonio Díaz, ilustra cómo lo que en un comienzo apareció como una pésima noticia para Becerra, y el inesperado veto de la participación en el evento de �un delegado de segunda línea�, en realidad era el anuncio de su llegada a la cima del gobierno radical. Casi simultáneamente era nombrado secretario general de la Presidencia. �Carlitos, ministro de ministros�, lo bautizaron todos los integrantes de la Junta Coordinadora Nacional. 
Como buen hijo de un radical amigo de Alfonsín, el flamante secretario general ingresó en Franja Morada en 1968 y participó del Cordobazo. De ahí en más fue subiendo escalones. Fue secretario general del Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Córdoba y secretario de Acción Política de la Juventud partidaria de 1972 a 1974. Hasta 1983 fue secretario de Gobierno del comité de la provincia de la Juventud Radical. 
A fines de la década del �80, cuando presidía el Movimiento de Renovación y Cambio, respaldó la fórmula presidencial Angeloz-Casella, a pesar de haber sido opositor a la línea del ex gobernador Eduardo Angeloz.
Por aquella época, cuando todavía era secretario de la Presidencia y con motivo del copamiento del cuartel de La Tablada, el 23 de enero de 1989, avaló la posibilidad de que las Fuerzas Armadas fueran convocadas a participar en tareas de inteligencia sobre agrupaciones políticas que en ese momento Alfonsín denominaba �ultraizquierdistas�. Tablada le trajo dolores de cabeza en todo sentido a Becerra: en septiembre del mismo año el ex presidente Arturo Frondizi lo responsabilizó de haber participado en la organización de los sucesos de La Tablada. 
Hasta el año pasado Becerra fue diputado otra vez. Cuando asumió el gobierno de la Alianza, su designación como viceministro de Interior fue interpretada como una incomodidad �aunque no la única� para el titular de la cartera, Federico Storani. Ayer, mientras juraba (ver nota principal) una broma resonó entre los dirigentes cercanos a la Rosada: �la Coordinadora vuelve�. 

 

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